OBJETIVO. Propiciar el intercambio de experiencias en torno del ...

LA ACCIÓN DEL TUTOR EN LA DISMINUCIÓN DE LA FATIGA DOCENTE Y EN APOYO AL
RENDIMIENTO ACADÉMICO
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Pablo Tapia Morales
IPN – CECyT 10
Una de las principales actividades que desarrolla el ser humano, es la educación, donde el profesor
es uno de los principales actores, no obstante, no recibe el reconocimiento correspondiente a su
importancia histórico social, ni se recompensan adecuadamente sus esfuerzos, al contrario, se le
atribuye ser el ―causante‖ de muchas de las deficiencias que padece la sociedad, desde el bajo nivel
académico de nuestro sistema educativo hasta la ―frustración‖ de las vidas de aquellos pseudo
estudiantes que se ha ―atrevido a reprobar‖. La tendencia política lo presiona para ―disminuir la
reprobación‖ en un afán estadístico incoherente con la realidad socio educativa que nuestro país vive.
El profesor de medio superior, recibe estudiantes de secundaria, que carecen de la preparación
académica correspondiente, y de las habilidades cognitivo conductuales elementales, donde el déficit
de atención, destaca por su omnipresencia, y sus nocivos efectos se manifiestan en la Divergencia
Académica de Grupo, donde existen alumnos ―óptimos‖, quienes poseen las habilidades
correspondientes, ―los alumnos medios‖, quienes aprenden con dificultad y los ―pseudos estudiantes‖,
quienes no pueden y/o no les interesa aprender. Atender a una u otra población, genera fatiga y daño
al docente, y afecta la calidad educativa. Aunado a esto, la ―exigencia‖ de los padres de familia, que
¡reclaman! por la reprobación de sus hijos, ignorantes, del déficit educativo que muchos de ellos
presentan. Algunos tutores tratan de ―ayudar‖ al alumno reprobado, sin conocer su historial ante la
materia y las razones docentes, incluso así se presentan ante los padres de familia. Se propone que
el tutor sea un ―acompañante o cómplice‖ del docente, que esté empapado del proceder del profesor
y sea un ―detector‖ del déficit de atención que padecen los estudiantes, en un afán por mejorar
nuestro proceso educativo.
Existe un ánimo o consideración casi mística de la sociedad, para con los profesores, ya que se les
considera ―omnipresentes‖ o mejor dicho ―omniculpables‖ porque se les atribuye ser el origen de casi
todos los males que ocurren en nuestro sistema educativo, y ¿por qué no?, de todo el país. Ya que se
medita en muchos tonos, con relación al rendimiento académico de sus educandos, o sobre la
formación que proporcionaron a sus ―alumnos egresados‖ quienes desde alguna gerencia, la
dirección de algún departamento, o desde algún puesto político, podrían apoyar, superar o desarrollar
al pueblo en general, (como mejorando la calidad educativa de nuestros centros de enseñanza), pero
que por múltiples razones, en nuestro país, casi siempre terminan dañando o perjudicando a cuanto
paisano pueden y están llevando nuestro país a la ruina. Todo ello, sin duda, como producto de la
educación que recibieron.
EL PROFESOR COMO UNA ―PRESENCIA MÁGICA‖
Son los propios estudiantes, quienes consideran la existencia de su profesor como una presencia
―mágica‖, cuando éste sin más, aparece en la puerta de su salón, provocando muchas reacciones
diferentes entre los educandos, desde el rechazo, hasta el desbordado cariño de algunos de sus
alumnos, pero por lo común, todos ellos, olvidan que el profesor es un ser humano como cualquier
otro y que puede llegar con gran entusiasmo, interés y energía para desempeñar su clase, o puede
estar enfermo, cansado, preocupado o tenso. Además, muchos de los estudiantes, lo consideran
como una especie de ―show man‖ y ocupan sus pupitres o ―lugares‖, esperando el espectáculo que el
profesor ―debe desarrollar para llamar mi atención‖. El profesor tiene entonces el reto de
desempeñarse de manera brillante y atractiva, abarcando no solo la información del tema, sino la