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La ciencia, el desarrollo tecnológico y la innovación en Querétaro. Historia, realidad y proyeccionesTifoidea.Disentería.Sulfato de quinina en fuertes dosis.Una cucharada de sal común con dos de vinagre, en media pinta de agua.Crémor echado en agua caliente hervida.Viruela.Cogollos de verbena silvestre mezclados con agua.Miel con azúcar.Difteria.Neuralgia.Influenza.Consunción.Gangrenas.Pulmonía.Jaqueca.Catarro intestinal.Lombrices.Diarrea.Fiebre.Cólera.Escarlatina.Alcohol diluido en agua por partes iguales.El reflector de una luz incandescente.Ponche de cognac con polvos de canela, o vino de jerez con polvos de canela.Té de gordolobo.Una capa de café tostado reducido a polvo, colocado sobre la herida.Un centigramo de mercurio cada media hora.Ejercer presión sobre la aorta abdominal al nivel de hueco del estómago.Maguey maduro.Verdolaga.Granadita de China.Tratamiento de Espinosilla.“Charrazca”, bebida con principio activo de menta y pepitas de nuez mezcladas con aguaSeltz.Ginebra mezclada con pimienta negra y aceite de castor.Esencia de eucaliptus.Fuente: Elaboración propia a partir de La Sombra de Arteaga.Como podemos observar, de nueva cuenta las enfermedades tratadas son las más comunes entrela población, y el modo en que se tratan es a base de remedios, donde las plantas --como eleucalipto, las hojas de naranjo, las verdolagas o el maguey-- son la base. Es de destacarse,también, el hecho de que los productos base pueden encontrarse con cierta facilidad. En algunoscasos, a estos productos hay que añadirles algunas sustancias químicas que podían comprarse enlas farmacias, llevar a casa, y preparar uno mismo el remedio.106
La medicina en Querétaro en tiempos de Don Porfirio: entre la ciencia, la tradición y la supersticiónConclusionesLa política de desarrollo positivista impuesta en México por el régimen de Porfirio Díaz,significó un auge en el desarrollo de adelantos materiales, técnicos y de infraestructura queposibilitaron consolidar las condiciones de modernización (como un equivalente de los modos devida presentes en el Primer Mundo) que le dieron una característica significativa a nuestro paísdurante el periodo de estudio.En el ramo de los avances de la “ciencia” médica, aun cuando la implantación del Positivismosignificó el paulatino ascenso de un nuevo marco explicativo sobre la realidad con base enelementos de contenido “racional”, grandes segmentos de la población permanecieron alejados deeste discurso y de sus beneficios, por lo que no dejaron de hacer uso de numerosos remediosmedicinales heredados de la tradición, asociados indisolublemente con las creencias del pasadoindígena donde, también, se conjugaban las creencias mágicas. Por ejemplo, cuando un niñoenfermaba su madre arrancaba plumas de la cola de un pato y las pasaba sobre la cara de su hijo,mientras murmuraba palabras; o “una mujer alimenta un loro con pequeños pedazos de tortilla yda al niño las migas que caen del pico y esto hará hablar al chico” 57 .En un primer plano, se tiene la emergencia de una serie de médicos y curanderos que, mediantesus experimentos de ensayo y error --la homeopatía, entre ellos--, afirman haber descubierto lascuras de muchas de las enfermedades predominantes de la época, y que lo largo del tiempo sehabían vuelto una constante: cólera, viruela, tifo, disentería, tisis y CRUP.Los nuevos “científicos”, al tener la posibilidad de curar a los enfermos de estas afecciones, sonconvertidos en personajes célebres por los medios de difusión y, sobre todo, por el PeriódicoOficial La Sombra de Arteaga. Así, su fama se ve reforzada por la incapacidad del Estado paraofrecer la debida atención a las epidemias y para construir la infraestructura médica y hospitalariarequerida a fin de cubrir las necesidades de la población. En este marco, la entrada en escena delos “inventores” de remedios encontró un campo propicio. Aquí podemos observar el uso deelementos con alto contenido de sustancias tóxicas para el organismo que, más que una cura,pudieron haber provocado estados de envenenamiento que a los pacientes les hacía perder lanoción de dolor.En un segundo plano, ante la limitada capacidad de los servicios de seguridad social y con laliberación de los mercados impuesta por el régimen, se hacen presentes las medicinas importadasde Europa --en particular las francesas-- que vienen a cubrir las deficiencias en el ramo de lasalud sustentadas en un discurso de racionalidad científica. En este contexto entran a competir almercado medicamentos con nombres o alusiones a la herbolaria tradicional prehispánica,patentados por marcas extranjeras y distribuidos por las boticas que ofrecían artículos para lacuración de enfermedades más simples, como las gastrointestinales y pulmonares.En un tercer plano encontramos los remedios caseros que, aunque con posibles propiedadescurativas, combinaban su uso con la fe como una base para la sanación del enfermo, unacostumbre transmitida históricamente a través de la tradición oral y posteriormente difundida enLa Sombra de Arteaga, en combinación con nuevos elementos de “conocimiento objetivo”.57 La Sombra de Arteaga, 24 de marzo de 1886.107
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