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La ciencia, el desarrollo tecnológico y la innovación en Querétaro. Historia, realidad y proyeccionesLos periódicos de los obreros que se publican en la capital de la República se han ocupado en estos días, tal vez a faltade mejores objetos, en propalar ideas incendiarias e inverosímiles, atribuyendo a los obreros y al pueblo, como hacetambién La Época, intenciones depravadas de sangre y de pillaje, bajo la salvaguardia sacramental e hipócrita derevolución del trabajo, revolución sin sofismas, revolución social [sic]. Todas estas paradojas, inventadas adrede por laprensa especuladora para ganar populachería, lejos de honrar a sus clientes, los deturpan [sic], y en vez de captarsesimpatías, se concitan, sin saberlo, universal desaprobación. Por lo mismo, no las refutamos sólo las consignamossintéticamente, como una prueba, de vez en cuando necesaria, de que entre nosotros es una verdad práctica la libertadde imprenta; pero incapaz de conmover a una sociedad ilustrada, ni a un gobierno que es tolerante por la constitución. Enel pueblo industrial y honrado de Querétaro, no hallarán eco ni le hacen gracia esas ideas que por ser notoriamenteinsostenibles no son peligrosas, y lo mismo sucede con plena seguridad en todos los estados de la República. 22Nótese que se habla del “pueblo industrial y honrado de Querétaro”. Este ser industrial está ligado ala honradez, y esta ligadura de conceptos sirve de premisa para asegurar que en Querétaro nohallarían eco ni gracia las ideas “que por ser notoriamente insostenibles no son peligrosas”.Se afirmaba la postura laboral de los habitantes de Querétaro a partir de afirmarse comotrabajadores honestos. Esta honestidad no debe entenderse desde un sentido moral solamente sinodesde una moralidad que alude a un modo de ser en y desde el trabajo.En el siguiente poema se resume, en buena medida, el ideal del queretano: “el santo trabajo delobrero” y la “obediencia a la ley”. El autor es Hipólito A. Vieytez, y se titula A los artesanos.¡Pueblo, salud! Un himno placentero,Exhala el pecho de ventura henchido:Eres libre, feliz y redimido,Por el santo trabajo del obrero.¡Pueblo, salud! Prosigue tu caminoPor la vía del progreso, sé constante,No te detengas, no, sigue adelanteY cumplirás así con tu destino.No envidies del magnate la riqueza,Sus palacios, sus galas y su oro:Eres más grande tú con la pobreza,Que aquel con su magnífico tesoro.Al estrechar tu encallecida mano,Al contemplarte en el trabajo rudo;Orgullo tengo si te llamo hermanoA ti, porque eres del honor escudo.¡Salud, oh pueblo! De mi amor el grito.El eco llegue hasta tu hogar tranquilo,A tu hogar pobre pero sí bendito;A tu morada de virtud asilo.¡Gloria a ti pueblo! ¡Gloria al artesano!Hosanna a tu trabajo, y sea tu anhelo,Con la oliva de paz en una manoDe obediencia a la ley, ser el modelo. 23Nos cuestionamos hasta dónde podrían llegar estas ideas. Decir que el pueblo es libre por decreto,porque lo dice la ley, o desde la poesía, no hace ni siquiera mella en la realidad. No siemprecomparten el mismo camino la realidad y lo que se dice de ésta. Pero, aun así, el poema nos dainformación sobre la mentalidad no sólo del poeta, sino del colectivo imaginario de la época conrespecto al trabajo. ¿Un pueblo libre, feliz y redimido por el santo trabajo del obrero? ¿Cuálcamino debería seguir el pueblo sin detenerse? ¿Cuál era la vía del progreso? No cabe duda queel trabajo era considerado como la panacea que resolvería los problemas sociales. Al obrero letocaba “cumplir con su destino”. Pero, ¿cuál era ese destino?, ¿el trabajo?, ¿no envidiar la riquezadel magnate porque se es más grande en la pobreza?Creemos que el poeta no buscaba presentar una postura alienada o perversa de la realidad,convirtiendo al queretano en un sujeto sumiso y sin voluntad, sino que pretendía que el queretano22 La Sombra de Arteaga, agosto 30 de 1877, p. 5.23 La Sombra de Arteaga, marzo 4 de 1877, pp. 3-4.144