11.07.2015 Views

La ciencia, el desarrollo tecnol󧩣o y la innovaci󮠥n Quer굡ro ... - Concyteq

La ciencia, el desarrollo tecnol󧩣o y la innovaci󮠥n Quer굡ro ... - Concyteq

La ciencia, el desarrollo tecnol󧩣o y la innovaci󮠥n Quer굡ro ... - Concyteq

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

El trabajo, <strong>la</strong> <strong>ciencia</strong> y <strong>el</strong> progreso desde <strong>el</strong> imaginario social que producen <strong>la</strong> poesía y <strong>el</strong> artículoperiodístico. Querétaro a finales d<strong>el</strong> siglo XIX y principios d<strong>el</strong> XX<strong>La</strong> <strong>ciencia</strong> y <strong>el</strong> progreso<strong>La</strong> apología d<strong>el</strong> trabajo a ultranza sería sustituida, años después, por <strong>la</strong> idea d<strong>el</strong> progreso, <strong>el</strong> cualse convertiría en una categoría literaria entre los poetas queretanos de finales d<strong>el</strong> siglo XIX yprincipios d<strong>el</strong> XX.En su concepción de progreso, <strong>la</strong> <strong>ciencia</strong> aparecía so<strong>la</strong>mente como ariete teórico, no poético, puesno fue un tema que les interesara a los poetas queretanos. Pero en <strong>el</strong> discurso periodístico síestaba presente. De <strong>la</strong> <strong>ciencia</strong> se decía apologéticamente, en 1873, lo siguiente:¡<strong>La</strong> <strong>ciencia</strong>! ¡Ah! <strong>La</strong> <strong>ciencia</strong> es <strong>la</strong> única que explica <strong>el</strong> misterio de que un ser humilde hasta acercarse a <strong>la</strong> nada, sea almismo tiempo magnífico hasta <strong>la</strong> exc<strong>el</strong>situd. Sí: por <strong>el</strong><strong>la</strong> <strong>el</strong> hombre es grande; y está predestinado a serlo tanto máscanto más se le aproxime por una serie de perfeccionamientos sin fin […] preciso es reconocer que <strong>la</strong> <strong>ciencia</strong> es una:hablo de <strong>la</strong> <strong>ciencia</strong> en sí misma. Así considerada, no es <strong>el</strong> conjunto informe de verdades inconexas, ni <strong>la</strong> interminableserie de subordinadas unas a otras: es una verdad única. Si vais a buscar alguna y corréis <strong>el</strong> v<strong>el</strong>o que <strong>la</strong> oculta, allí enaqu<strong>el</strong><strong>la</strong> <strong>la</strong> hal<strong>la</strong>réis y sólo allí; porque esa verdad única envu<strong>el</strong>ve a todas en su unidad augusta. Ninguna verdad esmayor que otra: ninguna de <strong>el</strong><strong>la</strong>s tampoco es menor que <strong>la</strong> universal. 29Se buscaba que <strong>el</strong> ciudadano, como sujeto racional, asumiera una actitud crítica de acuerdo con <strong>la</strong>pedagogía d<strong>el</strong> momento: <strong>el</strong> Positivismo. Al menos eso nos explica <strong>la</strong> siguiente nota periodística:Hay cierta pereza mental que nos seduce con <strong>la</strong> ventaja de evitarnos <strong>el</strong> trabajo que otros se han tomado antes.Gustamos de admitir <strong>la</strong>s opiniones que otros han formado, porque nos ahorramos <strong>la</strong> fatiga de formar<strong>la</strong>s por nosotrosmismos, y de este modo creemos enriquecernos con lo ajeno, y caemos a veces en un precipicio que nos han abierto.¡Cuántos escarmientos dolorosos nos evitaríamos si quisiéramos recobrar esta indiferencia de espíritu, fiándonos tansólo al testimonio de nuestro convencimiento. Mas <strong>la</strong> razón pide a gritos que <strong>la</strong> fortalezcan, suministrándole los mediosque necesita para <strong>el</strong>evarse y progresar. <strong>La</strong> educación int<strong>el</strong>ectual y positiva se encarga de esta ardua tarea, ardua noen su práctica, sino en su determinación y límites. 30<strong>La</strong> idea era construir un ciudadano que respondiera al pensamiento d<strong>el</strong> momento, que estuvieraalejado de <strong>la</strong>s supercherías y temores infundados con los que vivieron, por ejemplo, a principiosd<strong>el</strong> siglo XIX. Por eso se buscaba erradicar <strong>la</strong>s leyendas, a <strong>la</strong>s que consideraban contrarias alprogreso y al espíritu científico d<strong>el</strong> momento. Recuérdese sobre <strong>el</strong>lo <strong>la</strong> crítica que se hacía de <strong>la</strong>stradiciones de los indígenas queretanos.“En cuanto a <strong>la</strong> noticia d<strong>el</strong> encapotado, es una conseja parecida a <strong>la</strong> de <strong>la</strong> llorona, que sólo hanacogido personas ilusas que creen en espantos; pero es absolutamente falso que alguien hayaandado amagando a <strong>la</strong>s gentes con puñal en mano”. 31Contrario a esto, se pretendía inspirar lo que pudiéramos l<strong>la</strong>mar un sentimiento científico. Y <strong>la</strong>poesía seguía siendo <strong>el</strong> medio para dar a conocer sus ideas e ideales. Así se hizo en <strong>la</strong>distribución de premios d<strong>el</strong> Liceo Católico, en donde <strong>el</strong> poeta José María Carrillo leyó <strong>el</strong>siguiente poema (fragmento) de su autoría.29 <strong>La</strong> Sombra de Arteaga, diciembre 7 de 1873, p. 3.30 <strong>La</strong> Sombra de Arteaga, septiembre 13 de 1878, pp. 397-398.31 <strong>La</strong> Sombra de Arteaga, noviembre 26 de 1895, p. 440.147

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!