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La ciencia, el desarrollo tecnológico y la innovación en Querétaro. Historia, realidad y proyeccionesEn el caso de la avicultura, la frontera a la comercialización se abrió formalmente en el año 2003,ante lo cual, previamente, se habían operado cambios importantes en la industria local en variosaspectos: desde la asociación con empresarios locales e internacionales, hasta la innovacióntecnológica, a fin de competir bajo las nuevas condiciones del mercado determinadas por lasexigencias de los grandes consorcios avícolas. Este proceso, que inició con Purina, aunado aldesarrollo tecnológico, al crecimiento urbano, y a políticas estatales, nacionales e internacionales,cobró nuevas dimensiones con la presencia de la corporación norteamericana Pilgrim’s Pride, queplanteó nuevas exigencias tecnológicas, formas de asociación más rígidas, y nuevos roles en sudesempeño con los avicultores locales asociados a ella, con la intermediación del Estado endistintos niveles.Cuando Pilgrim’s Pride se estableció en Querétaro el escenario nacional era de crisis económica,a la que no escaparon los avicultores locales que se habían endeudado en dólares para modernizarsu infraestructura estratégica. Cuando esta crisis económica estalló en 1994-95, Pilgrim’s Prideadquirió las empresas estratégicas de los avicultores agrupados en la Asociación de Avicultoresde Querétaro, quienes se vieron precisados a vender para sortear sus deudas e incorporarse comosocios “aparceros” 2 de la transnacional, bajo una política de riesgo compartido que media en lasrelaciones entre ambas partes. De este modo Pilgrim’s Pride se convirtió en aval financiero,posibilitando a sus asociados pagar sus deudas, tecnificar sus casetas y aumentar sus volúmenesde engorda, en un contexto de crisis económica en donde no había créditos para la industria. Esterol benefició, también, al estado, pues no sólo le resolvió el problema de endeudamiento quetenían los avicultores, sino que se convirtió en un ente financiero constante para con susasociados.El esquema de asociación y producción a través de aparceros, es similar al de maquila: los socios(aparceros) sólo son dueños de sus casetas y de su conocimiento acumulado durante sutrayectoria en este quehacer. Reciben de la corporación el pollito recién nacido, el alimento,asesoría técnica, medicamentos, créditos para tecnificar y/o ampliar sus instalaciones, etc.,comprometiéndose, a cambio, a entregar el pollo con las características requeridas por lacorporación, que otorga un pago acorde con la cantidad y la calidad (en lo que se denomina“conversión”; esto es, la cantidad de alimento convertida en kilos de carne).Bajo este esquema de asociación con los productores locales la previsión era lograr un buen nivelcompetitivo, cumpliendo con premisas como automatizar las instalaciones y “cambiar dementalidad”; es decir, asimilar culturalmente la nueva tecnología y adoptar un nuevo modo dehacer las cosas. Ante las nuevas condiciones varios avicultores aparceros invirtieron para crearinstalaciones totalmente automatizadas, incrementando hasta en un 500 % su volumen de2 La aparcería no es algo nuevo. Wallerstein hace referencia a esta manera de minimizar el riesgo, cuando analiza las formas deemplear mano de obra en el sistema mundial del siglo XVI. La periferia utilizaba trabajo forzado, el centro mano de obra libre enaumento, y la semiperiferia desarrolló una forma intermedia: la aparcería, como una alternativa extendida en otras áreas aunquepredominante en la semiperiferia. “Los arrendatarios tienen un contrato fijo, y salen ganando en momentos de inflación, al menosen la medida en la que los contratos sean a plazo relativamente largo. Por supuesto, lo contrario es cierto cuando declina elmercado. La aparcería es así un método de minimizar los riesgos. Resulta de esto que la aparcería es considerada másfácilmente en áreas de agricultura especializada, en las que los riesgos de variaciones pesan más que los costos de transacción.Pero este era precisamente un momento de altos riesgos. El aumento continuo de la inflación de precios resulta muypreocupante. La aparcería parecía ser el remedio” (Wallerstein, 1987:144-148).198