La ciencia, el desarrollo tecnol󧩣o y la innovació® ¥n Quer굡ro ... - Concyteq

El campus universitario de Juriquilla: crónica de una utopía en progresoactiva y con visión de futuro-- tuvo una participación esencial el sector educativo y, dentro de él, demanera muy significativa, el campus Juriquilla UNAM-UAQ.Al conmemorar este año eventos determinantes para los mexicanos como los ya mencionamos, elbalance histórico y social define un camino a seguir lleno de retos y aun de incertidumbres. Pero elcontar con fortalezas como las que hoy tienen el quehacer en educación, investigación y cultura enQuerétaro, habla de un trabajo sostenido y creciente y, más aún, de un futuro promisorio.Gratitud perenne a la UNAM y a la UAQ por su espíritu y calidad vanguardista en el pensamiento, ypor su profundo sentido de su altísimo compromiso social.Los orígenes del CampusDr. Flavio Mena Jara , Primer director del Centro de Neurobiología (1993-2002).En estas páginas voy a relatar aspectos referentes a los orígenes y a la historia, así como algunasanécdotas de lo que primero fue idea, después proyecto, luego Centro, y ahora Instituto deNeurobiología en el campus UNAM-UAQ, en Juriquilla.La idea de proponer la creación de un Centro independiente orientado a la neurofisiología, debe habersurgido en el otoño de 1987. La neurofisiología es una disciplina de antigua raigambre y prestigio,pionera en el desarrollo de la investigación científica en México que, al igual que en otrasdependencias académicas dentro y fuera de la UNAM, para ese entonces había alcanzado ya unnotable desarrollo en nuestro país.Dentro, en la Facultad de Medicina y en los Institutos de Investigaciones Biomédicas (IIBM) y deFisiología Celular (IFiCe). Fuera, en el Instituto Nacional de Cardiología y en el Centro de Investigación yde Estudios Avanzados (CINVESTAV), sin contar a los neurofisiólogos de otras instituciones enTlaxcala, Puebla, Veracruz, Colima y Aguascalientes, por mencionar algunos ejemplos.Volviendo a los orígenes del proyecto de creación del Centro de Neurobiología (CNB), éste se gestóen el Departamento de Fisiología del IIBM cuando yo era jefe del mismo, y Librado Ortiz era directordel Instituto. En retrospectiva, siento que hubo varias razones para buscar independizarnos del IIBM.Una de ellas, y quizá la principal, era que el ambiente académico en el Departamento había decaídoconsiderablemente debido a que muchos investigadores valiosos lo habían abandonado. Otra fue eldesencanto asociado a la falta de reconocimiento hacia el valor del trabajo académico y a laformación de investigadores, así como al liderazgo que pudo haberse establecido en el contexto de lapolítica académica universitaria. La ironía implícita es que, de haber sido diferente, quizá no habríaInstituto de Neurobiología.El camino empezó hace 22 o 23 años, más o menos, y si bien fue un buen principio, alegre y conesperanza, en realidad después se tornó difícil y llena de obstáculos. También hubo que lamentarvarias deserciones, ya que a pesar de haber elaborado un plan de excelente calidad, algunosparticipantes comenzaron a buscar y consolidar alternativas aun cuando decían conservar su interésen el proyecto del CNB. En fin, una vez que nuestra propuesta fue aceptada, en principio, tanto por eldirector del IIBM como por el doctor José Sarukhán (entonces coordinador de la InvestigaciónCientífica), nos abocamos a la tarea de cuidar que el proyecto tuviese la fortaleza necesaria paralograr su aceptación bajo cualquier criterio académico, pues, como era el caso, no contábamos con unapoyo áulico que nos facilitara el camino. La propuesta, por cierto, conservó desde el principio elenfoque multidisciplinario que había caracterizado al trabajo de investigación en el Departamento deFisiología, y que prevalece hasta ahora. Finalmente, y ya integrado el proyecto, surgieron una serie desituaciones que, en conjunto, retrasaron su aprobación durante casi cinco años más.303