11.07.2015 Views

La ciencia, el desarrollo tecnol󧩣o y la innovaci󮠥n Quer굡ro ... - Concyteq

La ciencia, el desarrollo tecnol󧩣o y la innovaci󮠥n Quer굡ro ... - Concyteq

La ciencia, el desarrollo tecnol󧩣o y la innovaci󮠥n Quer굡ro ... - Concyteq

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

El trabajo, <strong>la</strong> <strong>ciencia</strong> y <strong>el</strong> progreso desde <strong>el</strong> imaginario social que producen <strong>la</strong> poesía y <strong>el</strong> artículoperiodístico. Querétaro a finales d<strong>el</strong> siglo XIX y principios d<strong>el</strong> XXal progreso de su ciudad, lo que se buscaba era <strong>la</strong> construcción de un sujeto que respondiera a <strong>la</strong>idea por demás moralizadora.Y si <strong>el</strong> trabajo dignificaba a quien lo realizaba, <strong>el</strong> vicio no sólo denigraba como persona a quienlo practicaba, sino a <strong>la</strong> sociedad en sí. En otras pa<strong>la</strong>bras, vemos un discurso d<strong>el</strong> que se desprendeotro; en <strong>el</strong> primero, se encuentra un sujeto virtuoso que a partir de trabajar --de acuerdo con su“honrada <strong>la</strong>boriosidad, una buena educación y <strong>el</strong> conocimiento de nuestros deberes sociales”--hace que su sociedad crezca; en <strong>el</strong> segundo, un sujeto que al no trabajar es excluido de <strong>la</strong>sociedad y, por tanto, se convierte en “zángano que vive durmiendo y chupando <strong>la</strong> mi<strong>el</strong> de <strong>la</strong>colmena social”. ¿Cómo podría ser aceptada, entonces, una sociedad que vivía sumida en <strong>la</strong>pobreza? ¿Cómo, si su pobreza era producto de <strong>la</strong> falta de trabajo? ¿Podría decirse que quientrabajaba 16 horas, no era suficiente si seguía en condiciones precarias?El trabajo como concepto era un lugar común en <strong>la</strong> creación literaria. Sin embargo no se reducíaa <strong>la</strong> so<strong>la</strong> enunciación literaria, pues además de <strong>la</strong> denotación que podría tener en un sentidosincrónico, estaba <strong>el</strong> aspecto denotativo que implicaba no sólo uno diacrónico, sino uno queconjugaba en un solo vértice ambos: <strong>el</strong> sincrónico y <strong>el</strong> diacrónico. El punto focal era <strong>el</strong> serhumano que trabajaba. En él se resumía <strong>la</strong> justificación de un pasado mítico y glorioso, y <strong>el</strong> de unfuturo promisorio (aspectos diacrónicos), por medio de un c<strong>la</strong>ro sentido social ético de <strong>la</strong> época(aspecto sincrónico).Por otra parte, <strong>la</strong> tierra era importante para fortalecer <strong>el</strong> concepto de trabajo. Era <strong>la</strong> primera fuentepara producir trabajo. Así, en 1872 se publicó en <strong>La</strong> Sombra de Arteaga un poema, “<strong>La</strong> milpa”, <strong>el</strong>cual fue publicado nuevamente en <strong>el</strong> periódico El Pensamiento, en 1875. Creemos que era mujer<strong>la</strong> autora, pues en <strong>la</strong> primera ocasión firmó como <strong>La</strong> Libertad 21 , y en <strong>la</strong> segunda con <strong>la</strong>s inicialesM. R. A.En este poema hay un grito en contra d<strong>el</strong> “magnate que deniega / <strong>el</strong> jornal o lo escatima / y atodos los que enriquecen / de los pobres con <strong>la</strong> ruina”. También <strong>la</strong> defensa que se hace d<strong>el</strong>mod<strong>el</strong>o de vida d<strong>el</strong> trabajador, al que se le reconoce que vive para <strong>el</strong> noble objeto. Hay, pues, unadefensa maniquea de <strong>la</strong> realidad. Y una c<strong>la</strong>ra postura idealista: “piadoso <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o os conserve”.Un <strong>el</strong>emento que nos parece interesante, es que fue publicado, al igual que muchosposteriormente, más de una vez en diferentes medios impresos. Al respecto, creemos que loseditores le daban cierto valor a algunos poemas. Inclusive dudamos que no supieran que yahabían sido publicados, y aun así los volvían a publicar. Su valor social seguía <strong>la</strong>tente. Y es estevalor <strong>el</strong> que nos permite cuestionarnos si era sólo por aspectos meramente literarios, o si habíaalguna razón de índole social, o <strong>la</strong>boral. Si fuera <strong>la</strong> segunda, estaríamos hab<strong>la</strong>ndo de que <strong>la</strong> poesía--este tipo de poesía-- no era so<strong>la</strong>mente para disfrutar de <strong>la</strong>s b<strong>el</strong><strong>la</strong>s letras, sino para concientizar aquienes <strong>la</strong>s leían. En todo caso, una cosa no estaba separada de <strong>la</strong> otra, aunque no hay quesos<strong>la</strong>yar que no se hacía lo mismo con otros poemas de <strong>la</strong> misma autora.Los queretanos se sentían seguros de sus posturas tradicionales y conservadoras que lessignificaba <strong>la</strong> forma de conceptuar al trabajo. Reprobaban y menospreciaban <strong>el</strong> comunismo, queempezaba a difundirse en <strong>la</strong> capital d<strong>el</strong> país. Al respecto, leamos <strong>la</strong> siguiente nota periodísticatitu<strong>la</strong>da “El comunismo en México”.21 <strong>La</strong> cursiva es nuestra.143

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!