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La ciencia, el desarrollo tecnol󧩣o y la innovaci󮠥n Quer굡ro ... - Concyteq

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El trabajo, <strong>la</strong> <strong>ciencia</strong> y <strong>el</strong> progreso desde <strong>el</strong> imaginario social que producen <strong>la</strong> poesía y <strong>el</strong> artículoperiodístico. Querétaro a finales d<strong>el</strong> siglo XIX y principios d<strong>el</strong> XXse convirtiera en <strong>el</strong> ciudadano virtuoso, que idealizaban en aqu<strong>el</strong><strong>la</strong> época, a partir d<strong>el</strong> trabajo. Por<strong>el</strong>lo, siendo fi<strong>el</strong>es a ciertas concepciones sociales decimonónicas, para 1891 <strong>el</strong> trabajo seguíasiendo punta de <strong>la</strong>nza para comprenderse y comprender <strong>el</strong> mundo en donde vivían. Decían:“Pueblo que trabaja, dice un escritor salvadoreño, es pueblo que ama a Dios, porque su vida esejemplo constante de moralidad […] por esta causa <strong>el</strong> ejecutivo de Querétaro emprende obrasmateriales, en <strong>la</strong>s que da pan y trabajo a los obreros y los apoya y protege <strong>la</strong> instrucción”. 24 Sobreeste mismo tema, en <strong>el</strong> mismo periódico se escribió <strong>el</strong> siguiente artículo:El trabajo es <strong>la</strong> principal herencia d<strong>el</strong> hombre […] Sentencia impuesta por <strong>el</strong> Supremo Hacedor al primer hombre d<strong>el</strong>pecado y que ha venido a ser un precepto para sus descendientes. Sin <strong>el</strong> trabajo no se concibe ni <strong>la</strong> sociedad, ni <strong>la</strong>civilización, ni <strong>el</strong> progreso. En todos los tiempos y en todas <strong>la</strong>s edades, <strong>el</strong> trabajo ha enaltecido al hombrecontribuyendo poderosamente a <strong>la</strong> prosperidad de <strong>la</strong>s naciones. Por esta razón, sin duda, los países más indolenteshan sido siempre los más atrasados en civilización y cultura. El trabajo se hal<strong>la</strong> ligado íntimamente con <strong>la</strong>snecesidades d<strong>el</strong> hombre ais<strong>la</strong>do o en sociedad. […] Como consecuencia d<strong>el</strong> trabajo se hal<strong>la</strong> <strong>la</strong> f<strong>el</strong>icidad queexperimenta <strong>el</strong> hombre <strong>la</strong>borioso. <strong>La</strong> inf<strong>el</strong>icidad o <strong>la</strong> desgracia son una consecuencia de <strong>la</strong> ociosidad y vive con <strong>el</strong>hombre desocupado. […] Con efecto, <strong>la</strong> ociosidad es como una negra nube que oscurece <strong>el</strong> c<strong>la</strong>ro ci<strong>el</strong>o d<strong>el</strong>entendimiento; es una fantástica ilusión de <strong>la</strong> quietud que haciendo activa <strong>la</strong> voluntad para <strong>el</strong> mal, entorpece <strong>la</strong>memoria para <strong>el</strong> bien: es una fingida paz d<strong>el</strong> ánimo en cruda guerra con <strong>el</strong> espíritu; es una borrascosa tranquilidad en<strong>el</strong> irritado pié<strong>la</strong>go d<strong>el</strong> mundo; es, en fin, un tupido v<strong>el</strong>o sobre <strong>el</strong> hermoso cuadro de <strong>la</strong>s virtudes y una luz engañosapara <strong>el</strong> colorido lienzo de los vicios […] Por escasa que sea nuestra fortuna, por insuficientes que sean nuestrosrecursos y por más que <strong>la</strong> suerte contraríe nuestros esfuerzos, nunca seremos tan miserables y tan desgraciadoscomo esos seres aburridos bajo <strong>el</strong> peso de <strong>la</strong> ociosidad que por lo general viven esc<strong>la</strong>vos de sus repugnantes vicios.[…] Tengamos firmeza de ánimo para conservar en actividad nuestros brazos y nuestra int<strong>el</strong>igencia; aborrezcamos <strong>el</strong>ocio con toda nuestra alma, como a <strong>la</strong> mayor de <strong>la</strong>s ca<strong>la</strong>midades; y de este modo, lograremos apartarnos de <strong>la</strong>inmunda choza de los vicios, llegaremos a tener entrada en <strong>el</strong> santuario de <strong>la</strong> tranquilidad. 25En esta nota se observa c<strong>la</strong>ramente una postura maniquea desde <strong>la</strong> que se reprueba a los que nocomparten <strong>la</strong> idea de trabajar como parte indisociable de vivir armónicamente en sociedad. Dehecho, <strong>el</strong> trabajo era considerado --como hemos visto-- una obligación divina. Por <strong>el</strong>loreprobaban <strong>la</strong> limosna. Leamos al respecto <strong>la</strong> siguiente nota periodística. “Lo repetimos, <strong>la</strong> mejorcaridad es <strong>la</strong> de proporcionar trabajo, cuyo fruto saque de <strong>la</strong> pobreza, saque de <strong>la</strong> miseria al pobrey al menesteroso. <strong>La</strong> mejor limosna no es <strong>la</strong> de dar pan ni dinero, sino <strong>la</strong> de dar trabajo; y es <strong>la</strong>más conforme con <strong>la</strong>s ideas genesiacas y cristianas, según <strong>la</strong>s cuales, <strong>el</strong> hombre tiene obligación,no de comer <strong>el</strong> pan de limosna, sino de comer <strong>el</strong> pan con <strong>el</strong> sudor de su rostro”. 26Sobre <strong>el</strong> asunto de <strong>la</strong> pobreza encontramos una dicotomía, pues, por un <strong>la</strong>do, se reprueba <strong>la</strong>pobreza con sustentos bíblicos, y por otro, se le sitúa como fatalidad d<strong>el</strong> destino d<strong>el</strong> poeta.<strong>La</strong>s víctimas d<strong>el</strong> ideal. ¡<strong>La</strong> pobreza es <strong>el</strong> patrimonio d<strong>el</strong> genio! Cuenta Chiller en un d<strong>el</strong>icado apólogo, que al repartirJúpiter los bienes de <strong>la</strong> tierra a los mortales, cuando ya nada quedaba por dar, se presentó <strong>el</strong> poeta rec<strong>la</strong>mando suparte. Sorprendido <strong>el</strong> mitólogo [sic] dios por <strong>el</strong> olvido, le preguntó en dónde había estado durante <strong>el</strong> reparto.–Señor –le contestó <strong>el</strong> hijo de Apolo– a tu <strong>la</strong>do contemp<strong>la</strong>ndo los espléndidos rayos de tu grandeza.–Abiertas tendrás siempre <strong>la</strong>s puertas de mi alcázar, repuso <strong>el</strong> dios para conversar conmigo.Desde entonces los poetas poseen <strong>el</strong> lenguaje de los dioses; pero ¡oh desdicha!, desde entonces nacen desheredadosde los bienes mundanos. Desde entonces <strong>el</strong> hacer versos para <strong>la</strong> gloria, como dijo Fígaro, es un modo de vivir que noda para vivir; desde entonces <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra poeta es sinónimo de pobre. Y sin embargo nadie más rico de inspiración, deamor y de entusiasmo que <strong>el</strong> poeta: nadie más dispuesto a emprender grandes acciones, a cantar heroicas hazañas.24 <strong>La</strong> Sombra de Arteaga, enero 31 de 1891, pp. 57-58.25 <strong>La</strong> Sombra de Arteaga, noviembre 21 de 1891, pp. 611-612.26 <strong>La</strong> Sombra de Arteaga, marzo 7 de 1891, p. 116.145

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