11.07.2015 Views

La ciencia, el desarrollo tecnol󧩣o y la innovaci󮠥n Quer굡ro ... - Concyteq

La ciencia, el desarrollo tecnol󧩣o y la innovaci󮠥n Quer굡ro ... - Concyteq

La ciencia, el desarrollo tecnol󧩣o y la innovaci󮠥n Quer굡ro ... - Concyteq

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Un espejismo seductor: <strong>ciencia</strong> y tecnología en Querétaro (1876-1900)<strong>La</strong> Sombra de Arteaga como muy útil para todas <strong>la</strong>s c<strong>la</strong>ses sociales y, por lo bien hecho d<strong>el</strong> libro,se dijo que ese “importante trabajo científico [era] una indispensable obra de consulta” (<strong>La</strong>Sombra de Arteaga, 16 de mayo de 1893).En 1898 se introdujo en nuestro país <strong>el</strong> sistema métrico decimal. Su introducción generó unaserie de conflictos, pues durante muchos años se había trabajado sobre otra base. Para facilitar suintroducción en Querétaro, se hicieron públicos unos “apuntes” <strong>el</strong>aborados por <strong>el</strong> Ingeniero JuanB. Alcocer, quien señaló que “hemos calificado <strong>la</strong> innovación de ventajosa, y podríamos tambiénl<strong>la</strong>mar<strong>la</strong> patriótica, puesto que entraña un progreso que <strong>el</strong> estado de cultura int<strong>el</strong>ectual de nuestropaís rec<strong>la</strong>ma urgentemente y, en cierto modo, nos pone al niv<strong>el</strong> de <strong>la</strong>s naciones más civilizadas”(Alcocer en Balbontín, 1993, 3).Lo que nos muestra este texto es una continuidad en <strong>el</strong> discurso patriótico y progresista, pese a <strong>la</strong>distancia que separa <strong>la</strong> publicación de Balbontín (1867) de <strong>la</strong> publicación de Alcocer (1898). Enambos casos <strong>la</strong> idea de <strong>la</strong> búsqueda de <strong>la</strong> utilidad pública está presente. Lo está también <strong>la</strong> idead<strong>el</strong> progreso y de <strong>la</strong> necesidad de posicionar al país al niv<strong>el</strong> de <strong>la</strong>s naciones más civilizadas.Vemos, entonces, cómo <strong>la</strong>s innovaciones son vistas como un signo de progreso y de mejora.Otros textos de carácter científico aparecen anunciados en <strong>La</strong> Sombra de Arteaga. Los anunciosson breves descripciones de sus contenidos, y traen costos y lugares de venta. Muchos de estoslibros son de importación, fundamentalmente de España y Francia. En algunos casos los librosson criticados, como sucedió con <strong>la</strong> Geografía de México, publicada en Tabasco por <strong>el</strong> señorAlberto Correa, a <strong>la</strong> cual le hace una serie de precisiones, sobre todo en r<strong>el</strong>ación con lo publicadosobre Querétaro, o a lo que no publicó (<strong>La</strong> Sombra de Arteaga, 3 de marzo de 1886). Otrosproductos que se anuncian como complementos para <strong>el</strong> ejercicio científico (fundamentalmente d<strong>el</strong>a medicina) son los Libros de Memoria o Memorándum Terapéutico, en donde los usuariospodrán tomar notas o consultar desde equivalencias, venenos y contravenenos, hasta listados demédicos, hospitales, baños, leyes y decretos, etcétera (<strong>La</strong> Sombra de Arteaga, 30 de enero de1887).CientíficosDurante <strong>el</strong> siglo XIX se desarrol<strong>la</strong>ron en nuestro país algunas <strong>ciencia</strong>s: medicina, química,botánica, arqueología, física, astronomía, entre otras. En estas disciplinas Querétaro dio al paísnotables científicos, destacándose por sus trabajos <strong>el</strong> Dr. Pedro Escobedo, famoso por ser <strong>el</strong>creador de <strong>la</strong> Escu<strong>el</strong>a de Medicina y Cirugía (1836) y reconocido por su trabajo como médico, loque le hizo acreedor a formar parte de asociaciones y academias como <strong>la</strong> Academia Médica deMadrid y de París, o d<strong>el</strong> Ateneo Mexicano (Díaz, 1978, 50-51). Destacó también <strong>el</strong> Dr. FernandoAltamirano y Rojas, reconocido por sus trabajos en <strong>el</strong> área de botánica y en <strong>el</strong> estudio de <strong>la</strong>sp<strong>la</strong>ntas y sus usos terapéuticos (Díaz, 1978, 15). Fue además filántropo pues regaló a <strong>la</strong> ciudad“un <strong>el</strong>egante cajón con Linfa de Koch y los útiles para su estudio y aplicación a los tuberculosos”(<strong>La</strong> Sombra de Arteaga, 14 de febrero de 1891). Otro científico destacado fue <strong>el</strong> químicoLeopoldo Río de <strong>la</strong> Loza, quien se inició como médico aun cuando su principal legado está en <strong>la</strong>química y en <strong>la</strong> docencia. Como químico, Río de <strong>la</strong> Loza trabajó fundamentalmente sobre <strong>el</strong>estudio de <strong>la</strong>s sales y aguas (Díaz, 1978, 97-98; Trabulse, 2005, 238-239). Otro destacado médicofue José Ma. Vertiz, quien además de ser maestro y director de <strong>la</strong> Escu<strong>el</strong>a de Medicina, fueoftalmólogo y cirujano (Díaz, 1978, 135).127

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!