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La ciencia, el desarrollo tecnológico y la innovación en Querétaro. Historia, realidad y proyeccionesexplicación con base en las condiciones físicas que causan o producen los efectos a explicar, quecorresponden a las causas eficientes del propio Aristóteles.La tradición comprensiva atribuye un carácter científico a las ahora llamadas disciplinas sociales.Desde Dilthey se arguye que en estas ciencias el objeto de estudio y el investigador están en unamisma realidad histórico-social, donde se fusionan en una unidad sujeto-objeto, permitiendo (ytal vez, exigiendo) una comprensión desde dentro de los fenómenos sociales y procesoshistóricos. Esto, ciertamente, representa una posición radical respecto a la dicotomía entre elobjeto cognoscible y el sujeto cognoscente característico de las ciencias naturales y de laepistemología tradicional.Esta tesis respecto a la distinción en los objetos de estudio apunta a una diferencia esencial entreambos tipos de investigación, natural y social. Si bien resulta completamente inverosímil atribuirintenciones a las entidades físicas (por ejemplo, átomos y planetas), es necesario reconocer queen buena medida ciertas acciones humanas responden no a propensiones genéticas, reflejosincondicionados o pulsiones psíquicas sino a intenciones, las cuales direccionan a las mismas a laconsecución de ciertos fines. Si elimináramos la dimensión intencional en nuestro estudio de lasacciones humanas, limitándonos a esquemas mecánico-causales, buena parte de las mismas nosresultarían no absurdas sino ininteligibles y carentes de cualquier sentido. De esta manera, fines eintenciones tienen un lugar propio en el campo de las ciencias sociales, en contraste con lasnaturales, permitiendo explicaciones teleológicas o interpretaciones comprensivas.Pero de las diferencias entre explicaciones causales y teleológicas, o entre explicacionesmecanicistas y funcionales, no podemos extraer una distinción entre ambos tipos de disciplinas:naturales y sociales. Sólo hare un par de señalamientos a este respecto. Primero, dentro delcampo de la biología encontramos que, por un lado, la teoría de la selección natural de CharlesDarwin arroja un mecanismo para explicar fenómenos como la especiación mientras que, otrolado, para explicar la constitución (e interacciones) de los órganos y sistemas en los seres vivos serecurre no sólo a mecanismos sino también a fines específicos que los órganos y sistemas tienenque lograr con el fin último de la sobrevivencia de los organismos y su reproducción. 8 De estamanera coexisten explicaciones mecánicas y teleológicas (o funcionales), quizá de manera noexcluyente sino complementaria, dentro de la biología. Segundo, en las mismas ciencias físicas,el modelo de explicación causal enfrenta barreras insuperables si se supone que las causasdeterminan unívocamente a sus efectos. Varios tipos de procesos cuánticos a nivel subatómico(por ejemplo, fisión, dispersión, desintegración) acontecen azarosamente, obedeciendo leyes nodeterministas (como las leyes de la mecánica newtoniana) sino leyes probabilistas. Esto haconducido a algunos físicos (destacadamente, Niels Bohr) a sostener (contra Albert Einstein) queen el nivel subatómico de la realidad física el principio de causalidad no tiene validez,provocando una polémica que persiste hasta nuestros días, que pone en duda la viabilidad de lasexplicaciones causales en el reino cuántico.El objetivo de lo anterior es sólo apuntar que una dicotomía tajante entre las ciencias naturales ylas sociales paralela a una dicotomía entre las explicaciones causales y las teleológicas no esviable y que, por ello, no podemos distinguir propiamente entre unas disciplinas y otras en virtuddel tipo de explicaciones que ofrecen. Sin embargo, la corriente de investigación concentrada enla interpretación comprensiva, interpretaciones que confieran un sentido o dirección intencional,de los fenómenos sociales y procesos históricos permanece vigente, en la cual se ha incorporado360