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La ciencia, el desarrollo tecnológico y la innovación en Querétaro. Historia, realidad y proyeccionesEs clara la apología al trabajo. “Es, el puntoso templo al trabajo erigido, / Es, el brillante alcázarque la industria labró, / Es, por la inteligencia el lugar elegido, / Para hacer de sus frutos brillanteExposición”. Esta pujanza de la que habla la poeta no es sólo producto de los hombres; reconocela participación de las mujeres: “La mujer, de la tierra el ser privilegiado / Que concentra en suesencia a toda la creación; / Que al poeta y al artista la vida les ha dado: / ¿Podría yacer oscura entétrico rincón?”. La Exposición de 1882 sirvió como escaparate no sólo para mostrar la realidadque se vivía en Querétaro, sino también la que se soñaba. Un poeta que participó de este “sueño”del progreso fue Antonio Cuellar y Argomaníz, “el queretano”. A continuación un fragmento desu poema titulado A Querétaro. En la inauguración de su primer certamen científico, artístico yliterario.¡Histórica ciudad de mis mayores!Hasta hoy en el olvido sepultada;Ostentando tu espléndida belleza,Levanta tu cabeza,De la paz y el progreso¡Por lo bellos fulgores coronada!Que al silbido estridenteCon que llama a tus puertas,Siempre a lo noble y lo grandioso abiertas,Veloz locomotora,Que con voz prepotenteDe civilización canta la aurora,Respondes con el himno de alegríaQue de placer a nuestro pecho inflamaPorque lleno de encanto y de poesía,Anuncia la era nueva,¡Que de la gloria hasta el santuario lleva!Él llama a tus hogaresPara entonar los poéticos cantaresQue forman confundidosEl cincel, y la lira, y los telares,La escuadra, y el compás, y los arados,Del trabajo en los templos bendecidos,Fuentes de la grandeza en todas partes,A los hijos mimados¡De las ciencias, las letras y las artes!Pasó el tiempo nefandoEn que a la voz que a las pasiones rugeDe tus hijos la sangre derramandoAlcanzaste en la historia,Con malogrado empuje,Sangriento lauro de eternal memoria.Pasó la era malditaEn que la guerra que abatió precitas,Graneros y sembradosEn tus fértiles campos,Los talleres cerró del artesano,Y en su furor insanoDe la ciencia el santuario,Llevó también su encono temerario.Pasaron por ventura, oh patria mía,Las épocas de infausta tiranía,Y tus campiñas antes desoladas,De la paz al abrigo,Se ven hoy alfombradasPor los maizales y el dorado trigo.De múltiples talleres se levantaDel artesano en el honrado pecho,El himno gigantesco del derechoCon que el trabajo al adelanto canta. 1313 La Hoja Suelta, mayo 28 de 1882.138