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La ciencia, el desarrollo tecnol󧩣o y la innovaci󮠥n Quer굡ro ... - Concyteq

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<strong>La</strong> <strong>ciencia</strong>, <strong>el</strong> <strong>desarrollo</strong> tecnológico y <strong>la</strong> innovación en Querétaro. Historia, realidad y proyeccionesno pasaba desapercibido. Y son precisamente los artículos periodísticos los que nos permitencomprender <strong>el</strong> trasfondo social y r<strong>el</strong>igioso con <strong>el</strong> que veían muchos queretanos al trabajo.¡El trabajo! He aquí <strong>el</strong> patrimonio d<strong>el</strong> artesano. ¡El trabajo! Esto es, <strong>el</strong> designio de Dios y de <strong>la</strong> naturaleza, para <strong>la</strong> granmisión d<strong>el</strong> hombre, que no es otra, sino <strong>la</strong> consagración diaria d<strong>el</strong> individuo, material y moralmente a <strong>la</strong> familia y a <strong>la</strong>conservación de <strong>la</strong> especie. El que no trabaja no es digno de l<strong>la</strong>marse hombre. Moralmente hab<strong>la</strong>ndo, no lo es; porquedegradado se convierte en algo que en todo puede igual a un ser d<strong>el</strong> género humano, menos en <strong>la</strong>s cualidadesmorales que se l<strong>la</strong>man dignidad, <strong>el</strong>evación de espíritu, conocimiento pleno de lo que vale un ser en sociedad. Paraconvencernos de esta verdad, no hay más que contemp<strong>la</strong>r un fenómeno rarísimo: en los mendigos no encontramos, nipudor en <strong>la</strong> mujer, ni honor en <strong>el</strong> hombre. Allí <strong>la</strong> vida es una vegetación impía y horrible. Allí no se conocen, ni <strong>la</strong>satisfacción d<strong>el</strong> trabajo, ni <strong>el</strong> recreo d<strong>el</strong> descanso. ¡Oh! El mendigo es lo más doloroso y triste que hay en <strong>la</strong> sociedad.Para él no hay p<strong>la</strong>ceres, no hay virtud, ni vicio. No hay ni <strong>el</strong> sentimiento d<strong>el</strong> dolor. A fuerza de pedir una limosna, llegaa formar un <strong>la</strong>mento monótono, destemp<strong>la</strong>do y fastidioso, que en vez de conmover, muchas veces entristece,comprendiendo lo que si no se viera, no se comprendiera, que <strong>la</strong> riqueza r<strong>el</strong>ativa y <strong>la</strong> sobriedad, se encubren con <strong>la</strong>careta de <strong>la</strong> miseria y d<strong>el</strong> hambre. 16Este concepto de trabajo, que partía de una c<strong>la</strong>ra diferencia de c<strong>la</strong>ses, tenía como base al capital.Quien lo tenía podía ser casi un redentor; en cambio, quien carecía de él tenía que esperar a que susbondades llegaran hasta él en forma de trabajo. Veamos <strong>la</strong> definición que se hacía d<strong>el</strong> capital, en <strong>el</strong>primer número d<strong>el</strong> periódico ex profeso para <strong>la</strong> Exposición Industrial de Querétaro, en 1882.Capital.- Agente eficacísimo, <strong>el</strong>emento poderoso, que viene a facilitar y hacer viable <strong>la</strong>s grandes concepciones de <strong>la</strong>int<strong>el</strong>igencia, a dar vida y movimiento a <strong>la</strong> industria y a <strong>la</strong>s artes, derramando con mano generosa sus tesoros, enbeneficio de <strong>la</strong> sociedad, ya en <strong>la</strong> exploración de regiones ignotas, ya en <strong>el</strong> examen de los mundos c<strong>el</strong>estes, ya en <strong>la</strong>inspección d<strong>el</strong> globo que habitamos, ya en levantar templos y monumentos al genio, ya en proteger al <strong>la</strong>borioso, ensocorrer al necesitado y ya en fin en enjugar <strong>la</strong>s lágrimas d<strong>el</strong> huérfano de <strong>la</strong> viuda y d<strong>el</strong> que padece. 17En <strong>la</strong> misma página se publica también <strong>la</strong> definición de trabajo. A continuación <strong>la</strong> anotamos:Trabajo.- Pa<strong>la</strong>bra de redención, alimento d<strong>el</strong> hombre, sin ti, <strong>la</strong> humanidad habría permanecido al través de los siglos yde <strong>la</strong>s generaciones, en una eterna y congojosa infancia y en sus anales, no registraríamos un solo triunfo ni de <strong>la</strong>s<strong>ciencia</strong>s, ni de <strong>la</strong> industria ni de <strong>la</strong>s artes. El trabajo señores, es <strong>el</strong> óleo santo que unge nuestras frentes y nuestrasmanos, y nos santifica purificando nuestro espíritu, y al purificar nuestro espíritu, purifica nuestras obras, purifica <strong>el</strong> panque llevamos a nuestros hijos y familia, purifica <strong>el</strong> hogar que habitamos y purifica aún <strong>la</strong> atmósfera que nos rodea. Eltrabajo es, en fin, <strong>el</strong> c<strong>el</strong>estial rocío que viene a refrescar nuestras abrasadas sienes y a vigorizar nuestro decaídoespíritu; con ese benéfico bálsamo, que cicatriza nuestras heridas y endulza nuestra existencia.<strong>La</strong> idea de trabajo parecía reemp<strong>la</strong>zar a los conceptos clásicos de <strong>la</strong> r<strong>el</strong>igión: fe, esperanza ycaridad. <strong>La</strong> purificación d<strong>el</strong> ser humano no estaba ya en r<strong>el</strong>ación con <strong>la</strong> práctica r<strong>el</strong>igiosa, sinocon su quehacer <strong>la</strong>boral cotidiano. No se entendía sólo como medio de subsistencia, sino comotrasunto purificador. Tómese en consideración que esto fue publicado en <strong>el</strong> periódico ex profesopara hab<strong>la</strong>r de los pormenores de <strong>la</strong> Exposición Industrial de Querétaro, en 1882. Es decir, ibadirigido no sólo a dar <strong>el</strong> punto de vista de quien lo escribió, sino a dejar en c<strong>la</strong>ro cuál era <strong>la</strong>posición d<strong>el</strong> gobierno, de los industriales, de los comerciantes y demás participantes en dichaexposición.Ello nos permite comprender, entonces, que quien no trabajaba era visto, en cierto modo, comoun ser desprovisto de esa “purificación” <strong>la</strong>boral. En <strong>el</strong> siguiente número se publicaba que, con <strong>el</strong>trabajo, se alcanzaba “<strong>la</strong> verdadera virtud y moralidad […] en una pa<strong>la</strong>bra, sin trabajo no hay16 <strong>La</strong> Sombra de Arteaga. mayo 28 de 1868.17 <strong>La</strong> Hoja Su<strong>el</strong>ta, mayo 19 de 1882, Núm. 1, p. 4.140

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