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La ciencia, el desarrollo tecnológico y la innovación en Querétaro. Historia, realidad y proyeccionesConclusiónHemos intentado hacer ver, por un lado, que es problemático tratar de distinguir y separar a laciencia de la no ciencia con base en criterios lógicos o metodológicos y pretender privilegiar a untipo de explicación, como la causal, para caracterizar el tipo de conocimiento que califica comocientífico. Por otro lado, se puede apreciar que una propuesta sobre el carácter científico de lasteorías que abarcará tanto a las ciencias naturales como a las sociales, no es plausible debido a lastajantes diferencias en sus respectivos objetos de estudio. Además, extrapolar la concepciónkuhniana de la ciencia de las ciencias naturales --donde fue forjada en disciplinas como laastronomía, la mecánica y la química-- a las ciencias sociales no es viable porque el concepto deparadigma requiere que las teorías contengan leyes cuantitativas expresadas en un lenguajematemático y presupone métodos de cálculo y procedimientos experimentales, observacionales ode medición, lo cual no cumplen las teorías en las disciplinas sociales salvo, tal vez, la economía.Recurrir a ciertos valores epistémicos (como son la capacidad explicativa y el poder predictivo)para trazar alguna delimitación entre ciencia y no ciencia presenta también dificultades. Tan sóloobsérvese que aunque podemos atribuir capacidad explicativa a la teoría de la evolución de lasespecies no es posible extraer de ella predicciones concretas sobre la evolución de las mismas,mientras que si bien se reconoce que la mecánica cuántica posee gran poder predictivo, es unacuestión controversial si esta teoría explica los fenómenos cuánticos; incluso algunas veces searguye, como lo ha hecho el célebre físico Richard Feynman, que realmente no comprendemos loque acontece en el mundo atómico.Para finalizar, queremos señalar que, dejando a un lado actitudes positivistas que pretendendecretar lo que es la ciencia, la cuestión ¿qué es la ciencia? apunta a un problema abierto, sobre elcual no contamos con una solución exenta de dificultades ni de un consenso sobre una de lasrespuestas que se han propuesto.Referencias1 Véanse, Rudolf Carnap, “La superación de la metafísica mediante el análisis lógico del lenguaje” en El positivismo lógico,Alfred J. Ayer (ed.), FCE, México, 1965; y Herbert Feigl, “Origen y espíritu del positivismo lógico” en El legado del positivismológico, Cuadernos Teorema, Valencia, España, 1981.2 Karl Popper, La lógica de la investigación científica, Tecnos, Madrid, 1962.3 Cfr., Popper, op. cit.4 Augusto Comte, Discurso sobre el espíritu positivo, Alianza Universidad, Madrid, 1980.5 Wilhelm Dilthey, Introducción a las ciencias del espíritu, Alianza Universidad, Madrid, 1980.6 Émile Durkheim, Las reglas del método sociológico, La Pléyade, Buenos Aires, 1976.7 Max Weber, Economía y sociedad. Esbozo de una sociología comprensiva, FCE, México, 1969.8 Véanse Francisco J. Ayala, “La selección natural como explicación causal en la evolución biológica” y “Teleología y adaptaciónen la evolución biológica” en Historia y explicación en biología, Sergio Martínez y Ana Barahona (eds.), UNAM/FCE, México,1998, caps. XVII y XXV.9 Thomas Kuhn, La estructura de la revoluciones científicas, FCE, México, 1971.10 Cfr, Thomas Kuhn, “Lógica del descubrimiento y psicología de la investigación”, en Crítica y desarrollo del conocimientocientífico, I. Lakatos y A. Musgrave (eds.), Grijalbo, Barcelona, 1975, p. 91.11 Cfr., Ibid, p. 92.12 Andrés Rivadulla, “Two dogmas of Structural Realism. A confirmation of a philosophical death foretold”, Crítica, Vol. 42, Núm.124, 2010, pp. 3-29.364