14.05.2013 Views

re - Ateneo de Madrid

re - Ateneo de Madrid

re - Ateneo de Madrid

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

— 10!» —<br />

cuando estalla enfermo, <strong>re</strong>cogía mis <strong>re</strong>cuerdos y los ocultaba, celoso do que ojos<br />

extraños los mancillaran. Ahora que estoy curado, hasta los <strong>re</strong>cuerdos <strong>de</strong>jaron<br />

<strong>de</strong> nutrir mi pensamiento y mi corazón. Me siento acabado. Tengo conciencia<br />

<strong>de</strong> que un hielo sin nomb<strong>re</strong>, impalpable, ha matado mi espíritu. Soporto difícilmente,<br />

con. <strong>re</strong>bel<strong>de</strong> inquietud, la fatiga <strong>de</strong> sob<strong>re</strong>vivirme, el comercio continuo<br />

con TUL cadáver enmascarado. Debo acabar<br />

Esta mañana avisó un guarda <strong>de</strong>l Retiro. Un hombro apa<strong>re</strong>cía colgado <strong>de</strong><br />

las ramas <strong>de</strong> un árbol robusto y añoso. Acudió el Juzgado. Entrada la mañana,<br />

una multitud contemplaba al suicida. El viento balanceaba mansamente el<br />

cuerpo <strong>de</strong>l ahorcado, y corría invisible por cima <strong>de</strong> los árboles con dulce rumor.<br />

Ramón Yecles.<br />

Un guardia <strong>de</strong> Or<strong>de</strong>n público fue herido en el momento do cumplir con su<br />

<strong>de</strong>ber. Un ruñan do manos listas y perversos instintos buscó en el cuerpo <strong>de</strong>l<br />

infeliz guardia, con la punta <strong>de</strong> un cuchillo, el <strong>de</strong>squito do su guapeza, humillada<br />

por las manos do unas hembras alborotadas. La que<strong>re</strong>lla callejera propendo<br />

á la sang<strong>re</strong>, y la husmea aunque so halle aferrada con el uniforme <strong>de</strong> un<br />

agento do seguridad. Pasa la canalla <strong>de</strong>sdo sus disputas mazorrales á las obras,<br />

siemp<strong>re</strong> largas cuando son cortas las razones. Y si á la tajada propincua se la<br />

aña<strong>de</strong> la mostaza do estar la víctima <strong>re</strong>vestida con las insignias <strong>de</strong> autoridad,<br />

para el avieso matonzuelo <strong>de</strong>l arroyo es cosa do chuparse los <strong>de</strong>dos. Deplorable<br />

os el,sucoso, poro el crimen no <strong>re</strong>sulta, ni nuevo ni extraño.<br />

Lo característico <strong>de</strong>l p<strong>re</strong>sente es que Ramón Yo<strong>de</strong>s, ol guardia asesinado,<br />

terminaba ayer su cometido. La Administración, p<strong>re</strong>visora, le <strong>de</strong>spedía do su<br />

servicio por edad. Y el Destino, más p<strong>re</strong>visor aún que la Administración, quiso<br />

eliminarlo <strong>de</strong>finitivamente. Los <strong>de</strong>signios do la Provi<strong>de</strong>ncia son do una ironía<br />

cruel. Llogan los <strong>de</strong>sengaños cuando las manos tocan ya y <strong>re</strong>sbalan por el<br />

ropaje do las ilusiones para alcanzarlas. Cada momento lleva improsa la huella<br />

<strong>de</strong> un afán no logrado. Los imp<strong>re</strong>vistos giros <strong>de</strong> la existencia colocan siemp<strong>re</strong><br />

al homb<strong>re</strong> á la zaga <strong>de</strong> sus place<strong>re</strong>s. l J ara sentirlos os siemp<strong>re</strong> p<strong>re</strong>sento:<br />

para gozarlos es siemp<strong>re</strong> pasado. Sob<strong>re</strong>viene. hv muerte tras los años disipados<br />

en p<strong>re</strong>pararse- una vida apacible, que nunca se llega á disfrutar.<br />

Ramón Yecles concluía con la última hora <strong>de</strong> anoche- las do sujeción al <strong>de</strong>ber.<br />

Por virtud dol sabio p<strong>re</strong>cepto <strong>de</strong> nuestra ley, que emancipa á los homb<strong>re</strong>s<br />

cuando, á su juicio, no sirven para nada, iba á per<strong>de</strong>rse su filiación do guardia<br />

para adquirir la <strong>de</strong> homb<strong>re</strong>. La Provi<strong>de</strong>ncia, «sin cuya voluntad no se mueve<br />

la hoja <strong>de</strong>l árbol», sogún el testimonio <strong>de</strong>l Libro Santo, lo tenía dispuesto <strong>de</strong><br />

otro modo. Es vano escrutar en las profundida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> osa p<strong>re</strong><strong>de</strong>stinación. Los<br />

abismos <strong>de</strong>l hondo arcano guardan su sec<strong>re</strong>to con sañuda terquedad.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!