14.05.2013 Views

re - Ateneo de Madrid

re - Ateneo de Madrid

re - Ateneo de Madrid

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

- 271 —<br />

inglés, y que, por la telegrafía sin hilos, nos tiene al corriente <strong>de</strong> lo que suce<strong>de</strong> á uno<br />

y otro lado <strong>de</strong>l Atlántico.<br />

Los norteamericanos rae sorp<strong>re</strong>n<strong>de</strong>n por su método <strong>de</strong> vida: todas las mañanas, <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> afeitados ir<strong>re</strong>prochablemente, se pasean durante cierto espacio <strong>de</strong> tiempo sob<strong>re</strong><br />

cubierta; luego hacen gimnasia; y cumplidos estos p<strong>re</strong>ceptos <strong>de</strong> la higiene, empieza el<br />

consumo <strong>de</strong>l alcohol con sus más estrambóticas combinaciones, sin olvidar la pipa, y<br />

escupiendo sin cesar en el suelo, aunque la escupi<strong>de</strong>ra esté á sus pies..., mientras tara<strong>re</strong>an<br />

las canciones <strong>de</strong> moda en París.<br />

Su constitución es fuerte y robusta, y ent<strong>re</strong> ellos se ven mezclados los tipos <strong>de</strong> las<br />

cinco partes <strong>de</strong>l mundo: unos pa<strong>re</strong>cen ingleses; otros, españoles, alemanes, indios, etc.<br />

Se asemejan á nosotros en esa intimidad, quizá exagerada, que cruzamos con la persona<br />

que conocemos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> unos instantes y á quien contamos nuestras cuitas y alegrías,<br />

y también en ese afán <strong>de</strong> of<strong>re</strong>cer nuestra casa al primero que se nos pone por <strong>de</strong>lante;<br />

así, por ejemplo, al <strong>de</strong>sembarcar en New-York algunos yanquis que apenas habían hablado<br />

conmigo cinco minutos durante toda la travesía, no se contentan, al <strong>de</strong>spedirse,<br />

con un ap<strong>re</strong>tón <strong>de</strong> manos, sino que, con una sinceridad que encanta, me dan su tarjeta<br />

y me obligan á of<strong>re</strong>cerles que si paso por tal línea fér<strong>re</strong>a me <strong>de</strong>tendré para visitarles;<br />

me explican la forma en que he <strong>de</strong> hacer el viaje. Todo ello con un gran fondo <strong>de</strong> sinceridad<br />

pasmoso; y en osto se distinguen <strong>de</strong> nosotros. ¡Cuántas veces el español of<strong>re</strong>ce su<br />

casa ó una comida, y se <strong>re</strong>muer<strong>de</strong> luego si le aceptan el of<strong>re</strong>cimiento! Pero esto no obsta<br />

para que mientras me hacen p<strong>re</strong>sente sus invitaciones, me echen el humo <strong>de</strong> su pipa en<br />

las narices, escupan casi encima <strong>de</strong> mis botas, y, al <strong>re</strong>tirarse, me cojan bruscamente<br />

por el brazo para a<strong>de</strong>lantarse, en vez <strong>de</strong> hacerme paso. A esta brusquedad, á esta grosería<br />

innata es á lo que hay que acostumbrarse para vivir feliz en este país, pensando que<br />

cuando cometen estos actos, lo hacen sin pensar, ni <strong>re</strong>motamente, que aquello está mal<br />

hecho ó que pue<strong>de</strong> molestar al prójimo. ¿Por qué son todos groseros? Muy sencillo. Porque<br />

todos ó casi todos los yanquis que hoy tienen dinero han nacido pob<strong>re</strong>s; sus fortunas<br />

son hechas en pocos años por gente que ca<strong>re</strong>cía <strong>de</strong> instrucción y que en la escuela<br />

ap<strong>re</strong>ndió sólo lo más esencial, y fuera <strong>de</strong> ella el comercio y los <strong>de</strong>portes más brutales.<br />

No otras son las causas <strong>de</strong> esta grosería nacional.<br />

He visto escuelas don<strong>de</strong> el profesor y los alumnos están cubiertos durante la clase;<br />

<strong>de</strong> modo que, como usted ve, los principios son do oro.<br />

El sábado 7 <strong>de</strong> Junio, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> una travesía bastante mala, llegamos f<strong>re</strong>nte á<br />

New-York, no pudiendo entrar en el puerto por lo avanzado <strong>de</strong> la hora; lo que me permitió<br />

admirar durante la noche aquel inmenso puerto cuajado <strong>de</strong> luz, y á <strong>de</strong><strong>re</strong>cha é izquierda<br />

pu<strong>de</strong> distinguir las fortificaciones milita<strong>re</strong>s que <strong>de</strong>fien<strong>de</strong>n la entrada.<br />

Apenas anclamos, para esperar el nuevo día, vinieron á bordo dos individuos <strong>de</strong> la<br />

Sanidad <strong>de</strong>l puerto, y p<strong>re</strong>sencié la forma en que se verifica la inspección sanitaria<br />

sob<strong>re</strong> los <strong>de</strong>sgraciados pasajeros <strong>de</strong> 3. a y 4. a clase, pues aquí, como en todas partes, la<br />

ley no se promulga para todos: á ningún pasajero <strong>de</strong> 1. a se nos molestó con este examen.<br />

En cambio, ¡con qué brusquedad y rapi<strong>de</strong>z aquel individuo cogía ent<strong>re</strong> sus manos<br />

la cara <strong>de</strong>l emigrante, que era examinada á la luz <strong>de</strong> una potente lámpara eléctrica,<br />

mientras su colega contaba el número <strong>de</strong> infelices que ante ellos <strong>de</strong>sfilaba, y que no era<br />

menor al <strong>de</strong> 1.600, casi todos austríacos, húngaros y alemanes!<br />

A la mañana siguiente entramos en el puerto; pero como era domingo, los docks formidables<br />

y los kilométricos muelles se hallaban <strong>de</strong>siertos, y á la izquierda, muy distante,<br />

percibí la gigantesca estatua <strong>de</strong> la Libertad.<br />

Mientras nos aproximábamos al punto <strong>de</strong> <strong>de</strong>sembarque, tuvimos que firmar cada pa-

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!