14.05.2013 Views

re - Ateneo de Madrid

re - Ateneo de Madrid

re - Ateneo de Madrid

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

113 —<br />

dida. ¿Hay gente <strong>de</strong>trás do esas <strong>re</strong>jas, <strong>de</strong> esas celosías? Lo ignoro. Segovia da<br />

la sensación <strong>de</strong> una ciudad abandonada.<br />

De tar<strong>de</strong> en tar<strong>de</strong> cruzan furtivamente la calle, con inquietud <strong>de</strong> apa<strong>re</strong>cidos,<br />

unas muje<strong>re</strong>s enlutadas. El color que domina en los habitantes <strong>de</strong> Segovia<br />

es el negro; el ruido que seño<strong>re</strong>a los ai<strong>re</strong>s, el tañer <strong>de</strong> las campanas; la<br />

imp<strong>re</strong>sión que se apo<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> los ojos, la do rumas. En ello <strong>re</strong>conozco á la<br />

auténtica ('astilla. Desemboco cu la plaza, la ancha plaza, inmensa y <strong>de</strong>samparada,<br />

circuida por amenazado<strong>re</strong>s soportales, que es característica do las<br />

viejas ciuda<strong>de</strong>s españolas. Estoy próximo á mi albergue: una posada á la que<br />

bautizan pomposamente con el nomb<strong>re</strong> <strong>de</strong> «fonda»; espejuelo <strong>de</strong> «touristas»<br />

incautos, <strong>re</strong>medo <strong>de</strong>l lugar cervantino «don<strong>de</strong> toda incomodidad tiene su<br />

asiento». Sob<strong>re</strong> una engañosa entrada, que es al edificio lo que la gola y el fer<strong>re</strong>ruelo<br />

al hambrón hidalgo que Hurtado <strong>de</strong> Mendoza llovó á su «lazarillo»,<br />

campea un fementido rótulo que dice: «La Burgalesa, Fonda y Restaurant».<br />

Aquí vivo yo.<br />

¡Vivir! ¿Queréis saber cómo ora un mesón ú hospe<strong>de</strong>ría castellana <strong>de</strong>l siglo<br />

XVII? Pues visitad «La Burgalesa», ó mejor dicho, no la visitéis; ahorraos<br />

tan terrible sufrimiento--no pon<strong>de</strong>ro--, y puesto (pie ya lo he pasado, yo os lo<br />

contaró. Dice Baudrillard, en su líistoi<strong>re</strong> du luxe, que on. el siglo XVII, á diez<br />

kilómetros <strong>de</strong> <strong>Madrid</strong> ya no se encontraba en ninguna hostería una cuchara<br />

útil. El régimen sigue imperando. Los pocos extranjeros que aún quedan<br />

<strong>de</strong>cididos á arrostrar los inci<strong>de</strong>ntes y peripecias <strong>de</strong> un viajo por España<br />

—don<strong>de</strong> la curiosidad halla siemp<strong>re</strong> su castigo—, anotan ent<strong>re</strong> los más temibles<br />

é inevitables pohgros el alojamiento.<br />

En un caserón hondo, interminable, con est<strong>re</strong>chos patios enemigos <strong>de</strong> la<br />

luz y <strong>de</strong>l ai<strong>re</strong>, se halla instalado mi «hotel». En su interior so cruzan y ent<strong>re</strong>cruzan<br />

angostos y obscuros pasillos que se ab<strong>re</strong>n como bocas voraces en todas<br />

di<strong>re</strong>cciones. Para acertar con la <strong>de</strong> vuestro nicho necesitáis apelar al socorro<br />

<strong>de</strong> un guía. Una sombra humana, cuyo sexo m adivino en aquella obscuridad,<br />

con<strong>de</strong>scien<strong>de</strong> por fin á llevarme á mis habitaciones. Son éstas t<strong>re</strong>s, embutidas<br />

unas (Mi otras <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un balcón hasta un pasillo. Anochece. Enciendo una bujía,<br />

porque la luz eléctrica no ha penetrado aún en mi fonda; así conserva ésta<br />

su carácter. A la tristona llama <strong>de</strong> la bujía <strong>re</strong>paro en las pa<strong>re</strong><strong>de</strong>s enjabelgadas.<br />

cuya blancura <strong>de</strong>sapa<strong>re</strong>ce bajo la mug<strong>re</strong> <strong>de</strong> cien años; los <strong>de</strong>snudos suelos,<br />

<strong>de</strong> polvorientos ladrillos, que enseñan lamentosos las mataduras <strong>de</strong> sus<br />

<strong>de</strong>sgastes: la <strong>de</strong>svencijada cama, do hierros <strong>re</strong>chinantes, cuya dominación<br />

exige un p<strong>re</strong>vio oncavamamiento, <strong>de</strong>sigual y huesuda, enemiga <strong>de</strong>l <strong>re</strong>poso; por<br />

el balcón entra una racha <strong>de</strong> viento f<strong>re</strong>sco (pie trae la vibración <strong>de</strong>l dulce toque<br />

<strong>de</strong> oraciones.<br />

La noche cierra, y <strong>de</strong> los ángulos <strong>de</strong> las estancias brotan todos los nocturnos<br />

hedo<strong>re</strong>s do las lob<strong>re</strong>gueces insanas: una legión <strong>de</strong> rumo<strong>re</strong>s inciertos, <strong>de</strong><br />

crujidos, <strong>de</strong> <strong>re</strong>pentinos <strong>de</strong>sgoncos, <strong>de</strong> lastimero chasquear; todos los ruidos<br />

con que la vejez <strong>de</strong> las cosas se queja en la soledad y en las tinieblas llegan<br />

hasta mis oídos. A la oscilante luz que ine acompaña <strong>de</strong>sembozo el lecho; un<br />

2

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!