14.05.2013 Views

re - Ateneo de Madrid

re - Ateneo de Madrid

re - Ateneo de Madrid

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

— 124 —<br />

espíritu, con evocación <strong>de</strong> ensueños pe<strong>re</strong>grinos, sensaciones <strong>de</strong> lo tenebroso ó<br />

lo imposible.<br />

El mundo era gran<strong>de</strong>. El carromato, la galera y la diligencia no podían<br />

cruzarlo en un mes, en un ano. El ámbito <strong>de</strong>l alojamiento humano se ensanchaba<br />

en la imaginación, y más allá <strong>de</strong>l horizonte estaba lo extraordinario, lo<br />

inalcanzable, lo dominador: eso era la poesía y la gran<strong>de</strong>za. Trasponer, los<br />

montes, cruzar los páramos, imprimir en la otra orilla <strong>de</strong>l continente la huella<br />

<strong>de</strong> nuestros pies, era emp<strong>re</strong>sa sugeridora para los alientos románticos <strong>de</strong> una<br />

raza épica.<br />

En vano los científicos clasificaban nuestro planeta en humil<strong>de</strong>s jerarquías;<br />

adivinábamos en él rincones inmaculados, selvas, montes, llanuras que no lograríamos<br />

contemplar, comarcas <strong>de</strong> cuyo vivir nos contarían fabulosas ra<strong>re</strong>zas<br />

viajeros extraños é inauditos; sentíamos el incontestable orgullo <strong>de</strong> morar en<br />

una vivienda digna <strong>de</strong> nosotros; no hubiéramos soportado con mansedumb<strong>re</strong><br />

que un habitante do otro planeta <strong>re</strong>prochase al nuestro su mezquindad.<br />

Todo eso acaba aplastado bajo las llantas <strong>de</strong>l automóvil. El mundo ya no<br />

es gran<strong>de</strong>; la gran<strong>de</strong>za termina cuando se la somete á nuestro po<strong>de</strong>r. Apenas<br />

si lo <strong>de</strong>bemos llamar «mundo». Tina semana <strong>de</strong> cor<strong>re</strong>r, y la visita es total. La<br />

«Tierra» ha perdido su rango en nuestras fantasías; es ya un planeta angosto<br />

y fatuo que voltea grotescamente por el espacio, exhibiendo ante el infinito su<br />

ridicula pequenez. Es un «mundo» <strong>de</strong> tercera clase, una indigna y ruidosa<br />

casa <strong>de</strong> vecindad.<br />

Odio al automóvil,; me lia ar<strong>re</strong>batado una bolla quimera <strong>de</strong> mi infancia, lia<br />

empequeñecido nuestra cárcel, haciéndonos prisioneros <strong>de</strong> un cuchitril <strong>re</strong>currible<br />

en unos días. Achicando el pe<strong>de</strong>stal, ha disminuido al homb<strong>re</strong>: el sofiorío<br />

<strong>de</strong> la C<strong>re</strong>ación ora antes un dominio inmenso; hoy, una parodia <strong>de</strong> <strong>re</strong>ino<br />

don<strong>de</strong> se <strong>re</strong>vuelven hacinados dos mil millones <strong>de</strong> semejantes. Las páginas fie<br />

los gran<strong>de</strong>s conquistado<strong>re</strong>s, las visiones <strong>de</strong> la monarquía universal, apa<strong>re</strong>cen<br />

como necias disputas por un pañuelo <strong>de</strong> tierra.<br />

Me oprime una vaga sensación <strong>de</strong> est<strong>re</strong>chez, <strong>de</strong> límites, <strong>de</strong> frontera humana;<br />

viajo con la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> tocar en los confines <strong>de</strong> nuestra prisión; imagino á los<br />

homb<strong>re</strong>s como ratones encarcelados en una diminuta ratonera, don<strong>de</strong> se <strong>re</strong>bullen<br />

con angustioso <strong>de</strong>sconsuelo. El automóvil, acortando la,s distancias,<br />

aproximando las fronteras <strong>de</strong> todos los pueblos, ha escamoteado el ap<strong>re</strong>cio <strong>de</strong><br />

nuestro globo, lo ha <strong>de</strong>snudado <strong>de</strong> p<strong>re</strong>stigios, ha hecho <strong>de</strong> <strong>re</strong>pente raquítico,<br />

miserable y risible el planeta, ese planeta imponente y majestuoso, soberbio<br />

y magnífico, cuando el homb<strong>re</strong> se sentía incapaz <strong>de</strong> <strong>re</strong>cor<strong>re</strong>rlo aun empleando<br />

la vida entera y á todo cor<strong>re</strong>r <strong>de</strong> un carromato.<br />

BALDOMERO ARGENTE.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!