14.05.2013 Views

re - Ateneo de Madrid

re - Ateneo de Madrid

re - Ateneo de Madrid

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

— 559 —<br />

rodó por el suelo y él fue á dar con su cuerpo en el escaparate, cuyos cristales hizo mil<br />

pedazos. Al estrépito que produjo y á las voces <strong>de</strong> la pob<strong>re</strong> mujer salió el ten<strong>de</strong>ro, y cuando<br />

advirtió lo mal parado <strong>de</strong> su hacienda, echó mano al causante <strong>de</strong>l <strong>de</strong>strozo, diciendo<br />

que en ninguna manera le <strong>de</strong>jaría marchar hasta tanto que le hubiese pagado el importe<br />

<strong>de</strong> los daños; y la mujer <strong>de</strong>cía lo mismo y aun más. Estaba el infeliz caballero sin<br />

saber qué <strong>re</strong>spon<strong>de</strong>r; mientras que el Ganso, no gustándole el cariz qiie comenzaba á<br />

tomar aquel negocio, se escurría bonitamente por la calle <strong>de</strong>l Cid, con tanta oportunidad,<br />

que ya el Barbas, alguacil <strong>de</strong>l Concejo, llegaba con airoso compás <strong>de</strong> pies al lugar<br />

<strong>de</strong> la ocur<strong>re</strong>ncia, llamado sin duda <strong>de</strong> los gritos <strong>de</strong>l comerciante, <strong>de</strong> los lamentos <strong>de</strong> la<br />

huevera y <strong>de</strong> las risotadas <strong>de</strong> la gente que allí se había juntado. Ent<strong>re</strong> tirios y troyanos<br />

informaron á la autoridad <strong>de</strong> lo sucedido: formuláronse quejas, diéronse excusas y<br />

<strong>de</strong>scargos, tornaron los unos á pedir que se les in<strong>de</strong>mnizase <strong>de</strong> los perjuicios, tornó el<br />

otro á sostener que el borracho había sido el único culpable, y el alguacil, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

oídas las partes, tomó la palabra para manifestar al caballero con severas, aunque corteses<br />

razones, que, sin perjuicio <strong>de</strong> <strong>de</strong>slomar al Ganso don<strong>de</strong>quiera que le encontrase<br />

(<strong>de</strong> lo cual él se encargaba), lo que convenía por el pronto era pagar los vidrios y los<br />

huevos rotos, pues, <strong>de</strong> lo contrario, tendría que llevarle <strong>de</strong>tenido, y no estaba bien ni<br />

medio bien que un señor tan principal como él se viese obligado á pasar un bochorno,<br />

que se evitaba soltando unas cuantas pesetas. En fin, convencióse el madrileño, y mediante<br />

seis duros que satisfizo por los cristales, y t<strong>re</strong>ce <strong>re</strong>ales con cinco cuartos en que<br />

la mujerica justip<strong>re</strong>ció los huevos est<strong>re</strong>llados, le <strong>de</strong>jaron ir lib<strong>re</strong>, y con esto quedó contento<br />

el ten<strong>de</strong>ro, porque aquello le proporcionaba ocasión <strong>de</strong> <strong>re</strong>formar el escaparate,<br />

conforme á una i<strong>de</strong>a que hacía tiempo le rodaba en el magín; aleg<strong>re</strong> la ven<strong>de</strong>dora, porque,<br />

á costa <strong>de</strong> un simple porrazo, colocó el género sin necesidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>sgañotarse p<strong>re</strong>gonándolo;<br />

orgulloso el alguacil, porque, á su juicio, era evi<strong>de</strong>nte que el mismo Salomón<br />

no le ganaba en habilidad para ar<strong>re</strong>glar las pen<strong>de</strong>ncias, por graves que fueran, y<br />

divertido el público, porque, con menos trabajo que ninguno, había sabo<strong>re</strong>ado gratis el<br />

suceso, <strong>de</strong>l cual quedó el farsante tan corrido, que <strong>de</strong> allí á poco solicitó el traslado á<br />

otra provincia en don<strong>de</strong> no hubiese esparteristas tan furibundos.<br />

Verumtamen universa vanitas, omnis homo vivens, y estoy seguro <strong>de</strong> que nadie<br />

que siga leyendo se at<strong>re</strong>verá á sostener que esta cita <strong>de</strong>l Profeta no ha sido traída aquí<br />

con mucha oportunidad.<br />

Una noche <strong>de</strong>scansaba el Ganso <strong>de</strong> sus diarias fatigas en la taberna <strong>de</strong> Blas Gala,<br />

en la que <strong>re</strong>caló <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>re</strong>cor<strong>re</strong>r todas las comp<strong>re</strong>ndidas ent<strong>re</strong> ella y la <strong>de</strong>l Rito,<br />

pasando por la <strong>de</strong> Morros, y, como <strong>de</strong> costumb<strong>re</strong>, tuvo que <strong>de</strong>cirle el tabernero que se<br />

marchase, porque ya habían sonado las diez en el <strong>re</strong>loj <strong>de</strong> la Catedral. El Ganso, no<br />

sin antes atestar su estómago con el último medio cuartillo, salió <strong>de</strong> la tienda en el<br />

mismo instante en que el se<strong>re</strong>no, asomando por la esquina <strong>de</strong> la plaza <strong>de</strong> la Veterinaria,<br />

cantaba la hora.<br />

— ¡Zaina!—murmuró—, ¡ya está ahí ese bergante!... ¡Si me pesca duermo en el<br />

cajón!... ¡Maldita sea la se<strong>re</strong>nidad!<br />

Todo lo más <strong>de</strong> prisa que pudo, que no fue mucho, á causa <strong>de</strong> la chispa formidable<br />

que espulgaba, tomó por el Arco <strong>de</strong> Puerta Castillo, y, apoyándose en las murallas,<br />

quiso seguir su misma di<strong>re</strong>cción. Unos cincuenta pasos llevaría andados, cuando, por<br />

pa<strong>re</strong>cerle que sus piernas flaqueaban, se le ocurrió que en la vecina Era <strong>de</strong>l Moro podría<br />

echarse á la bartola, y abandonando la línea <strong>de</strong> los cubos, giró hacia su <strong>de</strong><strong>re</strong>cha mano y<br />

se dispuso á marchar <strong>de</strong> f<strong>re</strong>nte; pero como el estado <strong>de</strong> la cabeza no le permitía acordarse<br />

<strong>de</strong> que ent<strong>re</strong> el muro y la Era estaba el cauce <strong>de</strong> la p<strong>re</strong>sa, faltándole el ter<strong>re</strong>no<br />

bajo sus pies, cayó al agua, que por ser verano á la sazón, venía en tan poco caudal que<br />

no daba ni para el abasto <strong>de</strong>l próximo molino.<br />

Al principio no supo el borracho lo que le había sucedido, aunque muy pronto la<br />

frialdad que sintió en su cuerpo le hizo comp<strong>re</strong>n<strong>de</strong>r el peligro que corría; y si bien le<br />

hubiera evitado con sólo sentarse en el cauce, era tanto lo que el vino le pesaba, que no<br />

le fue posible lograrlo; y así comenzó á entrársele el agua por boca y narices, y él á<br />

escupirla y á manotear.<br />

—¡Esto no es ley!—<strong>de</strong>cía medio atragantado-—. ¡Cobar<strong>de</strong>s..., me habéis tirao á traición!...<br />

¡Vaya una <strong>de</strong> agua que hay aquí!... ¡Carcas! ¡Viva Isabel II! ¡Que me saquen,

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!