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Vol. 2, Page 99 - Colegio de Capellanes de Venezuela

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Algunos teólogos pusieron reparos al tráfico <strong>de</strong> esclavos. Pero es notable que la<br />

principal discusión no tenía que ver con la injusticia <strong>de</strong> la esclavitud, sino con los<br />

<strong>de</strong>rechos e intereses <strong>de</strong> los blancos involucrados en el asunto. Así, por ejemplo, cuando<br />

en 1553 se autorizó la importación <strong>de</strong> 23.000 esclavos al Nuevo Mundo, los teólogos que<br />

se opusieron al acuerdo basaron sus argumentos en los privilegios excesivos <strong>de</strong> ciertos<br />

banqueros, que parecían violar los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> otros españoles.<br />

La conversión <strong>de</strong> los esclavos marchó lentamente. Pocos se ocupaban <strong>de</strong> ella, y se<br />

daba por sentado que la instrucción religiosa <strong>de</strong> los esclavos quedaba en manos <strong>de</strong> sus<br />

amos. A la postre, toda la población negra <strong>de</strong> las Antillas recibió el bautismo, aunque<br />

siempre quedaron vestigios y supervivencias <strong>de</strong> las viejas religiones africanas, quizá en<br />

parte como un medio por el que los negros atropellados conservaban algo <strong>de</strong> su dignidad<br />

e i<strong>de</strong>ntidad.<br />

[<strong>Vol</strong>. 2, <strong>Page</strong> 173] La<br />

serpiente<br />

emplumada 19<br />

Que <strong>de</strong>jéis vuestros sacrificios y no comáis carne <strong>de</strong><br />

vuestros prójimos, ni hagáis sodomías ni las cosas feas que<br />

soléis hacer, porque así lo manda nuestro Señor Dios, que<br />

es el que adoramos y creemos y nos da la vida y la muerte<br />

y nos ha <strong>de</strong> llevar a los cielos.<br />

Hernán Cortés<br />

Las Antillas no saciaron por mucho tiempo las ansias <strong>de</strong> oro y <strong>de</strong> gloria <strong>de</strong> los<br />

conquistadores. Pronto comenzaron a dirigir su mirada hacia nuevas tierras, que<br />

prometían ser a la vez más ricas y más difíciles <strong>de</strong> conquistar. A esto contribuían los<br />

mismos indios, que, en un esfuerzo por <strong>de</strong>shacerse <strong>de</strong> los invasores, les <strong>de</strong>cían que hacia<br />

el oriente, o hacia el norte, o hacia el sur, existían gran<strong>de</strong>s reinos en los que abundaba el<br />

oro. En 1517 (el mismo año que Lutero clavó sus famosas noventa y cinco tesis),<br />

146

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