22.07.2013 Views

Vol. 2, Page 99 - Colegio de Capellanes de Venezuela

Vol. 2, Page 99 - Colegio de Capellanes de Venezuela

Vol. 2, Page 99 - Colegio de Capellanes de Venezuela

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

seguidores habían propuesto en fecha mucho más reciente. En su obra, Jansenio trataba<br />

<strong>de</strong> mostrar que sus doctrinas eran distintas <strong>de</strong> las <strong>de</strong> Calvino. Pero sus argumentos no<br />

eran suficientes, y en todo caso se basaban en distinciones harto sutiles. Una vez más, los<br />

jesuitas fueron los más recios <strong>de</strong>fensores <strong>de</strong> la ortodoxia tri<strong>de</strong>ntina frente a las supuestas<br />

innovaciones <strong>de</strong> los que insistían en la primacía <strong>de</strong> la gracia. Tras una larga serie <strong>de</strong><br />

gestiones, lograron que varias <strong>de</strong> las tesis <strong>de</strong> Jansenio fueran con<strong>de</strong>nadas por el papa<br />

Urbano VIII en 1643.<br />

[<strong>Vol</strong>. 2, <strong>Page</strong> 302] Mientras todo esto sucedía, el abad <strong>de</strong> San Cirano continuaba<br />

prisionero. Tras el momento <strong>de</strong> <strong>de</strong>bilidad inicial, cuando dudó <strong>de</strong> la causa a que se había<br />

consagrado, tomó la pluma, y mediante una abundante correspon<strong>de</strong>ncia logró mantener<br />

vivo el movimiento que se había formado alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> su persona. A su indudable<br />

sinceridad y habilidad se le sumaba ahora la aureola <strong>de</strong> mártir, que muchos le atribuían.<br />

En 1643, el mismo año que Urbano con<strong>de</strong>nó las tesis <strong>de</strong> Jansenio, Mazarino, que<br />

había sucedido al difunto Richelieu, puso en libertad a San Cirano. Sus partidarios lo<br />

recibieron con muestras <strong>de</strong> alborozo, dándole gracias a Dios por su liberación. Por su<br />

parte, el abad se <strong>de</strong>dicó a continuar su obra y a escribir contra el protestantismo, quizá<br />

para calmar las inquietu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> quienes veían semejanzas entre las doctrinas <strong>de</strong> Jansenio y<br />

las <strong>de</strong> Calvino. Aunque este círculo que se formó alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> Port-Royal y <strong>de</strong>l abad <strong>de</strong><br />

San Cirano era partidario <strong>de</strong> las tesis <strong>de</strong> Jansenio, durante los años transcurridos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la<br />

publicación <strong>de</strong>l Agustín el centro <strong>de</strong> la controversia había cambiado. Al principio se<br />

trataba <strong>de</strong> cuestiones acerca <strong>de</strong> la relación entre la gracia y el libre albedrío, y en<br />

consecuencia <strong>de</strong> la doctrina <strong>de</strong> la pre<strong>de</strong>stinación. El “jansenismo” parisiense, aunque<br />

sostenía la posición doctrinal <strong>de</strong> Jansenio, había tomado un giro más práctico. Se trataba<br />

principalmente <strong>de</strong> un centro <strong>de</strong> resistencia contra la laxitud que parecía reinar en la vida<br />

moral y <strong>de</strong>vota. En particular, los jansenistas <strong>de</strong> Port-Royal se oponían al “probabilismo”<br />

propuesto por algunos jesuitas. Según el probabilismo, en un caso en que hubiera varias<br />

alternativas <strong>de</strong> acción, todas ellas eran aceptables siempre que hubiera alguna posibilidad<br />

<strong>de</strong> que fueran correctas, por muy remota que esa posibilidad pareciera. El probabilismo<br />

les permitía a los confesores darles la absolución a sus penitentes aun cuando no<br />

estuvieran <strong>de</strong> acuerdo con sus acciones. Pero al mismo tiempo hacía muy difícil mantener<br />

cualquier rigor moral, pues siempre era posible hallar razones por las que tal o cual<br />

acción podía justificarse. Frente a esto, los jansenistas <strong>de</strong>l círculo <strong>de</strong> San Cirano oponían<br />

un firme sentido <strong>de</strong> la disciplina. Es por ello que alguien llegó a <strong>de</strong>cir que las monjas <strong>de</strong><br />

Port-Royal eran “puras como ángeles y orgullosas como <strong>de</strong>monios”.<br />

El abad <strong>de</strong> San Cirano murió poco <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su liberación. Pero <strong>de</strong>jó tras sí como<br />

jefe <strong>de</strong>l partido jansenista a Antoine Arnauld, hermano <strong>de</strong> la Madre Angélica. Era la<br />

época en que las autorida<strong>de</strong>s, tanto eclesiásticas como reales, tomaban medidas contra el<br />

jansenismo. Arnauld se <strong>de</strong>fendió más como abogado que como teólogo, y su <strong>de</strong>fensa fue<br />

tal que se le llegó a llamar “el gran Arnauld”.<br />

Pero el campeón <strong>de</strong>l jansenismo en esta segunda época fue el filósofo Blas Pascal.<br />

Pascal había dado muestras <strong>de</strong> genio <strong>de</strong>s<strong>de</strong> muy joven, particularmente en los campos <strong>de</strong><br />

la matemática y la física. A los treinta y un años <strong>de</strong> edad, ocho antes <strong>de</strong> su muerte, se<br />

250

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!