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Vol. 2, Page 99 - Colegio de Capellanes de Venezuela

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creciente individualismo, en el que cada persona tenía que consi<strong>de</strong>rarse responsable por<br />

su propia vida. Por tanto, el tema <strong>de</strong>l “yo” y su <strong>de</strong>sarrollo ocupó buena parte <strong>de</strong>l<br />

pensamiento y la literatura <strong>de</strong>l siglo XIX.<br />

La revolución industrial también contribuyó a la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>l progreso. Hasta poco antes,<br />

la opinión más común era que las i<strong>de</strong>as eran tanto más ciertas cuanto más antiguas. En la<br />

época <strong>de</strong>l Renacimiento y la Reforma, por ejemplo, lo que se buscaba era regresar a las<br />

viejas fuentes <strong>de</strong>l conocimiento, el arte y la religión, fuentes que el Renacimiento<br />

buscaba en la antigüedad clásica, mientras la Reforma las buscaba en las Escrituras. Pero<br />

ahora las gentes miraban, no hacia el pasado, sino hacia el futuro. La ciencia aplicada se<br />

había mostrado capaz <strong>de</strong> producir riquezas y comodida<strong>de</strong>s que antes no existían. Las<br />

posibilida<strong>de</strong>s futuras no parecían tener límite. Ante los ojos <strong>de</strong> las clases dirigentes <strong>de</strong> la<br />

sociedad, los problemas creados por la revolución industrial eran pasajeros.<br />

[<strong>Vol</strong>. 2, <strong>Page</strong> 421] Pronto la aplicación <strong>de</strong> la técnica les hallaría solución, y entonces<br />

toda la sociedad se beneficiaría <strong>de</strong>l nuevo or<strong>de</strong>n. Y, puesto que muchos <strong>de</strong> los<br />

intelectuales <strong>de</strong> la época pertenecían a esas clases, tales i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> progreso pronto hallaron<br />

eco en sus obras. En cierto modo, la teoría <strong>de</strong> la evolución <strong>de</strong> Darwin es una expresión <strong>de</strong><br />

esa confianza en el progreso, llevada ahora al campo <strong>de</strong> las ciencias naturales. No es<br />

solamente la humanidad, sino también el resto <strong>de</strong> los seres animados, los que han<br />

progresado. El progreso es parte <strong>de</strong> la estructura <strong>de</strong>l universo. Pero, al igual que el<br />

progreso social, no se trata <strong>de</strong> un a<strong>de</strong>lanto fácil, sino <strong>de</strong> una lucha dura y cruel en la que<br />

los más aptos sobreviven, y en esa supervivencia hacen progresar a la especie entera. El<br />

título completo <strong>de</strong>l famoso libro <strong>de</strong> Darwin, publicado en 1859, ámuestra esto: Sobre el<br />

origen <strong>de</strong> las especies mediante la selección natural, o la preservación <strong>de</strong> las razas<br />

favorecidas en la lucha por la vida.<br />

Si el progreso es un elemento tan importante en la vida <strong>de</strong> la humanidad, y aun <strong>de</strong>l<br />

universo, también ha <strong>de</strong> serlo la historia, pues ¿qué es la historia sino el progreso <strong>de</strong>l<br />

pasado? El siglo XIX se percató como ninguno otro <strong>de</strong> los cambios radicales que han<br />

tenido lugar en la vida humana. A esto contribuyó, no solamente la revolución industrial,<br />

sino también el creciente contacto con pueblos <strong>de</strong> otras culturas, particularmente en<br />

Africa y el Pacífico. Así se llegó a la conclusión <strong>de</strong> que los seres humanos no han sido<br />

siempre iguales, y que sus perspectivas religiosas e intelectuales también han<br />

evolucionado. Ya hemos hecho referencia a Augusto Comte, quien hablaba <strong>de</strong> un<br />

progreso que llevaba <strong>de</strong> la mentalidad “teológica” a la “metafísica”, y <strong>de</strong> ésta a la<br />

“científica”. Tales i<strong>de</strong>as eran expresión <strong>de</strong>l ambiente <strong>de</strong>l siglo XIX. El resultado fue toda<br />

una serie <strong>de</strong> estudios históricos que pusieron en duda mucho <strong>de</strong> lo que antes se había<br />

dado por sentado acerca <strong>de</strong>l pasado. En el campo <strong>de</strong> la religión, estos estudios, aplicados<br />

a la Biblia, produjeron fuertes sacudidas y largos <strong>de</strong>bates.<br />

Al mismo tiempo, había quienes veían el alto costo social <strong>de</strong>l progreso causado por la<br />

revolución industrial. Muchos cristianos trataron <strong>de</strong> respon<strong>de</strong>r a las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

grupos particulares, y así se crearon, por ejemplo, las escuelas dominicales, con el<br />

propósito <strong>de</strong> alcanzar a una población <strong>de</strong>sconectada <strong>de</strong> los medios tradicionales <strong>de</strong><br />

enseñanza cristiana. El Ejército <strong>de</strong> Salvación, la YMCA, y muchas otras instituciones<br />

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