22.07.2013 Views

Vol. 2, Page 99 - Colegio de Capellanes de Venezuela

Vol. 2, Page 99 - Colegio de Capellanes de Venezuela

Vol. 2, Page 99 - Colegio de Capellanes de Venezuela

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Por fin, en 1549, pudo partir para el Japón, acompañado <strong>de</strong> los tres japoneses que lo<br />

habían invitado, y <strong>de</strong> otros dos jesuitas. En aquel imperio insular estuvo el misionero por<br />

más <strong>de</strong> dos años, y el número <strong>de</strong> conversos, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la amable acogida que recibió, le<br />

llevaron a pensar que había echado las bases <strong>de</strong> lo que pronto sería una floreciente<br />

iglesia. No podía imaginar que poco <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su muerte, por una compleja serie <strong>de</strong><br />

razones, se <strong>de</strong>sataría en el país una violenta persecución que casi haría <strong>de</strong>saparecer su<br />

obra. (De hecho, la iglesia japonesa pareció haber sido completamente <strong>de</strong>struida, hasta<br />

que, tres siglos más tar<strong>de</strong>, otros misioneros <strong>de</strong>scubrieron que todavía quedaban en la<br />

región <strong>de</strong> Nagasaki unos cien mil cristianos, producto <strong>de</strong> la misión <strong>de</strong> Javier y sus<br />

compañeros.) [<strong>Vol</strong>. 2, <strong>Page</strong> 238] De Japón, Javier regresó a Malaca, don<strong>de</strong> recibió<br />

noticias <strong>de</strong> que se había creado una nueva provincia jesuita, que comprendía todo el<br />

territorio al este <strong>de</strong>l Cabo <strong>de</strong> Buena Esperanza, excepto Etiopía, y que él había sido<br />

nombrado superior <strong>de</strong> esa provincia. Puesto que ese cargo echaba sobre sus hombros<br />

nuevas responsabilida<strong>de</strong>s, el infatigable misionero tuvo que posponer por algún tiempo el<br />

sueño dorado que abrigaba su corazón: predicar el evangelio en China.<br />

Por fin, en 1552, pudo empren<strong>de</strong>r su anhelado viaje. Antes <strong>de</strong> partir se <strong>de</strong>spidió <strong>de</strong><br />

Goa, tras escribirle al rey <strong>de</strong> Portugal: “Lo que nos llena <strong>de</strong> valor es que Dios mismo ha<br />

inspirado en nosotros este pensamiento ... y que no dudamos <strong>de</strong> su po<strong>de</strong>r, que sobrepasa<br />

infinitamente al <strong>de</strong>l rey <strong>de</strong> la China“. Empero no le fue dado al intrépido predicador<br />

penetrar en ese país. Las autorida<strong>de</strong>s se lo impedían, y se vio obligado a permanecer en la<br />

isla <strong>de</strong> Sanchón, a las puertas <strong>de</strong>l vasto imperio, don<strong>de</strong> murió.<br />

Los métodos misioneros <strong>de</strong> Javier fueron muchos y muy complejos. En lo exterior, lo<br />

que casi siempre se le veía hacer era salir a la calle con su campanilla, ganarse a los<br />

niños, y a través <strong>de</strong> ellos a sus padres. A<strong>de</strong>más, su don <strong>de</strong> lenguas era extraordinario,<br />

pues a los pocos meses <strong>de</strong> estar en algún país podía enseñar el catecismo y predicar en el<br />

idioma <strong>de</strong> la región. Su celo y carácter a la vez dulce y fogoso le abrieron puertas y le<br />

permitieron hacer caso omiso <strong>de</strong> obstáculos y peligros que <strong>de</strong> otro modo acaso hubieran<br />

sido insalvables. Poco <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su muerte se contaban numerosos prodigios hechos por<br />

él, o por los predicadores nativos que enviaba a algunas al<strong>de</strong>as. Su espíritu <strong>de</strong> pobreza, y<br />

<strong>de</strong> amor a los pobres y los oprimidos, se puso <strong>de</strong> manifiesto repetidamente, y le ganó el<br />

respeto <strong>de</strong> muchas gentes que odiaban a los comerciantes y militares portugueses.[<strong>Vol</strong>. 2,<br />

<strong>Page</strong> 239]<br />

Pero al mismo tiempo hay que <strong>de</strong>cir que, carente <strong>de</strong> recursos humanos, e impulsado<br />

siempre por sus ansias <strong>de</strong> predicar en nuevos lugares, muchas veces Javier hizo poco por<br />

la instrucción religiosa <strong>de</strong> sus conversos. Hubo días en que, según él mismo cuenta,<br />

bautizó a diez mil personas. Después marchaba a otro lugar, unas veces <strong>de</strong>jando a otro<br />

clérigo a cargo <strong>de</strong> aquella misión, y otras no, por carecer <strong>de</strong> personal suficiente. A<strong>de</strong>más,<br />

aunque aprendía los idiomas <strong>de</strong> los lugares que visitaba, no daba muestras <strong>de</strong> sentir<br />

verda<strong>de</strong>ro respeto hacia su cultura.<br />

Cuando alguien era bautizado, se le daba un nombre “cristiano”, es <strong>de</strong>cir, portugués,<br />

y se le vestía <strong>de</strong> ropas “cristianas”. Al parecer, muchos <strong>de</strong> los conversos <strong>de</strong> Javier<br />

entendían que al bautizarse se hacían no sólo discípulos <strong>de</strong> Jesucristo, sino también<br />

202

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!