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Vol. 2, Page 99 - Colegio de Capellanes de Venezuela

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Entonces estalló la Guerra <strong>de</strong> los Treinta Años. El elector <strong>de</strong>l Palatinado, Fe<strong>de</strong>rico,<br />

había aceptado la corona <strong>de</strong> Bohemia contando con el apoyo <strong>de</strong> Jaime, que era su suegro.<br />

Pero el Rey <strong>de</strong> Inglaterra no acudió en su auxilio, y muchos protestantes, para quienes<br />

Fe<strong>de</strong>rico era un héroe, concluyeron que Jaime era un cobar<strong>de</strong> y un traidor. Lo menos que<br />

el Rey podía hacer era apoyar económicamente a los protestantes <strong>de</strong> Alemania; mas,<br />

como hemos dicho, carecía <strong>de</strong> fondos, y no podía recaudarlos sin la anuencia <strong>de</strong>l<br />

Parlamento. Por fin, en 1621, el Rey convocó <strong>de</strong> nuevo a ese cuerpo legislativo, con la<br />

esperanza <strong>de</strong> que, en vista <strong>de</strong> las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los protestantes alemanes, se aprobaran<br />

los impuestos necesarios.<br />

Pero al tiempo que Jaime convocaba al Parlamento, hacía también gestiones para<br />

casar a su hijo Carlos con una infanta <strong>de</strong> España. Tal posible alianza con la casa <strong>de</strong><br />

Austria era un escándalo para los puritanos <strong>de</strong>l Parlamento, que aprobaron pequeñas<br />

sumas y luego pasaron a presentar sus agravios ante la corona. Exasperado, el Rey<br />

encarceló a varios <strong>de</strong> los dirigentes <strong>de</strong> los Comunes, y <strong>de</strong>claró disuelta la legislatura.<br />

El proyectado matrimonio no llegó a efectuarse, y en 1624 Jaime volvió a convocar al<br />

Parlamento, para tener que disolverlo al año siguiente, sin haber obtenido los subsidios<br />

que la corona necesitaba. Poco tiempo <strong>de</strong>spués, el Rey murió y le sucedió su hijo Carlos.<br />

Carlos I<br />

El nuevo rey era tan partidario <strong>de</strong> la monarquía absoluta como lo había sido su padre,<br />

y por ello pronto chocó con el Parlamento. Este se mostraba suspicaz, porque tras el<br />

fracaso <strong>de</strong>l propuesto matrimonio Carlos se había casado con la princesa Enriqueta<br />

María, hermana <strong>de</strong> Luis XIII <strong>de</strong> Francia. Como parte <strong>de</strong> las negociaciones <strong>de</strong> ese<br />

matrimonio, se les habían hecho ciertas concesiones a los católicos ingleses, y se les<br />

había prometido a la nueva reina y a su séquito que podrían continuar practicando su<br />

religión. Muchos <strong>de</strong> los puritanos veían en tales concesiones el regreso <strong>de</strong> la idolatría al<br />

país, y se quejaban <strong>de</strong> que ahora la apostasía tendría apoyo en el palacio real. Pronto hubo<br />

quienes comparaban a la Reina con Jezabel, aunque todavía solo en círculos privados.<br />

Carlos heredó <strong>de</strong> su padre los conflictos con el Parlamento en materia religiosa. Poco<br />

antes <strong>de</strong> morir, Jaime les había puesto coto a las predicaciones <strong>de</strong> los puritanos,<br />

<strong>de</strong>cretando que solamente era permisible predicar en ciertas oportunida<strong>de</strong>s y sobre ciertos<br />

tópicos. A<strong>de</strong>más, en 1618 promulgó el Código <strong>de</strong> los Deportes, que <strong>de</strong>bía ser leído en<br />

todas las iglesias y que rechazaba las tesis <strong>de</strong> los puritanos sobre el modo <strong>de</strong> guardar el<br />

Día <strong>de</strong>l Señor.<br />

[<strong>Vol</strong>. 2, <strong>Page</strong> 286] Todos esos recelos entre el Parlamento y la corona se pusieron <strong>de</strong><br />

manifiesto en el proceso <strong>de</strong> Richard Montague. Este era un adversario <strong>de</strong>cidido <strong>de</strong> los<br />

puritanos, contra los cuales publicó varios libros <strong>de</strong> tono mordaz y <strong>de</strong>spectivo. Y era<br />

también <strong>de</strong>fensor <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho divino <strong>de</strong> los reyes. Tras la publicación <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> sus libros<br />

más ofensivos contra el Parlamento, la Cámara <strong>de</strong> los Comunes lo hizo comparecer ante<br />

ella, le instauró proceso y lo con<strong>de</strong>nó a cárcel y multa. Pero el Rey, a la sazón Carlos I, lo<br />

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