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Vol. 2, Page 99 - Colegio de Capellanes de Venezuela

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Blas Pascal<br />

Al terminar el Concilio <strong>de</strong> Trento, en el año 1563, había quedado fijada lo que sería la<br />

ortodoxia católica durante los próximos cuatro siglos, y a<strong>de</strong>más se había promulgado<br />

todo un programa <strong>de</strong> reforma. Pero tanto esa ortodoxia como esas reformas no carecerían<br />

<strong>de</strong> opositores entre las filas católicas. Por una parte, el programa tri<strong>de</strong>ntino se basaba en<br />

la centralización <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r en torno a la persona <strong>de</strong>l papa, y ello iba contra los intereses<br />

<strong>de</strong> los gobiernos seculares, particularmente <strong>de</strong> las monarquías, que precisamente en esa<br />

época tendían a hacerse más absolutas. Por otra parte, no faltaban prelados para quienes<br />

la vida austera y la reforma <strong>de</strong> las costumbres propuestas por el Concilio constituían un<br />

sacrificio inaceptable. Por último, había quienes pensaban que, en su afán <strong>de</strong> con<strong>de</strong>nar las<br />

tesis protestantes, los teólogos tri<strong>de</strong>ntinos habían ido <strong>de</strong>masiado lejos, y que por tanto era<br />

necesario recuperar algunas <strong>de</strong> las antiguas tesis <strong>de</strong> San Agustín acerca <strong>de</strong> la primacía <strong>de</strong><br />

la gracia en la salvación humana.<br />

El galicanismo y la oposición al po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l papado<br />

Uno <strong>de</strong> los puntos principales <strong>de</strong>l programa <strong>de</strong> reformas propuesto por el Concilio <strong>de</strong><br />

Trento era la centralización <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r eclesiástico. El Concilio mismo tuvo que ser<br />

convocado porque el papado carecía <strong>de</strong> la autoridad necesaria para respon<strong>de</strong>r a los retos<br />

<strong>de</strong>l protestantismo. Pero el resultado <strong>de</strong> las <strong>de</strong>liberaciones [<strong>Vol</strong>. 2, <strong>Page</strong> 296] conciliares<br />

fue un intento <strong>de</strong> <strong>de</strong>volverles a los papas la autoridad que habían tenido en el apogeo <strong>de</strong><br />

su po<strong>de</strong>río, durante la que hemos llamado “Era <strong>de</strong> los Altos I<strong>de</strong>ales”. Luego, el papado,<br />

que al comienzo <strong>de</strong> las <strong>de</strong>liberaciones <strong>de</strong>l Concilio carecía <strong>de</strong> prestigio y <strong>de</strong> autoridad, al<br />

terminar las mismas quedó encargado <strong>de</strong> dirigir la vida toda <strong>de</strong> la iglesia.<br />

Pero esas <strong>de</strong>cisiones por parte <strong>de</strong>l Concilio coincidieron y chocaron con otros<br />

procesos políticos que estaban teniendo lugar. Era la época <strong>de</strong>l absolutismo real. Ya<br />

hemos visto las opiniones que tenían Jaime I y Carlos II acerca <strong>de</strong> las prerrogativas <strong>de</strong> los<br />

reyes. Semejantes i<strong>de</strong>as circulaban en España, Austria y Francia, don<strong>de</strong> tenían mejor<br />

éxito. A esto se unía el creciente sentimiento nacionalista, que llevaba a muchos a pensar<br />

que el papa no tenía por qué inmiscuirse en los asuntos <strong>de</strong> sus países. Ese sentimiento<br />

nacionalista, que trataba <strong>de</strong> limitar los po<strong>de</strong>res <strong>de</strong>l papa, recibió el nombre <strong>de</strong><br />

“galicanismo” (<strong>de</strong> “Galia”, el antiguo nombre <strong>de</strong> Francia) porque fue en Francia que<br />

cobró mayor fuerza. Frente a él se alzó el partido <strong>de</strong> los “ultramontanos”, es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong> los<br />

que sostenían que el centro <strong>de</strong> autoridad eclesiástica se encontraba en Roma, “más allá <strong>de</strong><br />

los montes” (los Alpes).<br />

Como hemos visto anteriormente, durante las últimas décadas antes <strong>de</strong> la Reforma el<br />

papado había existido bajo la sombra <strong>de</strong>l trono francés, que había logrado numerosas<br />

concesiones en lo referente a la vida eclesiástica francesa. Pronto se dio en llamar a tales<br />

concesiones “las liberta<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la iglesia galicana”, y en <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rlas con fervor patriótico.<br />

En consecuencia, los franceses eran católicos a su manera, como pudo verse cuando<br />

Enrique IV, con todo y estar excomulgado por Roma, fue hecho rey, y el clero católico<br />

sencillamente levantó la excomunión sin consultar con el Papa.<br />

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