22.07.2013 Views

Vol. 2, Page 99 - Colegio de Capellanes de Venezuela

Vol. 2, Page 99 - Colegio de Capellanes de Venezuela

Vol. 2, Page 99 - Colegio de Capellanes de Venezuela

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

cada vez eran más los que <strong>de</strong>cían que Lutero era hereje, y por tanto la posición <strong>de</strong><br />

Fe<strong>de</strong>rico se volvía precaria.<br />

En esto estaban las cosas cuando la muerte <strong>de</strong> Maximiliano <strong>de</strong>jó vacante el trono<br />

alemán, y fue necesario elegir un nuevo emperador. Puesto que se trataba <strong>de</strong> una dignidad<br />

electiva, y no hereditaria, inmediatamente se empezó a discutir acerca <strong>de</strong> quién sería el<br />

próximo emperador. Los dos candidatos más po<strong>de</strong>rosos eran Carlos I <strong>de</strong> España (el hijo<br />

<strong>de</strong> Juana la Loca y Felipe el Hermoso, y por tanto nieto <strong>de</strong> Isabel) y Francisco I <strong>de</strong><br />

Francia. Ninguno <strong>de</strong> estos dos candidatos era <strong>de</strong>l agrado <strong>de</strong>l papa León, pues ambos eran<br />

<strong>de</strong>masiado po<strong>de</strong>rosos, y su elección a la dignidad imperial quebrantaría el equilibrio <strong>de</strong><br />

los po<strong>de</strong>res europeos que era la base <strong>de</strong> la política papal. Carlos tenía, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> los<br />

recursos <strong>de</strong> España, que comenzaba a recibir las riquezas <strong>de</strong>l Nuevo Mundo, sus<br />

posesiones hereditarias en los Países Bajos, Austria y el sur <strong>de</strong> Italia. Si a todo esto se le<br />

añadía el trono alemán, su po<strong>de</strong>r no tendría rival en Europa. Francisco, como rey <strong>de</strong><br />

Francia, tampoco le parecía aceptable al Papa, pues una unión <strong>de</strong> las coronas francesa y<br />

alemana podía tener consecuencias funestas para el papado. Por tanto, era necesario<br />

buscar otro candidato [<strong>Vol</strong>. 2, <strong>Page</strong> 42] cuya posibilidad <strong>de</strong> ser elegido estribara, no en su<br />

po<strong>de</strong>r, sino en su prestigio <strong>de</strong> hombre sabio y justo. Dentro <strong>de</strong> tales criterios, el candidato<br />

i<strong>de</strong>al era Fe<strong>de</strong>rico el Sabio, respetado por los <strong>de</strong>más señores alemanes. Si Fe<strong>de</strong>rico<br />

resultaba electo, las potencias europeas quedarían suficientemente divididas para<br />

permitirle al Papa gozar <strong>de</strong> cierto po<strong>de</strong>r. Por tanto, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> antes <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong><br />

Maximiliano, León había <strong>de</strong>cidido acercarse a Fe<strong>de</strong>rico, y apoyar su candidatura.<br />

Pero Fe<strong>de</strong>rico protegía a Lutero, al menos hasta que el fraile revoltoso fuese<br />

<strong>de</strong>bidamente juzgado. Por tanto, León <strong>de</strong>cidió que lo mejor era postergar la con<strong>de</strong>nación<br />

<strong>de</strong> Lutero, y tratar <strong>de</strong> acercarse tanto al monje como al elector que lo <strong>de</strong>fendía. Con esas<br />

instrucciones envió a Alemania a Karl von Miltitz, pariente <strong>de</strong> Fe<strong>de</strong>rico, con una rosa <strong>de</strong><br />

oro para el Elector en señal <strong>de</strong>l favor papal, y, por así <strong>de</strong>cir, con una rama <strong>de</strong> olivo para el<br />

monje.<br />

Miltitz se entrevistó con Lutero, y logró que éste le prometiera abstenerse <strong>de</strong><br />

continuar la controversia, siempre que sus enemigos hicieran lo mismo. Esto trajo una<br />

breve tregua, hasta que el teólogo conservador Juan Eck, profesor <strong>de</strong> la universidad <strong>de</strong><br />

Ingolstadt, intervino en el asunto. En lugar <strong>de</strong> atacar a Lutero, lo cual le hubiera hecho<br />

aparecer como quien había quebrantado la paz, Eck atacó a Carlstadt, otro profesor <strong>de</strong> la<br />

universidad <strong>de</strong> Wittenberg que se había convencido <strong>de</strong> las doctrinas <strong>de</strong> Lutero, pero que<br />

era mucho más impetuoso y exagerado que el Reformador. Eck retó a Carlstadt a un<br />

<strong>de</strong>bate que tendría lugar en la universidad <strong>de</strong> Leipzig. Dadas las cuestiones planteadas,<br />

resultaba claro que el propósito <strong>de</strong> Eck era atacar a Lutero a través <strong>de</strong> Carlstadt, y por<br />

tanto el Reformador <strong>de</strong>claró que, puesto que lo que se ventilaría en Leipzig eran sus<br />

doctrinas, él también participaría en el <strong>de</strong>bate. La discusión se condujo con todas las<br />

formalida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los ejercicios académicos, y duró varios días. Cuando llegó el momento<br />

en que Lutero y Eck se enfrentaron, resultó claro que el primero era mejor conocedor <strong>de</strong><br />

las Escrituras, mientras el segundo se hallaba más a gusto en el <strong>de</strong>recho canónico y la<br />

teología medieval. Con toda <strong>de</strong>streza, Eck llevó el <strong>de</strong>bate hacia su propio campo, y por<br />

fin obligó a Lutero a <strong>de</strong>clarar que el Concilio <strong>de</strong> Constanza se equivocó al con<strong>de</strong>nar a<br />

34

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!