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Informe sobre desarrollo humano para Mercosur 2009-2010 - OEI

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<strong>Informe</strong> <strong>sobre</strong> <strong>desarrollo</strong> <strong>humano</strong> <strong>para</strong> <strong>Mercosur</strong> <strong>2009</strong>-<strong>2010</strong>. Innovar <strong>para</strong> incluir: jóvenes y <strong>desarrollo</strong> <strong>humano</strong><br />

el sentido de esos estudios en el mundo rural<br />

actual.<br />

3.3. Desigualdades de agencia<br />

La situación de los jóvenes en materia educativa<br />

presentaría una <strong>para</strong>doja: los sectores<br />

que expresan más demandas de cambios, al<br />

menos con relación a sus instituciones; es decir,<br />

aquellos que se encuentran en situación de<br />

inclusión desfavorable, son los que contarían<br />

con menos posibilidades de canalizar sus requerimientos.<br />

Tienen un número importante<br />

de exigencias en cuanto a los cambios que<br />

consideran necesarios. Sus parámetros de referencias<br />

son las instituciones privadas o públicas<br />

de alta calidad. Dicho de otro modo: hay<br />

percepción de agencia, pero su consecución<br />

está más bloqueada que en sectores superiores.<br />

Es probable que la inclusión desfavorable sea<br />

una fuente de demandas y descontento mayor<br />

que la exclusión, <strong>sobre</strong> todo porque existe la<br />

conciencia de que esta inclusión educativa desfavorable<br />

podría transformarse en exclusión<br />

cuando busquen ingresar al mercado laboral.<br />

Como contraparte, a medida que aumenta<br />

el nivel socioeconómico, las demandas a la<br />

educación son menores, y la percepción de<br />

agencia <strong>para</strong> llegar a resolverlas son mayores,<br />

debido a la presencia de canales institucionales<br />

<strong>para</strong> lograrlo. Estos jóvenes sienten que pueden<br />

expresar sus demandas, que sus familias<br />

los apoyan y que las instituciones los escuchan.<br />

En general, quienes asisten a instituciones<br />

privadas, logran que aquello que no les gusta<br />

cambie. El panorama es similar en Argentina,<br />

Uruguay, Paraguay y Brasil.<br />

—Yo he hecho jornadas con mi clase y limpiamos<br />

la clase y la pintamos.<br />

—En la facultad existen encuestas de evaluación<br />

docente que los alumnos mismos evalúan a sus<br />

docentes y eso va a una asamblea y se decide si el<br />

docente está capacitado, se puede llegar a sacar<br />

o no a un docente si es mal docente, y está mejorando<br />

en calidad de profesores me parece.<br />

—Mi generación hizo una junta de firmas <strong>para</strong><br />

sancionar a una profesora que no servía <strong>para</strong><br />

nada y lo conseguimos.<br />

—Nosotros por ejemplo teníamos el pizarrón<br />

roto y mandamos una carta al director <strong>para</strong> pedirle<br />

que cambiaran el pizarrón y lo cambiaron.<br />

(Montevideo, inclusión favorable 15—19)<br />

Si la factibilidad de lograr cambios puntuales<br />

varía según el estrato social, los cambios<br />

necesarios a nivel general aparecen, en todos<br />

los casos, como difíciles, pero no imposibles.<br />

Los agentes señalados <strong>para</strong> llevar adelante tales<br />

cambios son tres: el Estado, las instituciones<br />

educativas y los propios jóvenes. Al primero<br />

le cabe el papel principal, <strong>para</strong> dotar de más<br />

recursos a la educación pública, ya sea mejorando<br />

las escuelas o los salarios docentes. En<br />

todos los países, la cuestión educativa se considera<br />

íntimamente ligada a problemas de financiamiento.<br />

En este aspecto, una diferencia<br />

fundamental es que en Uruguay y Paraguay<br />

se perciben límites a la acción del Estado, ya<br />

que posee recursos limitados mientras que lo<br />

contrario se observa en Brasil. Todos los sectores<br />

expresan altas demandas al Estado y, en<br />

cierta medida, también en Argentina. A las<br />

instituciones educativas, por su parte, les correspondería<br />

mejorar sus dotaciones docentes,<br />

cuidar la infraestructura escolar y mantener<br />

una buena convivencia. Por último, los jóvenes<br />

tendrían un margen de acción, limitado a acciones<br />

puntuales frente a problemas concretos.<br />

Los jóvenes de los cuatro países concuerdan<br />

en que pueden realizar pequeños cambios, ya<br />

sea mejorando el estado de las aulas –o partes<br />

de la escuela– impulsando demandas específicos:<br />

un horario nuevo, un cambio de profesor,<br />

pero no se imaginan desempeñando un rol<br />

protagónico.<br />

No se trata sólo del tipo de demandas; los<br />

jóvenes también debaten <strong>sobre</strong> la forma en que<br />

pueden lograrse los cambios y expresar dichas<br />

demandas. En tal sentido, prima la idea<br />

de que la negociación y la buena relación con<br />

las autoridades es la mejor forma de obtener<br />

resultados. Sin embargo, esta percepción, aunque<br />

limitada, está segmentada socialmente.<br />

Los jóvenes de sectores altos y medios narran<br />

experiencias exitosas de reclamo, como la junta<br />

de firmas <strong>para</strong> desplazar a un docente o la<br />

demanda de mejoras en la infraestructura. En<br />

cambio, en los sectores populares y excluidos<br />

hay una escasa alusión a emprendimientos<br />

similares. Pero esta limitada percepción de<br />

agencia no los ubica en una situación de fatalismo.<br />

En general, entre los jóvenes de sectores<br />

populares y excluidos, las posiciones en torno<br />

al cambio oscilan entre el determinismo de las<br />

condiciones económicas, sociales y políticas,<br />

y el voluntarismo individual. Si el Estado es el<br />

responsable de mejorar la educación, también<br />

depende de ellos: “Uno puede esforzarse <strong>para</strong><br />

tener mejor educación”, afirma un joven en<br />

Salta. No hay, entonces, una sensación de total<br />

fatalismo, sino una tensión entre la percepción<br />

del peso de la estructura y del espacio que cada<br />

uno tiene <strong>para</strong> su táctica, aunque no se exprese<br />

de manera muy concreta cómo sería.<br />

Se advierte la ausencia en términos relativos<br />

de una predisposición a la acción colectiva:<br />

sólo en algunos casos, las acciones colectivas<br />

son percibidas como un camino posible <strong>para</strong> la<br />

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