Informe sobre desarrollo humano para Mercosur 2009-2010 - OEI
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Capítulo 3 | Hacia la búsqueda de un nuevo <strong>para</strong>digma: imaginario social y agencia<br />
poco calificados y de baja calidad. Asimismo,<br />
el debilitamiento y la desconfianza de las formas<br />
asociativas laborales contribuyen a que la<br />
única forma de movilidad pensable sea el ascenso<br />
a otros puestos, vedados <strong>para</strong> la mayoría.<br />
Por ende, es necesario combinar este énfasis en<br />
la movilidad ocupacional individual con algunas<br />
dimensiones más colectivas de las posibilidades<br />
futuras.<br />
Todos los grupos sociales exhiben alguna<br />
idea de proyectos <strong>para</strong> el futuro y, en general,<br />
hay coincidencia en ciertos ejes comunes: autonomía,<br />
formación de una familia y trabajo.<br />
Los contenidos del imaginario <strong>sobre</strong> el futuro<br />
son, en gran medida, compartidos. El tema<br />
central es el estatus imaginado. Mientras que<br />
en los sectores más altos se trata de proyectos,<br />
en el sentido de ciertos objetivos y los medios<br />
plausibles <strong>para</strong> alcanzarlos, esto se debilita a<br />
medida que se desciende en la estructura social.<br />
Entre los jóvenes en situación de inclusión<br />
desfavorable –y, <strong>sobre</strong> todo, entre los excluidos–<br />
aquello que desean <strong>para</strong> el futuro aparece<br />
más como un sueño o una fantasía, tal como<br />
ellos mismos lo llaman, ya que no logran ver<br />
claramente los pasos <strong>para</strong> llegar a estos objetivos.<br />
Una política de subjetividad debería<br />
trabajar con los jóvenes de estos sectores en la<br />
consolidación de imágenes y deseos de futuros<br />
en proyectos plausibles, haciendo hincapié en<br />
los medios <strong>para</strong> llegar a ellos. Si la extensión de<br />
la educación ha contribuido a homogeneizar<br />
y elevar expectativas, las incertidumbres del<br />
mundo laboral conllevan la dificultad <strong>para</strong> llegar<br />
a ellas. Una política de reducción o manejo<br />
de la incertidumbre y de adquisición de códigos<br />
<strong>para</strong> vivir en ella, al menos subjetivamente,<br />
sería de suma importancia.<br />
Un tema particular son los jóvenes excluidos.<br />
Ellos expresan una profunda desazón,<br />
<strong>sobre</strong> todo porque lo único que aparece como<br />
deseable y posible es garantizar la supervivencia,<br />
y sólo se puede aspirar a algo mejor <strong>para</strong><br />
sus hijos. Una generación de juventud temprana,<br />
sin expectativas <strong>para</strong> ellos mismos, es una<br />
cuestión muy grave, por lo cual sería necesario<br />
reconstruir proyectos propios, sin falsas promesas<br />
de movilidad ascendente, pero al menos<br />
buscando un umbral de inserción social básico.<br />
La promoción de proyectos o iniciativas colectivas<br />
puede adquirir una importancia central.<br />
Hay dos temas adicionales que resultan<br />
importantes <strong>para</strong> fortalecer la agencia en los<br />
sectores de inclusión desfavorable y exclusión.<br />
El primero es la revalorización de la educación<br />
pública. La educación privada es percibida<br />
como el parámetro de la calidad educativa, en<br />
particular en la educación media. Esto genera<br />
una percepción de injusticia y es un indicador<br />
de desigualdad en los sectores desfavorecidos,<br />
así como una fuente de frustración anticipada,<br />
ya que muchos sienten que su formación será<br />
peor que la de sus pares más favorecidos. No<br />
se trata de que la educación pública compita<br />
en servicios con la privada; pero sí es necesario<br />
que se discutan los parámetros de calidad vigentes.<br />
En particular, imponer desde el sector<br />
público una propia visión de la calidad <strong>para</strong><br />
disminuir esta sensación de desventaja. Si antes<br />
el objetivo era la expansión de la cobertura,<br />
ahora se trata de jerarquizarla.<br />
En segundo lugar, se debería revalorizar el<br />
rol de socialización cultural de la escuela. La<br />
educación aparece valorada en su rol de distribución<br />
de credenciales, pero se estaría desdibujando<br />
su rol en la socialización cultural general,<br />
<strong>sobre</strong> todo <strong>para</strong> los sectores populares.<br />
Las exigencias del mundo laboral competitivo<br />
focalizan el interés en las credenciales y en la<br />
formación <strong>para</strong> el trabajo. La rápida extensión<br />
de las TIC ha aventajado en innovación a la<br />
educación pública, que no ha podido acompañar<br />
estos cambios. La distancia, <strong>sobre</strong> todo<br />
<strong>para</strong> los sectores más desfavorecidos, entre los<br />
contenidos culturales de sus escuelas y el mundo<br />
al que acceden por medio de las TIC es muy<br />
importante. Habría que reforzar el interés por<br />
los contenidos culturales no instrumentales, de<br />
modo que sean valorados por los jóvenes. Una<br />
línea podría ser la valoración de las formas de<br />
participación en el espacio público. Aunque<br />
en las escuelas se consideran positivamente<br />
ciertas acciones individuales, como el trabajo<br />
solidario o el cuidado individual del medio<br />
ambiente, no aparece ningún ámbito que promueva<br />
un ejercicio más amplio de ciudadanía,<br />
por ejemplo en sus dimensiones más deliberativas.<br />
La escuela podría cumplir ese rol.<br />
Finalmente, es necesario reforzar los dispositivos<br />
de permanencia escolar de los sectores<br />
vulnerables. Distintos estudios, como Panorama<br />
Educativo SITEAL 2008, muestran una<br />
desaceleración de la cobertura educativa media<br />
en la región, lo que abre un interrogante <strong>sobre</strong><br />
el probable fin de la expansión educativa. Los<br />
esfuerzos por seguir ampliando la cobertura en<br />
una etapa de “metas duras” resultan importantes.<br />
Pero al mismo tiempo, en muchos casos, el<br />
abandono educativo por parte de los excluidos<br />
podría haberse evitado: serían necesarios más<br />
dispositivos <strong>para</strong> reforzar el vínculo de estos<br />
sectores con la educación, actuando antes de<br />
se produzca que la deserción. En muchos casos<br />
se trataba de problemas que a primera vista<br />
parecen menores (desacuerdos con los profesores,<br />
malos entendidos, baja en la autoestima<br />
o hasta la imposibilidad de explicar las razones<br />
del abandono). Sin embargo, a menudo sucede<br />
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