Informe sobre desarrollo humano para Mercosur 2009-2010 - OEI
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Lo popular y la estética de la modernidad<br />
revisitada: el grafiti brasilero<br />
Apartado 1<br />
A1.1. Introducción<br />
Los grafiteros, también llamados “artistas<br />
de la calle”, y los pixadores, usan la ciudad<br />
como un medio. Encontrar y escoger un espacio<br />
es parte importante del proceso creativo,<br />
que puede ser espontáneo, o cuidadosamente<br />
planeado. La jerarquía entre los pixadores se<br />
mide por el número de intervenciones y por la<br />
dificultad que implica su realización en edificios<br />
altos, inaccesibles o con mucha vigilancia<br />
policial. Obedecen también a una jerarquía<br />
en la distribución de las firmas: primero va la<br />
firma de la grife, que es el nombre del grupo<br />
de colectivos, después la firma del colectivo<br />
y, finalmente, la firma personal. Los dibujos<br />
y textos son constantemente producidos en<br />
forma de anotaciones o proyectos hasta encontrar<br />
el lugar <strong>para</strong> ser realizados, o a la inversa,<br />
el lugar puede despertar la necesidad de<br />
una intervención. Por este motivo, los artistas<br />
de la calle trabajan <strong>sobre</strong> agendas o cuadernos<br />
donde se encuentran la mayor parte de<br />
los proyectos. Los espacios grafitados son respetados<br />
por la comunidad de grafiteros, que<br />
sólo intervienen estableciendo una relación<br />
entre las piezas, en un diálogo equilibrado de<br />
fuerzas.<br />
Con el surgimiento de la imagen digital<br />
y de internet, el grafiti se ha extendido más<br />
allá de la escena urbana: los artistas/grafiteros<br />
usan los medios digitales como una forma de<br />
divulgación, pero también como una extensión<br />
del soporte urbano; muchos de ellos son<br />
diseñadores gráficos o artistas digitales. Antes<br />
incluso de la aparición de internet, el grafiti se<br />
caracterizaba por ser interactivo, no lineal, no<br />
narrativo, no referencial, modular y variable<br />
(Quinteros, 2007). La pluralidad formal convive<br />
en una serie de conexiones entre abstracción,<br />
figuración, ornamento, texto y efectos<br />
especiales.<br />
La estética del grafiti es producto de una<br />
generación influenciada por la televisión, los<br />
video-juegos, la cinematografía y el diseño gráfico.<br />
La iconografía proviene en gran parte de<br />
los dibujos animados, juegos y tiras cómicas,<br />
pero también del diseño psicodélico de los años<br />
1960 y 1970 y el diseño punk de los años 1980<br />
divulgado a través de la industria discográfica.<br />
Esta estrecha relación entre el grafiti y el diseño<br />
gráfico es de doble vía. El tag, que es la forma<br />
originaria del grafiti de marcar la navegación<br />
por el territorio urbano, es también una forma<br />
de marcar la navegación por el espacio digital.<br />
El movimiento y la velocidad también son<br />
parte de la estética del grafiti desde un comienzo.<br />
Las clásicas piezas realizadas en vagones de<br />
tren, por ejemplo, están pensadas <strong>para</strong> ser vistas<br />
en movimiento. Los textos e imágenes son<br />
ejecutados tomando en cuenta el movimiento<br />
y la velocidad con que los transeúntes de la ciudad<br />
ven las intervenciones, así como la rapidez<br />
que requiere la ejecución en espacios ilegales<br />
(Quinteros, 2007).<br />
A1.2. Un paseo por el reino del<br />
grafiti brasilero: San Pablo<br />
Caminar por las calles y callejones grafiteados<br />
de Vila Madalena y Vila Mariana, en San Pablo,<br />
puede ser una experiencia tan intensa como<br />
estar en la Capilla Sixtina o en las cavernas de<br />
Altamira. Se pueden enumerar semejanzas o<br />
equivalencias entre estas experiencias estéticas,<br />
pero en estos callejones hay algo que ha cambiado<br />
en relación con el espectador: la visión ya<br />
no se apoya en una única perspectiva ni realiza<br />
un recorrido visual sincronizado por la estructura<br />
formal de la obra. Se sucede en un sinfin de<br />
apariciones y desapariciones que se yuxtaponen<br />
y complementan, exige moverse en toda dirección<br />
y en toda perspectiva. La experiencia es de<br />
inmersión.<br />
Gigantescas figuras que parecen salidas de<br />
febriles fantasías dialogan entre sí y conducen la<br />
mirada de un lugar a otro en las paredes traseras<br />
de las casas que dan al famoso “Beco do Batman”,<br />
como llaman al callejón de Vila Madalena.<br />
Dragones, extraterrestres, figuras humanas y<br />
complejos objetos se debaten en un espacio que<br />
se percibe más grande de lo que es. La pintura<br />
se extiende <strong>sobre</strong> las paredes de cemento, las<br />
puertas y las rejas de metal, los postes de madera,<br />
las canaletas e incluso parte de la vereda. La<br />
grandiosidad de la ejecución no surge del virtuosismo<br />
del artista/grafitero, ya que entre una<br />
obra y otra no podemos distinguir un límite; la