Informe sobre desarrollo humano para Mercosur 2009-2010 - OEI
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Capítulo 3 | Hacia la búsqueda de un nuevo <strong>para</strong>digma: imaginario social y agencia<br />
de las salidas, pero sí el despliegue de estrategias<br />
de gestión de la inseguridad en el espacio urbano.<br />
Los jóvenes elaboran estrategias individuales<br />
o grupales <strong>para</strong> reducir el temor y la incertidumbre<br />
en situaciones consideradas riesgosas.<br />
Las diferencias socioeconómicas, por supuesto,<br />
entran en juego, tanto por la disponibilidad de<br />
más recursos <strong>para</strong> contar con dispositivos, tener<br />
auto o tomar taxis de noche, como por las mayores<br />
posibilidades de protección de los sectores<br />
más aventajados.<br />
Sin embargo, se plantean diferencias importantes<br />
entre las distintas ciudades. Rio de<br />
Janeiro aparece como la más insegura; Buenos<br />
Aires y Salvador de Bahía, un tanto menos. En<br />
Asunción y Montevideo, hay una conciencia<br />
<strong>sobre</strong> el deterioro de la situación, pero se considera<br />
que es mejor que en otras grandes ciudades<br />
del <strong>Mercosur</strong>. Salta sigue siendo segura<br />
y, salvo algunas peleas entre los jóvenes, las<br />
zonas rurales no experimentan este problema.<br />
Los jóvenes evalúan la seguridad de sus lugares<br />
en com<strong>para</strong>ción tanto con el pasado como con<br />
otras zonas. En efecto, la omnipresencia de los<br />
medios de comunicación y de noticieros de alcance<br />
nacional e internacional, transmitiendo<br />
episodios de inseguridad de las grandes urbes<br />
permite com<strong>para</strong>r con la situación local, aun<br />
en los lugares más recónditos de cada país.<br />
Esto, lejos de provocar más temor en todos lados,<br />
reforzaría la sensación de mejor situación<br />
relativa con respecto a las grandes ciudades<br />
(Kessler, <strong>2009</strong>). Esto es notorio en los testimonios<br />
de Asunción, Salta y Montevideo:<br />
—Hay violencia, pero no tanta en com<strong>para</strong>ción<br />
con otras ciudades de América.<br />
(Asunción, inclusión favorable 20-29)<br />
—Salta es más seguro que en Buenos Aires, que<br />
la Capital, que oigo en los noticieros que mueren,<br />
roban, se matan, es preferible acá, es más<br />
tranquilo.<br />
(Salta, inclusión desfavorable y exclusión 17-26)<br />
Rio de Janeiro, en las antípodas, exigiría hacer<br />
frente cotidianamente al riesgo, intentando<br />
“no pensar” <strong>para</strong> poder llevar a cabo las actividades<br />
y los proyectos y no quedar encerrado:<br />
—Se você for viver com medo, você vai virar refém<br />
do medo. Você não sai mais de casa. Agora<br />
tem lugares que você passa, que há maior incidência<br />
de violência, que você vai ficar com um<br />
pouco mais de medo de ir. Mas tem lugares que<br />
você vai naturalmente sem medo de ir. Sem pensar<br />
em nada.<br />
—Dizem que bailes no morro só são seguros se<br />
você conhecer alguém.<br />
—Afirmam que preferem não pensar na insegurança,<br />
o que não significa que achem que ela não<br />
exista.<br />
(Rio de Janeiro, inclusión favorable 20-29)<br />
A diferencia de lo que se refleja en los medios,<br />
la inseguridad, el miedo y la incertidumbre<br />
no son sensaciones estables y continuas,<br />
sino que se suscitan en determinados contextos<br />
de interacción, y varían según los horarios,<br />
los lugares y los actores involucrados. La vida<br />
en la ciudad exige saber decodificar las amenazas<br />
en los diferentes espacios porque se han<br />
desdibujado las fronteras entre zonas seguras<br />
y peligrosas. Los jóvenes saben esto, la socialización<br />
en la inseguridad los habría dotado de<br />
competencias <strong>para</strong> identificar y evitar estos peligros.<br />
El siguiente testimonio de Montevideo<br />
enumera varios de los criterios y las variables<br />
que están en juego en esta diferenciación entre<br />
quién es peligroso y quién no:<br />
—No, estás tú con dos amigas por ejemplo y se<br />
acerca alguien a preguntarte dónde <strong>para</strong> el ómnibus<br />
tal.<br />
—Depende de la forma como te lo pregunte.<br />
—Y depende si viene alguien de traje a<br />
preguntarte…<br />
—Depende de la pinta.<br />
—También depende de la cantidad de gente que<br />
sea porque de repente viene una banda bueno<br />
me doy media vuelta y me voy.<br />
—Es diferente de día que de noche.<br />
—En la noche caminas por la calle de noche<br />
<strong>para</strong> ir a tu casa, a las 3 de la mañana y te sentís<br />
inseguro.<br />
(Montevideo, inclusión favorable 15-19)<br />
El testimonio refleja que las interacciones<br />
en el espacio público de la ciudad, donde<br />
la mayoría de las personas son desconocidas,<br />
dependen de rostros, modales y contextos,<br />
marcas que ayudan a clasificar la situación. Por<br />
supuesto, el género hace una diferencia: las mujeres<br />
se ven más amenazadas en casi todas las<br />
ciudades por la posibilidad de ataques sexuales.<br />
Sin embargo, no se abandona el espacio<br />
público, sino que se intenta reducir los riesgos,<br />
es decir, alcanzar un equilibrio subjetivamente<br />
aceptable entre la sensación de control de la<br />
situación y la realización de las rutinas cotidianas<br />
en el espacio público. Una estrategia central<br />
es la “grupalidad”: estar y salir con el grupo<br />
de pares y amigos. Estar juntos da seguridad;<br />
andar solo, en cambio, genera temor. Otras<br />
estrategias se centran en los desplazamientos<br />
y traslados durante las salidas nocturnas. En<br />
lugar de caminar los jóvenes prefieren ir en autobús<br />
o taxi; los acompaña un familiar hasta el<br />
lugar de salida; evitan ciertos trayectos, lugares<br />
y zonas o prefieren quedarse a dormir en casa<br />
de amigos.<br />
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