Informe sobre desarrollo humano para Mercosur 2009-2010 - OEI
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Capítulo 5 | Juventud y espacio público: movilizaciones, identidades y una nueva plataforma cultural<br />
dialogar unas con otras, lo cual se refleja en la<br />
expresión “soy las tres cosas”. Como dice otra<br />
joven: “Lo más importante es eso de construirse<br />
como sujeto, me parece que es fundamental<br />
desde dónde vos te ubicás. Entender<br />
las demandas de discriminaciones que vos no<br />
sentís”. Se trata, entonces, de articular el sentido<br />
colectivo de los movimientos sociales y<br />
la dimensión personal, porque a partir de esta<br />
cohesión se construyen nuevas pautas.<br />
Sobre la base de tal circunstancia ¿Es posible<br />
hablar de una nueva ola feminista, que algunos<br />
llaman “tercera ola feminista”? 9 ¿Representa<br />
esto un cambio de <strong>para</strong>digmas? ¿Hasta<br />
qué punto las nuevas generaciones de mujeres<br />
latinoamericanas naturalizaron las conquistas<br />
del movimiento feminista y practican un “feminismo<br />
de hecho” en sus vidas personales?<br />
¿Qué demandas motivan hoy la formación de<br />
colectivos de mujeres jóvenes?<br />
Aunque el tema apenas comienza a profundizarse,<br />
se sabe que las jóvenes feministas<br />
reivindican cambios en la manera en que las<br />
generaciones anteriores unificaron las banderas<br />
feministas. Sus argumentos se centran en<br />
la necesidad de reconocimiento y valorización<br />
de la diversidad de las mujeres. Esto implica<br />
poner en juego no sólo luchas poli-clasistas,<br />
que involucran demandas diversificadas (calidad<br />
de vida, consumo, vivienda, salud), sino<br />
también “luchas feministas”, aquellas relacionadas<br />
con la igualdad de oportunidades, de<br />
remuneración y el derecho al propio cuerpo,<br />
anticoncepción, aborto, maternidad voluntaria<br />
(Calderón y Jelin, 1987). Hoy, la idea de<br />
valoración de la diversidad de las mujeres<br />
pasa también por múltiples identidades de<br />
etnia, raza, orientación sexual, religión, cultura,<br />
estilo de vida. Se trata de una visión del<br />
feminismo más consciente de las diferencias<br />
y particularidades entre las mujeres, que no<br />
acepta una homogenización del movimiento;<br />
es decir, la idea de que existen diferentes maneras<br />
de vivir y definir el feminismo. Al mismo<br />
tiempo, cobra peso una vieja consigna: “lo<br />
personal es político”. Por supuesto, no hay en<br />
esta idea nada que no estuviese presente en<br />
los movimientos feministas de las décadas de<br />
1960 y 1970. No obstante, es interesante notar<br />
cómo esta idea –que en las décadas de 1980<br />
y 1990 se había apagado frente a reivindicaciones<br />
culturales, legales e institucionales– se<br />
9<br />
Véase Epelde (<strong>2009</strong>) y Zanneti (<strong>2009</strong>). Las dos autoras<br />
–una hondureña y una brasileña– son jóvenes sociólogas<br />
cuyos trabajos fueron premiados en el concurso<br />
“Los desafíos feministas en América Latina” promovido<br />
por la organización Cotidiano Mujer y Articulación Feminista<br />
<strong>Mercosur</strong>, con apoyo de UNIFEM.<br />
ha reinstalado en el discurso de las jóvenes de<br />
hoy (Epelde, <strong>2009</strong>).<br />
En el primer Encuentro Nacional de la<br />
Articulación Brasileña de Jóvenes Feministas,<br />
realizado en 2008 en el Estado de Ceará,<br />
el derecho al aborto legal y seguro, bandera<br />
histórica del feminismo, fue ampliamente discutido.<br />
Pero además se introdujo una nueva<br />
cuestión en relación con el cuerpo femenino:<br />
ya no simplemente el derecho a “ser dueña del<br />
propio cuerpo” en términos de libertad sexual<br />
y aborto, sino también la cuestión de “la imposición<br />
a través de los medios de comunicación<br />
de un patrón único de belleza femenina:<br />
blanco, alto y anoréxico” (Zanetti, <strong>2009</strong>).<br />
Otro tema clásico, la jornada de trabajo de las<br />
mujeres, también adquiere nueva forma. Las<br />
jóvenes ya no hablan sólo de la “doble jornada<br />
de trabajo” (dentro y fuera de casa). En el<br />
contexto de un mercado laboral restringido<br />
y en permanente cambio, que exige certificados<br />
escolares y cursos complementarios, las<br />
jóvenes son sometidas a una “triple jornada”:<br />
además de cuidar la casa y los hijos, y trabajar<br />
Recuadro 5.3: El deporte como vía de inclusión social<br />
El rol del deporte como herramienta <strong>para</strong> la inclusión social es<br />
cada vez más importante. Una de las muestras de esto es la elección<br />
por las Naciones Unidas de 2005 como el año <strong>para</strong> promover e incentivar<br />
proyectos volcados a la práctica deportiva. La ONU señaló que el<br />
deporte, aunque su objetivo sea el <strong>desarrollo</strong> de los aspectos físicos<br />
y la salud, también se utiliza <strong>para</strong> adquirir los valores necesarios <strong>para</strong><br />
la cohesión social.<br />
“El deporte es una herramienta que, combinada con la educación,<br />
realmente sirve como herramienta <strong>para</strong> la inclusión”, afirma el coordinador<br />
del proyecto “Mini- tenis” de la Uiversidad Regional Integrada<br />
del Alto Uruguay y Misiones, José Luiz Dalla Costa. El proyecto “Cestinha”,<br />
de la Universidad de Santa Cruz do Sul, fue creado en 2001.<br />
Hoy atiende a más de 300 niños. Además de aprender los secretos<br />
del baloncesto, reciben clases de computación e inglés, así como un<br />
trabajo especial de orientación con los padres. “El deporte es importante<br />
porque les da una oportunidad a los niños. No es cuestión de<br />
dejar al niño jugando, sin ninguna otra filosofía. Eso no sirve”, dice el<br />
coordinador de la iniciativa, Gilmar Weiss.<br />
Estos proyectos nacen, por lo general, en los departamentos de<br />
deportes o educación física, como una oportunidad <strong>para</strong> que los estudiantes<br />
pongan en práctica lo que aprenden en el aula y, a la vez,<br />
desarrollen acciones sociales. La experiencia con proyectos sociales<br />
relacionados con los deportes demuestra que la actividad física, especialmente<br />
en lo que respecta a los jóvenes, funciona como una motivación<br />
muy positiva. Bien implementados, estos proyectos van más<br />
allá del ámbito de los deportes. Los efectos se hacen sentir en el día<br />
a día, con niños y adolescentes más concentrados en las clases, más<br />
disciplinados y, <strong>sobre</strong> todo, lejos de las calles.<br />
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