Informe sobre desarrollo humano para Mercosur 2009-2010 - OEI
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<strong>Informe</strong> <strong>sobre</strong> <strong>desarrollo</strong> <strong>humano</strong> <strong>para</strong> <strong>Mercosur</strong> <strong>2009</strong>-<strong>2010</strong>. Innovar <strong>para</strong> incluir: jóvenes y <strong>desarrollo</strong> <strong>humano</strong><br />
traducirse en mayores márgenes de libertad<br />
y menores grado de sometimiento <strong>para</strong> las<br />
mujeres, haciendo realidad uno de los temas<br />
más caros al feminismo, como teoría, como<br />
proceso histórico y como demanda política:<br />
avanzar en los procesos de individuación personal<br />
y ganar en autonomía en las relaciones<br />
inmediatas”.<br />
En América Latina, persisten obstáculos<br />
en lo que respecta a los derechos de las mujeres<br />
–por ejemplo en el campo sexual y reproductivo–<br />
que impiden tanto su goce y ejercicio<br />
como su apropiación subjetiva (Vianna<br />
y Lacerda, 2005; Petracci y Pecheny, 2007;<br />
Dides et al, 2008). La mayoría de las muertes<br />
relacionadas con el embarazo o el parto afectan<br />
a mujeres pobres que viven en países en<br />
<strong>desarrollo</strong>, donde 1 de cada 76 corre el riesgo<br />
de morir por causas relacionadas a la maternidad,<br />
mientras que en los países industrializados<br />
la tasa desciende a 1 de cada 8.000<br />
(UNFPA, 2008).<br />
Otro obstáculo a la igualdad de género, al<br />
logro de metas de <strong>desarrollo</strong> y una violación<br />
de los derechos <strong>humano</strong>s, es la violencia de<br />
género. Mujeres de todas las edades, culturas,<br />
religiones y clases sociales continúan siendo<br />
víctimas de violencias (física, sexual, psicológica)<br />
en ámbitos diversos (casa, trabajo, comunidad,<br />
Estado). Un estudio <strong>sobre</strong> violencia<br />
de género sostiene que una de cada tres mujeres<br />
ha vivido o vivirá algún tipo de violencia a<br />
lo largo de su vida; una de cada cinco mujeres<br />
ha sido o será víctima de violación sexual o su<br />
intento; y que la mitad de las mujeres víctimas<br />
de homicidio fueron asesinadas por sus parejas<br />
o ex parejas (PNUD, <strong>2009</strong>). Este tema dejó<br />
de estar circunscrito al ámbito privado <strong>para</strong><br />
pasar a ser comprendido como un problema<br />
que afecta a toda la sociedad, lo que dio lugar<br />
a que la prevención y la sanción de la violencia<br />
hacia las mujeres fuese incorporada a las<br />
declaraciones y tratados internacionales que<br />
fijan los compromisos y las obligaciones asumidos<br />
por los Estados.<br />
Si bien es cierto que la brecha entre lo hecho<br />
y lo que resta por hacer persiste, y que<br />
la paridad se avizora pero “a la distancia”, el<br />
camino recorrido ampliaría las alternativas<br />
futuras <strong>para</strong> construir una nueva agenda, más<br />
democrática de las relaciones de género, y<br />
profundizaría los logros alcanzados.<br />
La construcción de una nueva agenda es<br />
posible porque los procesos de individualización<br />
cambiaron el armado de lazos y vínculos<br />
con otras personas. Porque la búsqueda –si<br />
bien no es un logro definitivo– de la igualdad<br />
de género, el fortalecimiento de las capacidades<br />
y el acceso igualitario a información,<br />
oportunidades y recursos, y la participación<br />
en el espacio público, han contribuido tanto a<br />
superar coyunturas de crisis económica como<br />
al <strong>desarrollo</strong> en la región. También porque la<br />
ampliación de las posibilidades de participación<br />
de las mujeres podría contribuir a un orden<br />
social más solidario.<br />
Los logros alcanzados también fueron posibles<br />
porque las transformaciones iniciadas<br />
por las mujeres a través de la lucha política,<br />
y vividas en el día a día de cada mujer, aun<br />
aquellas que no integran el movimiento de<br />
mujeres, condujeron a un proceso de cambio<br />
cultural, cuya marcha, incursionó en los ámbitos<br />
privado y público, individual y colectivo.<br />
En el modelo actual de conformación de las<br />
familias y los vínculos entre sus integrantes,<br />
se van abandonando las pautas del modelo<br />
tradicional basado en la desigualdad de género.<br />
La vida de las mujeres ha dejado de ser<br />
una transición entre autoridades masculinas:<br />
primero el padre, después el marido. El matrimonio<br />
y la crianza de los hijos ya no son<br />
los primeros y únicos pasos dados por las<br />
mujeres después de la salida de la familia de<br />
origen. Y si ello sucede como consecuencia de<br />
la ausencia de otras alternativas, las preguntas<br />
formuladas, las percepciones y la posición de<br />
las mujeres frente a esa situación más tradicional<br />
acusan recibo del proceso de cambio<br />
cultural, de lo que se mantiene igual pero preferirían<br />
que cambiase.<br />
Ese pasaje casi automático se ha diversificado<br />
<strong>para</strong> dar lugar a las carreras educativas,<br />
profesionales y laborales, especialmente entre<br />
las mujeres de nivel socioeducativo más alto,<br />
con un consecuente descenso de las tasas de<br />
fecundidad y un retroceso en la edad de la<br />
maternidad. La posibilidad de las mujeres de<br />
acceder a diversos métodos anticonceptivos,<br />
en general eficaces y que pueden ser utilizados<br />
antes, durante o después de las relaciones<br />
sexuales, favorecieron la se<strong>para</strong>ción del placer<br />
sexual y la reproducción. Junto con el ocaso<br />
de una forma de vida que valoraba la virginidad<br />
y la fidelidad como virtudes femeninas, se<br />
agrega otra disociación, algo más incipiente,<br />
entre placer sexual y amor romántico.<br />
Así como los temas de “la mujer” condujeron<br />
a pensar el concepto en plural. El resquebrajamiento<br />
del modelo hegemónico marcado<br />
por un orden de género que construía<br />
lo femenino <strong>sobre</strong> el hecho reproductivo, la<br />
maternidad y la conyugalidad heterosexual,<br />
ha permitido escuchar otras voces y visibilizar<br />
la pluralidad de las corporalidades en las<br />
que lo femenino se materializa.<br />
Los cambios en las configuraciones familiares<br />
siempre están unidos a cambios en los<br />
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