Informe sobre desarrollo humano para Mercosur 2009-2010 - OEI
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Capítulo 4 | Agencia y exclusión en tiempos de tecno-sociabilidad<br />
Cuadro 4.3: Dimensiones de fuentes categoriales de injusticias, 2008. En porcentajes<br />
¿Tú crees que las personas que están en el gobierno reconocen que éste (problema<br />
señalado como prioritario) es el principal problema de los jóvenes? Y si lo reconocen:<br />
¿crees que están haciendo algo <strong>para</strong> solucionarlo? Porcentaje que responde “No lo<br />
reconocen, o lo reconocen pero no hacen nada <strong>para</strong> solucionarlo”<br />
¿En qué medida te parecen que se respetan los derechos de los jóvenes en tu país?<br />
Porcentaje que responde “Poco o nada”<br />
¿Crees que el Gobierno reconoce la existencia de esa injusticia? Y ¿crees que está<br />
haciendo algo <strong>para</strong> eliminarla? Y porcentaje que responde “No la reconoce, o lo hace<br />
pero no está haciendo nada <strong>para</strong> solucionarla”.<br />
Fuente: Encuesta IDHM<br />
Montevideo Asunción Rio de Janeiro Buenos Aires<br />
55,9 68,9 76,6 89,9<br />
57,9 79,0 80,1 81,4<br />
67,5 77,6 76,7 85,9<br />
probable que el significado del término “agresión<br />
física violenta” varíe según los umbrales<br />
de sensibilidad a la violencia predominantes en<br />
cada ciudad 18 . En cualquier caso, la inseguridad<br />
es parte central del paisaje urbano y de la<br />
vida cotidiana en las ciudades.<br />
Las diferencias de género son importantes<br />
en la percepción de inseguridad. Los varones<br />
que declaran haber sufrido una agresión física<br />
violenta en los últimos tres años son más que<br />
las mujeres 19 . Sin embargo, en general son las<br />
mujeres las que perciben a sus barrios como<br />
áreas de baja o nula seguridad. También es<br />
mayor el porcentaje de mujeres que considera<br />
bastante o muy probable que ellas, o alguien de<br />
su entorno, puedan ser víctimas de una agresión<br />
física violenta 20 . La brecha entre la violencia<br />
experimentada y la sensación de inseguridad<br />
es más amplia entre las mujeres, lo que<br />
probablemente se deba al temor a una posible<br />
agresión sexual. Es probable que la inseguridad<br />
condicione el comportamiento de las mujeres<br />
jóvenes en mayor medida, limitando sus horarios<br />
y espacios <strong>para</strong> movilizarse y, por ende,<br />
restringiendo tanto sus condiciones de vida<br />
como las de sus hogares.<br />
Analizados los diferentes problemas, cabe<br />
ahora preguntarse por la respuesta a ellos. En<br />
el Cuadro 4.3 se presenta la percepción de los<br />
jóvenes con respecto al reconocimiento de sus<br />
principales problemas, injusticias y derechos<br />
por parte de la sociedad y del Gobierno.<br />
Los resultados muestran que en general<br />
los jóvenes perciben que sus problemas prioritarios<br />
son poco reconocidos por el Gobierno,<br />
sus derechos poco respetados y las injusticias<br />
18<br />
Los umbrales de tolerancia a la violencia, están fuertemente<br />
relacionados con legados urbanos que varían<br />
en términos de las tasas de criminalidad, el quebrantamiento<br />
general de las leyes y la vulneración de derechos<br />
personales.<br />
19<br />
Véase Cuadro AV.10 del Anexo Metodológico.<br />
20<br />
Véanse Cuadros AV.11 y AV.12 del Anexo<br />
Metodológico.<br />
que padecen poco visualizadas (y escasamente<br />
enfrentadas). En el análisis ciudad por ciudad,<br />
los jóvenes de Montevideo aparecen como los<br />
menos disconformes.<br />
La consideración conjunta de las tres dimensiones<br />
de injusticias categoriales se realiza<br />
a través de un índice sumatorio simple de<br />
percepción de dicho tipo de injusticias <strong>para</strong><br />
cada ciudad. El valor que toma el índice puede<br />
interpretarse de la siguiente manera: mientras<br />
mayor sea la percepción de injusticias, menor<br />
será la percepción de la incidencia de los problemas<br />
y derechos de los jóvenes en la agenda<br />
pública, y viceversa.<br />
Ambas percepciones pueden ser consideradas<br />
como dis<strong>para</strong>dores de movilizaciones<br />
sociopolíticas. En el primer caso, dichos dis<strong>para</strong>dores<br />
serían las demandas por transformaciones<br />
en la sociedad, que no otorga a los jóvenes<br />
ni la atención ni el espacio social y político<br />
que ellos consideran merecer. En el segundo<br />
caso, la apertura de la sociedad constituye un<br />
estímulo <strong>para</strong> la articulación y procesamiento<br />
de demandas.<br />
El Gráfico 4.8 muestra la distribución de<br />
los valores altos del índice de injusticias categoriales<br />
por sexo y nivel socioeconómico. Salvo<br />
en el caso de las mujeres de Rio de Janeiro,<br />
en general los valores más altos se concentran<br />
en los estratos bajos de cada ciudad.<br />
Si bien se observan diferencias entre las tendencias<br />
de cada país, es posible concluir que las<br />
fuentes de injusticia que perciben los jóvenes se<br />
relacionan con demandas de derechos, es decir<br />
“el derecho a tener derechos”, los cuales poseen<br />
diversos sentidos y significados. Estos se refieren<br />
a la demanda de ser tratados como personas<br />
dignas en todos los ámbitos de su vida cotidiana,<br />
especialmente en su relación con la policía, pero<br />
también con familiares y en el sistema educativo.<br />
Además coexisten tres clases de demandas<br />
de derechos: relacionadas con la igualdad, principalmente<br />
en las relaciones de género y entre<br />
etnias; demandas vinculadas con la ciudadanía<br />
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