Informe sobre desarrollo humano para Mercosur 2009-2010 - OEI
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Apartado 2 | Juventudes rurales del <strong>Mercosur</strong><br />
es fácilmente detectable en sus discursos, en<br />
los que casi siempre equi<strong>para</strong>n las propias realidades<br />
con las de los adultos, a pesar de que<br />
muchas veces critican el autoritarismo existente<br />
(atribuyéndolo en ocasiones a patrones<br />
adulto-céntricos) y a veces responsabilizando<br />
a estructuras socioeconómicas y políticas más<br />
profundas, Kretschmer (2007).<br />
En este marco, no debería llamar la atención<br />
que la mayoría de las organizaciones juveniles<br />
rurales estén ligadas a organizaciones de<br />
adultos, con demandas muy similares. Pese a<br />
ello, en los últimos tiempos han ido cobrando<br />
visibilidad e importancia las acciones realizadas<br />
por jóvenes rurales en el espacio público.<br />
Esto ha fortalecido su protagonismo y es la clave<br />
<strong>para</strong> el surgimiento de una nueva conciencia<br />
<strong>sobre</strong> la realidad que enfrentan los jóvenes<br />
que viven en el campo.<br />
Los ejes alrededor de los cuales giran las<br />
organizaciones campesinas, son válidos <strong>para</strong> la<br />
población joven, aunque adquieren dinámicas<br />
particulares. La demanda de acceso a la tierra,<br />
por ejemplo, es central, dados los problemas<br />
mencionados <strong>para</strong> acceder a ella, pero también<br />
porque es una potencial fuente de ingresos,<br />
necesarios <strong>para</strong> la emancipación de los jóvenes<br />
rurales. Pero la juventud no sólo demanda<br />
acceso y distribución de la tierra. También es<br />
crucial la mejora de los servicios educativos y<br />
el aumento de la escolaridad. Se trata de orientar<br />
los contenidos curriculares hacia la formación<br />
de capacidades técnicas profesionales que<br />
ofrezcan elementos <strong>para</strong> la superación de las<br />
actuales crisis, tanto globales como aquellas<br />
propias de la economía rural.<br />
Como se señala en el Capítulo 4, la demanda<br />
por el medio ambiente es uno de los denominadores<br />
comunes de las juventudes urbanas, que<br />
han encontrado en las ideas ecologistas un espacio<br />
de encuentro <strong>para</strong> jóvenes provenientes de<br />
diferentes sectores sociales. Esta demanda está<br />
presente también, entre los jóvenes que viven en<br />
el campo. Entre otras acciones, los jóvenes rurales<br />
apuestan por las prácticas agroecológicas,<br />
las campañas de concientización y el impulso<br />
de proyectos de ley <strong>sobre</strong> el tema, pero también<br />
realizan acciones directas, como intentos por<br />
evitar pre<strong>para</strong>tivos <strong>para</strong> la plantación de soja,<br />
fumigaciones o la deforestación.<br />
Otra demanda central de los jóvenes rurales<br />
es el acceso a recreación gratuita, a espacios<br />
y bienes culturales, ya que la oferta cultural, en<br />
general, se limita a los núcleos urbanos. La participación<br />
en medios de comunicación alternativos,<br />
<strong>sobre</strong> todo radios, es también relevante.<br />
Por lo general, el campo de acción de los<br />
jóvenes son las propias comunidades, aunque<br />
se producen cada vez más articulaciones con<br />
organizaciones regionales, nacionales e incluso<br />
internacionales. La articulación internacional<br />
de los movimientos ha facilitado el proceso de<br />
intercambio, lo cual resulta muy significativo<br />
<strong>para</strong> los jóvenes, tanto desde el punto de vista<br />
de la experiencia individual como en lo que se<br />
refiere a la acción colectiva. La Vía Campesina<br />
es, quizá la articulación más visible. Sus militantes<br />
realizan encuentros periódicos, conferencias,<br />
intercambios educativos, además de<br />
una discusión permanente <strong>sobre</strong> las políticas<br />
agrarias globalizadas, debatiendo realidades<br />
que afectan a los sectores rurales de todo el<br />
planeta y planteando soluciones que unen lo<br />
local con lo global. Este tipo de articulaciones<br />
pueden ser consideradas como la respuesta<br />
Recuadro A2.1: Los cañeros del interior del Estado de San Pablo<br />
Las migraciones laborales tienen una larga historia en Brasil y tienen<br />
la característica de contrastar las riquezas y miserias del país. Es<br />
lo que sucede cuando, año tras año, jóvenes trabajadores de Estados<br />
nordestitos como Maranhao o Piaui se trasladan hasta el Estado de<br />
San Pablo <strong>para</strong> trabajar como cortadores de caña en los grandes ingenios<br />
azucareros. Ser joven y migrante son valores apreciados por<br />
las empresas, ya que requieren una fuerza y motivación especiales de<br />
parte de los trabajadores <strong>para</strong> el corte manual de la caña. De hecho,<br />
en algunas empresas el 64% de las personas que trabaja de esta forma<br />
son jóvenes de menos de 30 años.<br />
Los trabajadores van y vienen según el calendario agrícola e intercalan<br />
el trabajo familiar en la propia finca con el empleo asalariado en<br />
los ingenios. Para defender sus derechos, se han creado los sindicatos<br />
de trabajadores rurales o a la Pastoral de los Migrantes. Como en<br />
otros casos de organizaciones rurales, aunque los jóvenes son mayoría,<br />
no se distingue dentro de ellas un núcleo propiamente juvenil.<br />
Estas organizaciones actúan como mediadoras en los contratos de<br />
trabajo. Sus reclamos pasan por las condiciones laborales: la reducción<br />
de la productividad exigida, el control justo del trabajo realizado<br />
y el salario. Pero también plantean la necesidad de diversificar las posibilidades<br />
de inserción productiva en sus localidades de origen, <strong>para</strong><br />
que los jóvenes no estén obligados a migrar.<br />
En concreto, sus demandas se orientan a la ampliación de programas<br />
de crédito, programas de acceso a la tierra y capacitación<br />
agroecológica, fiscalización de las condiciones de trabajo <strong>para</strong> evitar<br />
las infracciones contra los derechos laborales, programas de deporte,<br />
cultura y ocio, mejora de puestos de salud y atención específica a los<br />
jóvenes. Finalmente, reclaman un calendario escolar que les permita<br />
trabajar sin interrumpir sus estudios<br />
Estas demandas, <strong>sobre</strong> todo aquellas relacionadas con los derechos<br />
laborales, han ganado visibilidad en los últimos años como<br />
consecuencia de las fiscalizaciones realizadas por el Ministerio del<br />
Trabajo, que detectó pésimas condiciones de trabajo, e incluso de esclavitud,<br />
o de muerte prematura, de jóvenes cañeros.<br />
Fuente: http://www.polis.org.br/tematicas14.asp?cd_camada1=26&cd_camada2<br />
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