Informe sobre desarrollo humano para Mercosur 2009-2010 - OEI
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<strong>Informe</strong> <strong>sobre</strong> <strong>desarrollo</strong> <strong>humano</strong> <strong>para</strong> <strong>Mercosur</strong> <strong>2009</strong>-<strong>2010</strong>. Innovar <strong>para</strong> incluir: jóvenes y <strong>desarrollo</strong> <strong>humano</strong><br />
caminos y deja huellas en los sujetos con el<br />
ritmo, en general largo, de los tiempos sociales.<br />
El género, asociado desde sus inicios<br />
con la tradición del pensamiento feminista,<br />
renovó tanto los campos del saber como las<br />
vidas de mujeres y varones. Aquí se reconoce<br />
la potencialidad del concepto de género <strong>para</strong><br />
visibilizar y modificar lógicas jerárquicas y<br />
desigualdades. Se considera que, como consecuencia<br />
de la producción académica y el trabajo<br />
político, el género, aun con dificultades<br />
y malentendidos, alcanzó presencia social. Y<br />
que ancló en una red de significaciones culturales,<br />
ideológicas y valorativas que produjeron<br />
y reprodujeron su sentido inicial. Dada<br />
la estrecha conexión entre el género y la situación<br />
de las mujeres, es esperable que una<br />
encuesta como la elaborada <strong>para</strong> este <strong>Informe</strong><br />
registre el eco de este concepto. Las personas<br />
entrevistadas <strong>para</strong> este <strong>Informe</strong> –nacidas entre<br />
los años 1980 y 1994– se socializaron con<br />
la presencia de un concepto inexistente años<br />
atrás, y manifiestan haber identificado las desigualdades<br />
que el género hizo posible mostrar.<br />
Frente a la pregunta <strong>sobre</strong> el grado de justicia/<br />
injusticia en el trato recibido por diferentes<br />
actores sociales en diferentes situaciones, una<br />
proporción mayor de mujeres consideró “muy<br />
injusta” la relación entre géneros: Buenos Aires:<br />
30% vs. 19%; Río de Janeiro: 26% vs. 19%;<br />
Asunción: 34% vs. 27%; Montevideo: 25% vs.<br />
14%.<br />
El segundo eje del camino recorrido por<br />
las mujeres es contextual. Refiere a la lucha<br />
del feminismo y el movimiento de mujeres<br />
en congresos, conferencias internacionales y<br />
a nivel local, tanto <strong>para</strong> discutir teórica y políticamente<br />
como <strong>para</strong> visibilizar la desigualdad<br />
de género en la discusión pública. En esa<br />
línea, la incorporación de la perspectiva de<br />
género en legislaciones, políticas públicas y<br />
programas contribuyó a desplegar y consolidar<br />
las capacidades subjetiva y objetiva de<br />
agencia de las mujeres.<br />
El feminismo y el movimiento de mujeres<br />
colocaron la discusión <strong>sobre</strong> la igualdad de<br />
género en la esfera pública y recomendaciones<br />
en el proceso de formulación e implementación<br />
de políticas públicas. La constitución<br />
de redes (nacionales, regionales e internacionales)<br />
permitió la interconexión con otros<br />
grupos de mujeres y movimientos sociales, la<br />
circulación de puntos de vista y de recursos<br />
económicos. Por otro lado, la presencia de las<br />
mujeres en espacios transnacionales tiene la<br />
doble virtud de visibilizar su protagonismo<br />
y sus propuestas y, al mismo tiempo, “irradiar<br />
hacia sus sociedades el reconocimiento<br />
obtenido en esos espacios globales y, de esa<br />
manera, presionar <strong>sobre</strong> los límites culturales<br />
y políticos que las sociedades nacionales<br />
imponen al <strong>desarrollo</strong> del movimiento” (Guzmán,<br />
2002).<br />
Las conferencias y cumbres internacionales<br />
contribuyeron a comprender que la<br />
igualdad entre mujeres y varones, así como la<br />
no discriminación de las mujeres en el goce<br />
y el ejercicio de los derechos <strong>humano</strong>s y las<br />
libertades fundamentales, requieren acciones<br />
específicas de promoción y protección de los<br />
derechos <strong>humano</strong>s. Desde sus respectivas dimensiones<br />
sectoriales, se delineó un marco<br />
político y estratégico tendiente a articular los<br />
problemas sectoriales con las desigualdades<br />
de género, y transversalizar el enfoque. Un<br />
hito importante en la conquista de una mayor<br />
equidad e igualdad fue la IV Conferencia<br />
Internacional de la Mujer de Beijing de<br />
1995. Posteriormente, en 2000, se estableció<br />
como un objetivo de la Declaración del Milenio<br />
(ODM 3) la promoción de la igualdad<br />
de género y la autonomía de la mujer. Dos<br />
años después, el Consejo Económico y Social<br />
de las Naciones Unidas (ECOSOC) consideró<br />
que “la igualdad de género es un elemento<br />
fundamental <strong>para</strong> la consecución de un <strong>desarrollo</strong><br />
sostenible centrado en la sociedad y el<br />
ser <strong>humano</strong>”.<br />
En materia de políticas públicas, el enfoque<br />
de género ha hecho explícita la necesidad<br />
de enfrentar las situaciones de discriminación<br />
y desigualdad, <strong>para</strong> lo cual se requieren medidas<br />
concretas en la familia y el hogar, en el<br />
mundo laboral y en los derechos políticos, en<br />
salud, salud sexual y reproductiva, y educación.<br />
La adopción de este enfoque conecta<br />
directamente con el reconocimiento de los<br />
derechos de las mujeres la preocupación por<br />
la ampliación de la ciudadanía y la responsabilidad<br />
cívica. La ampliación de la ciudadanía<br />
implica <strong>para</strong> las mujeres un cambio desde una<br />
actitud pasiva, de espera, a una posición activa.<br />
Y supone, también, un aumento de las<br />
responsabilidades. Esa “activación” puede ser<br />
conceptualizada también como un proceso de<br />
habilitación social y empoderamiento, a través<br />
del cual se adquieren destrezas y capacidades,<br />
se fortalecen los espacios de acción, se instala<br />
un sentido de identidad y de comunidad<br />
propio. Como resultado de estos procesos, las<br />
mujeres logran proponer temas al Estado, influir<br />
en la toma de decisiones e incrementar<br />
su capacidad de negociación e interlocución<br />
(Feijoo, 2007). El logro de legislaciones, políticas<br />
públicas u otro tipo de normativa del<br />
Estado en el campo de la salud y los derechos<br />
sexuales y reproductivos es un claro ejemplo<br />
de varias acciones.<br />
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