Informe sobre desarrollo humano para Mercosur 2009-2010 - OEI
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Capítulo 3 | Hacia la búsqueda de un nuevo <strong>para</strong>digma: imaginario social y agencia<br />
Recuadro 3.7: Los jóvenes por los jóvenes: la autopercepción de la juventud<br />
En cuanto a las imágenes de los jóvenes <strong>sobre</strong> ellos<br />
mismos, clase y consumos culturales actúan como los<br />
principales diferenciadores. Los consumos culturales y<br />
los estilos funcionan como diferenciadores entre grupos<br />
de jóvenes. Las miradas de los jóvenes relativizan<br />
las visiones (sub)culturalistas <strong>sobre</strong> estilo, bandas y consumo.<br />
En primer lugar, las relaciones y los consumos de<br />
los jóvenes son fluidos; es decir, se vinculan con distintos<br />
grupos, personas y consumen productos que la industria<br />
cultural ubica dentro de categorías alternativas, cuando<br />
no opuestas. Por tal motivo, el consumo de determinada<br />
oferta cultural no supone necesariamente una identidad<br />
grupal compartida y homogénea. En segundo lugar, la<br />
relación de los jóvenes con los estilos culturales y los <strong>para</strong>digmas<br />
de las tribus es tenso: se vinculan críticamente<br />
y, al parecer, la observancia celosa de las normas de estilo<br />
corresponde a una edad temprana, la adolescencia, pero<br />
está ausente –y hasta parece ridícula– en los jóvenes más<br />
adultos. Ahora bien, en muchos casos, cuando los estilos<br />
culturales se identifican con determinado sector social,<br />
puede ser un diferenciador importante, <strong>sobre</strong> todo con<br />
la adjudicación a ciertos estilos estéticos y sus portadores<br />
de características negativas, en particular violencia o<br />
peligrosidad.<br />
Los jóvenes uruguayos: entre el pasado y el futuro<br />
Existe un conjunto de rasgos, atributos, temperamentos<br />
y capacidades que se asocian a la juventud y que son<br />
recurrentes en todos los países, como la diversión, salir, la<br />
rebeldía, la apertura, la amistad y la sociabilidad. Cuando<br />
se pregunta cómo son los jóvenes, estas características<br />
aparecen casi automáticamente. En Uruguay, a estas características<br />
se suman la amabilidad, la hospitalidad, la<br />
tranquilidad, la solidaridad.<br />
En cuanto a las diferencias, en primer lugar se menciona<br />
la oposición entre Montevideo y el interior, por<br />
ejemplo entre ciudad y campo, lo abierto y lo cerrado,<br />
pero también lo superficial y lo auténtico. A pesar de la<br />
idea de que se trata de un país igualitario, también se señalan<br />
los aspectos económicos y sociales como dimensiones<br />
relevantes <strong>para</strong> comprender las diferencias entre<br />
los jóvenes.<br />
En menor medida, se señalan cuestiones relativas a<br />
los estilos, tribus y consumos culturales, <strong>sobre</strong> todo en<br />
referencia a “los planchas”, identificados como jóvenes<br />
marginales que representan algún tipo de amenaza en el<br />
espacio público montevideano. Si bien ocurre en menor<br />
medida que en otros países, la mayoría de los jóvenes de<br />
sectores medios y altos rehúyen la cercanía, en la calle, la<br />
rambla o los parques, con los “planchas”.<br />
Un tema que distingue a la juventud uruguaya es la<br />
noción de éxito, que diferencian de la noción de fama. El<br />
éxito se relaciona con el logro de los objetivos propuestos,<br />
mientras que es deseado, la fama es descartada. En<br />
tal sentido, algunos testimonios aseguran que en Uruguay<br />
existe el “miedo al éxito”, producto de la presión<br />
social <strong>para</strong> que nadie <strong>sobre</strong>salga. Por último, un rasgo<br />
común a los uruguayos, incluso entre los jóvenes, es la<br />
nostalgia, el mirar hacia atrás, hacia el pasado, aunque<br />
en algunos grupos la nostalgia no remitía a un “pasado<br />
nacional glorioso” sino a la propia vida, al propio pasado.<br />
Los jóvenes <strong>para</strong>guayos: salir adelante<br />
Junto con las características y atributos habituales<br />
(diversión, salidas, amistades), en los jóvenes de los sectores<br />
populares y excluidos se enuncia un deseo, una<br />
búsqueda compartida: “los jóvenes <strong>para</strong>guayos quieren<br />
salir adelante”.<br />
En cuanto a las diferencias, se advierten dos dimensiones.<br />
La primera, en todos los sectores, corresponde<br />
a cuestiones actitudinales. A partir de este criterio, los<br />
jóvenes podrían clasificarse entre los que luchan y se<br />
esfuerzan <strong>para</strong> mejorar su situación y salir adelante, y<br />
los que se conforman con lo que tienen. En unos pocos<br />
testimonios, estas cualidades coinciden con la clase social,<br />
pero la mayoría sostiene que ambas actitudes están<br />
presentes en los distintos sectores sociales. La segunda<br />
dimensión o eje con el cual se clasifican los jóvenes de<br />
Paraguay es el nivel socioeconómico.<br />
De hecho, en todos los testimonios se hace referencia<br />
a ricos y pobres. Los jóvenes excluidos y de sectores<br />
rurales señalan que la posición de clase se traduce en<br />
elecciones y consumos culturales diferenciados (música,<br />
vestimenta, lugares), que funcionan como estrategias de<br />
distinción, que son cuestionadas y vistas como ilegítimas<br />
por los jóvenes ubicados en posiciones desfavorecidas.<br />
La discriminación entre los jóvenes <strong>para</strong>guayos tiene<br />
diversos focos: las identidades culturales relacionadas<br />
con los indígenas o pueblos originarios; la clase social;<br />
los lugares de residencia (urbano y rural), así como ciertas<br />
identidades de género y opciones sexuales. En todos<br />
los grupos sociales surge el maltrato que reciben cotidianamente<br />
los indígenas, que se traduce en dificultades<br />
<strong>para</strong> acceder al trabajo y la educación, su discriminación<br />
en el espacio público y estigmas relacionados a la apariencia<br />
y el lenguaje.<br />
Sin embargo, como suele suceder con la discriminación,<br />
los estereotipos y los prejuicios, la ambivalencia<br />
predomina en los relatos. En efecto, se reconoce la discriminación<br />
que sufren los indígenas y se señala la hermandad<br />
de sangre o su lugar de antepasados (lo que los coloca,<br />
<strong>para</strong>dójica y efectivamente, ahí, en el pasado). Pero<br />
al mismo tiempo se los culpabiliza por su situación: no<br />
estudian, son tímidos, se aíslan (por el idioma, caracterizado<br />
como “cerrado”), no aprovechan las oportunidades<br />
o son vagos.<br />
Además, los jóvenes de los sectores vulnerables y los<br />
excluidos destacan los prejuicios y estigmas que sufren<br />
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