Informe sobre desarrollo humano para Mercosur 2009-2010 - OEI
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Capítulo 4 | Agencia y exclusión en tiempos de tecno-sociabilidad<br />
adulta. Durante este período, las personas gozan<br />
de cierto grado de libertad <strong>para</strong> experimentar<br />
y seleccionar las rutas más apropiadas<br />
<strong>para</strong> el futuro desempeño de roles adultos.<br />
Desde una perspectiva clásica, la emancipación<br />
es el proceso por el cual los jóvenes se independizan<br />
de su hogar de origen y comienzan a<br />
desempeñar papeles relacionados con el mundo<br />
adulto, en el trabajo y en la formación de nuevas<br />
familias. En ese tránsito, la familia de origen y el<br />
sistema educativo resultan fundamentales <strong>para</strong><br />
la obtención de las capacidades requeridas.<br />
La emancipación de los jóvenes se relaciona,<br />
entre otras cosas, con la formación de familias y<br />
la reproducción, aspectos centrales de la llamada<br />
“segunda transición demográfica”, término<br />
creado <strong>para</strong> describir las transformaciones en la<br />
constitución y disolución de familias (Lesthaeghe<br />
y Van de Kaa, 1986; Lestheaeghe, 1998).<br />
Estas transformaciones varían según los<br />
estratos socioeconómicos. Las trayectorias de<br />
emancipación tempranas son más numerosas<br />
en los estratos socioeconómicos bajos y reflejan<br />
un claro contraste con las clases altas y medias.<br />
En general, los jóvenes de más recursos postergan<br />
por más tiempo su unión o matrimonio, así<br />
como el momento de tener hijos, con el objetivo<br />
de adaptarse a los nuevos umbrales educativos y<br />
de ingresos requeridos por el mercado laboral, e<br />
integrarse en los circuitos económicos, sociales<br />
y culturales de sus sociedades.<br />
La hipótesis que se plantea en esta sección es<br />
que la vulnerabilidad a la exclusión social es a la<br />
vez causa y efecto de los rezagos observados en<br />
la segunda transición demográfica.<br />
Para identificar las trayectorias de emancipación<br />
es necesario analizar las decisiones de<br />
los jóvenes con respecto a la continuidad en la<br />
educación, el ingreso al mercado de trabajo, la<br />
constitución de una familia y la formación de<br />
un hogar autónomo. La importancia de la identificación<br />
de las distintas trayectorias de emancipación<br />
descansa en el supuesto de que el grado<br />
en que un joven se adelanta en la asunción de<br />
roles adultos con respecto a la media de su cohorte<br />
puede ser un buen indicador de su nivel<br />
de vulnerabilidad a la exclusión social. Es decir,<br />
los jóvenes que se emancipan más tempranamente<br />
son, en general, los más socialmente<br />
vulnerables.<br />
Sin embargo, los riesgos de exclusión social<br />
también pueden afectar a quienes postergan la<br />
edad de asunción de roles adultos más allá de<br />
la edad media de su cohorte. De hecho, una vez<br />
pasado el umbral superior de edad culturalmente<br />
aceptado se produce un aumento de las presiones<br />
sociales <strong>para</strong> que los jóvenes desempeñen<br />
roles adultos. Por ejemplo, presiones de los<br />
padres <strong>para</strong> que los jóvenes abandonen el hogar<br />
familiar. Pero dado que dicha postergación suele<br />
ser producto de procesos de acumulación de<br />
recursos <strong>humano</strong>s, muchos jóvenes que se integran<br />
“tardíamente” a la vida adulta cuentan con<br />
mayores posibilidades de inclusión social que<br />
aquellos que lo hacen tempranamente.<br />
La edad media en que los jóvenes toman decisiones<br />
relativas al abandono del sistema educativo,<br />
la incorporación al mercado de trabajo,<br />
la formación de un hogar propio, el inicio de la<br />
vida en pareja y la tenencia del primer hijo, corrobora<br />
la existencia, salvo escasas excepciones,<br />
de un encadenamiento de decisiones. En general<br />
se comprueba la existencia de una “secuencia”<br />
que coincide con etapas del ciclo de vida<br />
individual y familiar y que permite predecir el<br />
comportamiento de los jóvenes. Esto refuerza<br />
la idea, analizada en detalle en el Capítulo 3, de<br />
que en general los jóvenes tienen anhelos no<br />
muy diferentes, y que las diferencias derivan<br />
Recuadro 4.5: Decisiones de emancipación<br />
Muchas de las presiones socioculturales que inciden en las decisiones<br />
relativas a las trayectorias de emancipación son experimentadas<br />
en el microcosmos de la sociabilidad cotidiana. Allí se producen<br />
cambios cualitativos en las circunstancias. Para un joven, esos cambios<br />
pueden dis<strong>para</strong>rse, por ejemplo, a partir de un aumento de la<br />
proporción de trabajadores entre los pares que operan como grupos<br />
de pertenencia o referencia (cuando integrantes de su grupo de amigos<br />
o sus ex compañeros de colegio comienzan a trabajar). Ello usualmente<br />
implica que una mayoría de estos jóvenes comienza a estar<br />
sujeta a disciplinas horarias y rutinas de vida compatibles con su participación<br />
laboral. Encontrarse <strong>para</strong> salir, pasear o escuchar música ya<br />
no es tan fácil como antes. Al mismo tiempo, los jóvenes que trabajan<br />
tal vez tiendan a adoptar patrones de consumo ajustados a su nueva<br />
disponibilidad de recursos. Esto dificulta la posibilidad de mantener<br />
los viejos patrones de sociabilidad.<br />
En algunos casos, habrá una resistencia a aceptar el debilitamiento<br />
o la posible pérdida de esos vínculos, y se reaccionará a los cambios<br />
en el entorno social apresurando el ritmo de emancipación. Por<br />
ejemplo, el joven que ya no puede ver a sus amigos como antes, ya<br />
que muchos de ellos comenzaron a trabajar, decide salir a buscar su<br />
primer empleo. Otros jóvenes, en cambio, procurarán redefinir el entorno,<br />
como puede ser el caso de los llamados “jóvenes adultos”, que<br />
buscan mantener las ventajas del status joven compartiendo el carácter<br />
de emancipados tardíos con otros, con los que van acordando<br />
nuevos patrones de sociabilidad adaptados a sus circunstancias.<br />
En todos los casos los comportamientos y las expectativas sociales<br />
de los jóvenes con respecto al momento de asunción de roles adultos<br />
no pueden eludir la realidad social que reflejan los cambios en la<br />
frecuencia estadística de pares etarios con trabajo, que conviven con<br />
sus parejas, que tienen hijos. Cada uno de estos cambios implica restricciones<br />
y nuevas condiciones <strong>para</strong> el mantenimiento de los viejos<br />
patrones de sociabilidad.<br />
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