Informe sobre desarrollo humano para Mercosur 2009-2010 - OEI
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Capítulo 2 | Logros, problemas y opciones del <strong>desarrollo</strong> <strong>humano</strong> de los jóvenes<br />
Recuadro 2.9: Pobreza estructural y autoidentificación étnico-racial en Brasil y<br />
Paraguay<br />
Dada las diferencias en la composición<br />
étnica de las poblaciones de los países del<br />
<strong>Mercosur</strong>, es pertinente analizar la incidencia<br />
de la pobreza <strong>para</strong> los diferentes<br />
grupos étnicos. En Brasil y Paraguay, las<br />
encuestas de hogares incluyen de forma<br />
sistemática preguntas que permiten identificar<br />
la raza o la etnia de las personas entrevistadas.<br />
En Brasil se releva la autoidentificación<br />
racial, mientras que en Paraguay<br />
se pregunta por la lengua que habla el<br />
entrevistado. El siguiente cuadro muestra<br />
la situación de la población joven (15-29<br />
años) según raza o idioma.<br />
En Paraguay, sólo 30% de los jóvenes<br />
que declara hablar exclusivamente guaraní<br />
no son pobres, y la mayoría se encuentra<br />
en situación de pobreza crónica. Es<br />
decir, su nivel de ingreso se ubica sistemáticamente<br />
por debajo de la línea de pobreza<br />
y, dadas las condiciones imperantes<br />
en el mercado de trabajo, no es de esperar<br />
que logren superar la privación. Si bien la<br />
incidencia de la pobreza es importante<br />
también entre los jóvenes que hablan exclusivamente<br />
castellano, su situación es<br />
claramente mejor.<br />
En Brasil, los jóvenes indígenas, negros<br />
y mulatos constituyen grupos más expuestos<br />
a la pobreza. La situación de los<br />
indígenas parece ser relativamente peor,<br />
dado que la incidencia de la pobreza crónica<br />
(pobres según ambas mediciones) es<br />
significativamente mayor que en los restantes<br />
grupos.<br />
Etnia (2007)<br />
No pobre<br />
(1)<br />
Pobreza<br />
transitoria<br />
(2)<br />
No pobres<br />
vulnerables<br />
(3)<br />
Pobreza<br />
crónica<br />
(4)<br />
Pobreza<br />
Cepal<br />
(2)+(4)<br />
Pobreza<br />
estructural<br />
(3)+(4)<br />
Paraguay<br />
Guaraní 28.9% 9.5% 4.6% 57.0% 66.5% 61.6%<br />
Guaraní y castellano 33.8% 18.9% 13.0% 34.3% 53.2% 47.3%<br />
Castellano 51.8% 10.9% 12.0% 25.3% 36.2% 37.3%<br />
Brasil<br />
Indígena 56.2% 11.8% 4.8% 27.2% 39.0% 32.0%<br />
Blanca 78.1% 9.9% 4.5% 7.5% 17.4% 12.0%<br />
Negra 60.0% 17.0% 6.3% 16.7% 33.7% 23.0%<br />
Amarilla 71.9% 14.9% 2.1% 11.1% 26.0% 13.2%<br />
Mulata 54.9% 19.1% 6.2% 19.8% 39.0% 26.0%<br />
Fuente: elaborado <strong>sobre</strong> la base de las encuestas de hogares de los cuatro países<br />
niveles educativos. Esto permite captar ciertas<br />
dimensiones relacionadas con la discriminación<br />
por género. Con características similares<br />
en términos de educación, edad o estructura<br />
del núcleo familiar, las mujeres presentan un<br />
ingreso potencial sustancialmente menor que<br />
los varones. Esto se explica por dos motivos.<br />
Por un lado, la definición de roles dentro de los<br />
hogares reduce la probabilidad de que las mujeres<br />
jóvenes desarrollen actividades laborales<br />
rentadas. En particular, la presencia de niños<br />
tiende a limitar su participación laboral (y actúa<br />
en sentido inverso, impulsando una mayor<br />
inserción laboral en el caso de los varones). En<br />
segundo lugar, la condición de mujer per se determina<br />
una remuneración menor, aun luego<br />
de controlar por el resto de las características.<br />
Por cierto, ambos factores no son independientes<br />
sino que se retroalimentan.<br />
La menor remuneración potencial de las<br />
mujeres tiende a afianzar la división tradicional<br />
de roles en el hogar al determinar una<br />
estructura de incentivos que, en ausencia de<br />
mecanismos institucionales o comunitarios de<br />
provisión de cuidados, hacen que resulte económicamente<br />
más conveniente que el varón se<br />
especialice en las tareas laborales remuneradas<br />
(y que la mujer se quede en la casa). A su vez,<br />
una menor adscripción al mercado de trabajo,<br />
a través de trayectorias laborales discontinuas,<br />
provoca un deterioro del salario potencial<br />
debido a la menor acumulación de experiencia<br />
o la construcción de vínculos más débiles<br />
<strong>para</strong> acceder a los empleos de mejor calidad.<br />
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