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Cuerpos al límite: espacios y experiencias de marginalidad

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eferencia explícita a sus <strong>límite</strong>s y, sin embargo, un cruce <strong>de</strong>sautorizado en un momento<br />

inoportuno pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nar crisis <strong>de</strong> resultados imprevisibles. Una <strong>de</strong> estas crisis ocurre<br />

precisamente en los momentos previos <strong>al</strong> <strong>de</strong>senlace fin<strong>al</strong> que <strong>de</strong>semboca en la matanza <strong>de</strong><br />

octubre <strong>de</strong> 1992. Lo que ocurrió en el presidio <strong>de</strong> São Paulo durante ese día, aquello que<br />

<strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nó la revuelta interna y motivó el ingreso <strong>de</strong> la fuerza <strong>de</strong> choque polici<strong>al</strong>, no se conoce<br />

con precisión: “Unos dicen que fue a causa <strong>de</strong> una <strong>de</strong>uda <strong>de</strong> cinco cajetillas <strong>de</strong> cigarros. Alguien<br />

más dijo que fue a causa <strong>de</strong> una discusión <strong>de</strong> fútbol. Otros que estaban ahí dijeron que fue a<br />

causa <strong>de</strong> unos c<strong>al</strong>zoncillos […] como dicen: en la cárcel no se conoce la verdad” refiere, en la<br />

película, uno <strong>de</strong> los presos que ha sobrevivido a la masacre. Babenco opta por dar curso a la<br />

tercera versión: todo comenzó porque un preso colgó sus c<strong>al</strong>zoncillos en el ten<strong>de</strong><strong>de</strong>ro<br />

equivocado y no quiso reconocer su error.<br />

Mientras la mayoría <strong>de</strong> presos presencia un partido <strong>de</strong> fútbol que se lleva a cabo <strong>al</strong><br />

interior <strong>de</strong> Carandiru, Varella se dirige a la s<strong>al</strong>ida en un día aparentemente sin noveda<strong>de</strong>s ni<br />

complicaciones. En su camino pasa por el lugar don<strong>de</strong> varios presos, uno <strong>de</strong> ellos Barba, tien<strong>de</strong>n<br />

la ropa lavada; Varella se <strong>de</strong>spi<strong>de</strong> y sigue su camino. Es entonces cuando el problema da inicio:<br />

un preso <strong>de</strong>sconocido –seguramente perteneciente a un pabellón distinto– <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> colgar sus<br />

c<strong>al</strong>zoncillos en un pequeño espacio libre junto a la ropa que Barba y sus compañeros han<br />

tendido. La reacción no se <strong>de</strong>ja esperar: los dos grupos se enfrentan y la gresca está a punto <strong>de</strong><br />

iniciarse; solamente la intervención <strong>de</strong> un guardia que, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el muro, amenaza con disparar, la<br />

<strong>de</strong>tiene. En la siguiente escena, mientras afuera festejan el triunfo <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los equipos, las<br />

bandas se reencuentran en los pasillos <strong>de</strong> la prisión y la revuelta da inicio.<br />

Los bor<strong>de</strong>s territori<strong>al</strong>es son difusos y los objetos que los marcan parecen estar sujetos a<br />

procesos constantes <strong>de</strong> apropiación y reapropiación. En este caso fue una cuerda y un lugar para<br />

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