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Cuerpos al límite: espacios y experiencias de marginalidad

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existencia <strong>de</strong> un mundo que le es ajeno y que tiene una lógica y unos códigos <strong>de</strong> conducta que le<br />

resultan enigmáticos. Al fin<strong>al</strong> <strong>de</strong>l primer día <strong>de</strong> trabajo, y ya entrada la noche, Varella se dirige a<br />

la s<strong>al</strong>ida. Transita por inhóspitos corredores; atisba por la mirilla <strong>de</strong> <strong>al</strong>gunas celdas y percibe una<br />

vida que le es completamente extraña. Fin<strong>al</strong>mente, cruza el <strong>de</strong>solado patio centr<strong>al</strong>. Varias figuras<br />

oscuras aparecen en los bor<strong>de</strong>s <strong>de</strong> ese patio y el médico siente que está siendo perseguido. En la<br />

oscuridad <strong>de</strong> la noche, el mundo que le ro<strong>de</strong>a se muestra amenazante y Varella se siente<br />

profundamente perturbado. Ya frente a la puerta <strong>de</strong> s<strong>al</strong>ida, el guardia <strong>de</strong> turno no lo reconoce y él<br />

<strong>de</strong>be esperar que su i<strong>de</strong>ntidad sea confirmada. Las figuras se acercan mientras la sensación <strong>de</strong><br />

temor <strong>de</strong> Varella va en aumento. El guardia pi<strong>de</strong> disculpas, la puerta se abre y él pue<strong>de</strong> <strong>al</strong>canzar<br />

la s<strong>al</strong>ida. Está a s<strong>al</strong>vo: el <strong>límite</strong> ha sido transpuesto y las figuras sombrías <strong>de</strong> los presidiarios han<br />

quedado <strong>de</strong>l otro lado.<br />

Una pesada puerta separa dos mundos que <strong>al</strong> parecer no pue<strong>de</strong>n reconciliarse: aquél <strong>de</strong><br />

los seres marcados por el <strong>de</strong>lito, y el <strong>de</strong> la gente ‘norm<strong>al</strong>’ que habita la ciudad con plenos<br />

<strong>de</strong>rechos. Una vez afuera, el médico constata que los reclusos no suponían ningún peligro; sólo<br />

querían obtener información: saber si él volvería. Sin embargo, el miedo que sintió y la puerta<br />

que le dio seguridad, pusieron en evi<strong>de</strong>ncia la distancia simbólica que separa el mundo <strong>de</strong> la<br />

cárcel <strong>de</strong> la re<strong>al</strong>idad externa. El <strong>límite</strong> espaci<strong>al</strong> <strong>de</strong>viene entonces un hito profundamente<br />

significativo. Los guardias y sus acciones están ahí para hacer patente que para los reclusos ese<br />

<strong>límite</strong> representa una frontera infranqueable.<br />

Ya afuera y una vez que ha constatado que la amenaza que presumió era en re<strong>al</strong>idad<br />

inexistente, Varella asume la actitud que será la constante a lo largo <strong>de</strong> la película: <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> ac<strong>al</strong>lar<br />

cu<strong>al</strong>quier juicio mor<strong>al</strong> y se ofrece como el enlace empático entre el mundo <strong>de</strong> los reclusos y los<br />

espectadores que acce<strong>de</strong>mos a esa cotidianidad ajena y a narraciones que dan cuenta <strong>de</strong> un<br />

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