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Cuerpos al límite: espacios y experiencias de marginalidad

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Si con Pilar nuestro narrador se queda ‘a medio camino’ en su empeño <strong>de</strong> seducción<br />

sexu<strong>al</strong>, con Fátima el resultado es diferente: con ella hace re<strong>al</strong>idad su propósito <strong>de</strong> tener una<br />

‘aventura’ con una mujer hermosa durante su estadía en la ciudad <strong>de</strong> Guatem<strong>al</strong>a. Una <strong>de</strong> las<br />

pocas mujeres hermosas entre tantas que ha visto el narrador que “no sólo estaban incompletas<br />

<strong>de</strong> la mente, sino también <strong>de</strong>l cuerpo, pues carecían <strong>de</strong> cu<strong>al</strong>quier rastro <strong>de</strong> belleza”. ¿Cuáles son,<br />

entonces, los rasgos que <strong>de</strong>finen la belleza <strong>de</strong> una mujer?, ¿quién o qué <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> que son esos y no<br />

otros? Según lo hemos revisado antes, los seres humanos configuramos nuestra re<strong>al</strong>idad a partir<br />

<strong>de</strong> un <strong>de</strong>terminado lenguaje y <strong>de</strong> las categorías léxico-semánticas que éste nos provee. De esta<br />

suerte, la forma en que percibimos la re<strong>al</strong>idad está inevitablemente marcada por un sistema <strong>de</strong><br />

oposiciones significantes que organiza ese universo en función <strong>de</strong>l lenguaje que utilizamos para<br />

nombrarlo. Pero estas categorías no existen por fuera y por encima <strong>de</strong> los discursos<br />

efectivamente producidos. Por el contrario, el sistema se genera, se transmite y se transforma<br />

necesariamente en los discursos concretos, que se producen a partir <strong>de</strong> situaciones históricas y<br />

soci<strong>al</strong>es específicas, y en función <strong>de</strong> relaciones <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>terminadas.<br />

Des<strong>de</strong> esta perspectiva, el lenguaje evi<strong>de</strong>ncia su ‘no inocencia’ i<strong>de</strong>ológica: no es un<br />

sistema transparente y en su opacidad establece intrincadas relaciones con las condiciones<br />

soci<strong>al</strong>es y materi<strong>al</strong>es que han marcado la historia (o las historias) <strong>de</strong> los pueblos. Aquello que<br />

expresamos está necesaria e inevitablemente cargado <strong>de</strong> v<strong>al</strong>ores i<strong>de</strong>ológicos, y es en nuestro<br />

discurso que éstos se mantienen, reproducen y recrean <strong>de</strong> manera constante. El narrador <strong>de</strong> la<br />

obra <strong>de</strong> Castellanos Moya hace con frecuencia mordaces juicios respecto a varios discursos ‘<strong>de</strong><br />

moda’; entre ellos, el <strong>de</strong> una insustanci<strong>al</strong> izquierda cuyo supuesto compromiso hace posible que<br />

sus miembros disfruten <strong>de</strong> todos beneficios que un país latinoamericano pue<strong>de</strong> ofrecer -por<br />

ejemplo, “... el amplio y mo<strong>de</strong>rno apartamento que Jota Ce disfrutaba en la exclusiva Zona 14 <strong>de</strong><br />

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