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Cuerpos al límite: espacios y experiencias de marginalidad

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Incluso el judici<strong>al</strong> Juan <strong>de</strong> Dios Martínez, personaje que resulta ser el investigador más<br />

justo y equilibrado <strong>de</strong> esta parte <strong>de</strong> 2666, parece no sentir mayores escrúpulos frente a estos<br />

‘métodos’ habitu<strong>al</strong>mente aplicados con el fin <strong>de</strong> conseguir las <strong>de</strong>claraciones <strong>de</strong> cuanto<br />

‘sospechoso’ encuentran los judici<strong>al</strong>es en el camino. Así, nos cuenta la novela que durante una<br />

<strong>de</strong> las investigaciones “los judici<strong>al</strong>es José Márquez y Juan <strong>de</strong> Dios Martínez interrogaron durante<br />

tres horas <strong>al</strong> director <strong>de</strong> la escuela y <strong>al</strong> parecer se les fue la mano en el interrogatorio, por lo que<br />

el abogado <strong>de</strong>l director interpuso una <strong>de</strong>manda por m<strong>al</strong>os tratos.” (530) Un ‘irse la mano’ que,<br />

por oposición, indica un m<strong>al</strong>trato ‘norm<strong>al</strong>’, que no ‘se va <strong>de</strong> la mano’, que no exce<strong>de</strong> ciertos<br />

<strong>límite</strong>s: el atropello que no es tan grave, el abuso aceptable, como si <strong>al</strong>gún tipo <strong>de</strong> ultraje físico<br />

pudiese serlo. No obstante, “La parte <strong>de</strong> los crímenes” pone en evi<strong>de</strong>ncia que la regla entre los<br />

judici<strong>al</strong>es es precisamente ese ‘irse <strong>de</strong> la mano’ y que agentes como Juan <strong>de</strong> Dios Martínez, que<br />

tien<strong>de</strong>n a respetar los arbitrarios <strong>límite</strong>s <strong>de</strong>l m<strong>al</strong>trato ‘norm<strong>al</strong> y aceptable’, constituyen en su<br />

contexto la excepción.<br />

La novela no se <strong>de</strong>tiene en la <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> los numerosos casos <strong>de</strong> tortura disfrazados<br />

bajo el siniestro nombre <strong>de</strong> ‘interrogatorios’ que tienen lugar en esta sección <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong><br />

Bolaño. Apenas se las menciona o se las da por supuestas como si los actos cometidos durante<br />

ellas no fueran sino procesos regulares y perfectamente tolerables para la obtención <strong>de</strong><br />

información. Sin embargo, queda absolutamente claro que estos interrogatorios no se aplican ni<br />

pue<strong>de</strong>n ser aplicados <strong>de</strong> manera indiscriminada a todos quienes resulten sospechosos <strong>de</strong> los<br />

feminicidios <strong>de</strong> Santa Teresa. Los <strong>límite</strong>s están claramente <strong>de</strong>finidos y obligan a pasar por <strong>al</strong>to<br />

incluso aquellas pistas <strong>de</strong> podrían ser las más productivas para el proceso investigativo: los<br />

únicos sujetos factibles <strong>de</strong> ser sometidos a estas sesiones regulares <strong>de</strong> interrogación son los<br />

moradores <strong>de</strong> las barriadas más pobres <strong>de</strong> Santa Teresa, muchos <strong>de</strong> los cu<strong>al</strong>es han arribado a<br />

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