29.06.2021 Views

La cura - Glenn Cooper-holaebook-holaebook

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

que un árbol herido rezuma savia, y él la percibía. Ella se lamentaba una y otra

vez por haber dejado a Derek solo en la habitación. Le dijo que la aventura que

habían mantenido había sido una terrible equivocación, como si la confluencia de

su descuido y su infidelidad tuviera alguna relación o sentido. Su rabia y su dolor

eran descarnados, y los intentos por tranquilizarla con palabras manidas no

sirvieron de nada. Así que al final Jamie optó por guardar silencio y limitarse a

escuchar.

—Lo único que quiero ahora es volver al trabajo. No soporto estar en casa.

Cuando miro por la ventana de mi habitación, ¿sabes lo que veo? La tierra fresca

y removida. Está enterrado en el patio de atrás, a unos cinco metros de la

puñetera barbacoa. Me voy al laboratorio y dormiré allí.

Al final, él la interrumpió:

—¿Es seguro que estés allí?

—¿Es seguro en alguna parte?

Jamie contestó débilmente que no lo sabía, y su tono abatido debió de

recordarle a Mandy la terrible situación por la que también pasaba él.

—¿Cómo está Emma?

Jamie le habló del proceso de aprendizaje, de su amiga Kyra y de la madre de

esta. Derivar la conversación hacia otras personas tuvo por lo visto un efecto

terapéutico, porque Mandy se animó un poco.

—No debe de ser fácil tener a gente desconocida en tu casa.

—La presencia de Kyra tranquiliza a Emma, y viceversa. En ese sentido

merece la pena. Pero su madre no acaba de encajarme. Es una mujer bastante

brusca, y además bebe mucho, algo que, dadas las circunstancias, no me hace

ninguna gracia.

—Pero no está enferma, ¿no?

—No. Debió de exponerse al virus el mismo día que yo. Estaba de servicio e

interrogó a un tipo muy aturdido y confuso que, por lo que me contó, debió de

ser uno de los primeros infectados. Tú, yo, ella… Es una cuestión de suerte,

supongo. Y confío en que a estas alturas ya no lo pillaré.

—Creo que estamos a salvo —repuso ella—. Como ya comentamos antes, es

probable que en algún momento del pasado nos infectáramos con algún tipo

específico de adenovirus que activó una respuesta inmune a la cepa actual.

—Y también es probable que en aquel momento nos quejáramos y

despotricáramos por una molesta irritación de garganta y unos ataques de tos que

apenas duraron un día.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!