29.06.2021 Views

La cura - Glenn Cooper-holaebook-holaebook

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Holland mantenía una estricta separación entre los sexos y, por el momento, no

se había producido ninguna agresión sexual, aunque Jamie mantenía sus

sospechas acerca de Streeter. Como los hombres no dejaban de ser hombres,

alguna que otra vez se producía una pelea a puñetazos o un combate de lucha

libre a propósito de alguna disputa territorial en los barracones, pero la lesión

más grave que Connie había tenido que atender había sido una clavícula rota.

Holland había dado a Streeter órdenes estrictas acerca del tipo de personas

que quería para el campamento. Tenían que ser jóvenes, pero no demasiado. La

mayoría se encontraban entre los dieciséis y los cuarenta años de edad. Tenían

que estar sanos: no quería ocuparse de reclutas heridos o enfermizos. Pese a todos

sus defectos, Holland no parecía un racista declarado, y la proporción entre

blancos y personas de color reflejaba la diversidad de aquella región de Carolina

del Norte.

Holland quizá tuviera una veta igualitaria, aunque Streeter no la compartía.

Era evidente que trataba peor a los negros y a los hispanos, pero cuando Jamie le

llamó la atención por discriminar a un niño negro y abusar verbalmente de él,

Streeter afirmó que él no veía el color de piel.

—Solo veo un hatajo de retrasados.

Holland quizá fuera ciego respecto al color de piel, pero se mostraba

despectivo con las teologías que no fueran la cristiana. Según le contó Roger a

Jamie un día, en una de sus batidas se toparon con un joven y, cuando lo llevaron

al campamento, Streeter le comentó a Holland que, en su opinión, y a juzgar por

la parafernalia que habían visto en la casa, probablemente era judío.

—Bueno, no importa, ¿verdad? —se supone que había respondido Holland

—. No recordará nada de eso. Ahora es cristiano.

Durante el mes que llevaba en el campamento, Jamie había visto mejorar la

competencia lingüística de los reclutas a pasos agigantados. Emma, Kyra y Dylan

también hacían progresos, no solo con su adquisición del lenguaje, sino también

con una fuente de conocimientos cada vez mayor. La comunicación resultaba más

fácil. Para Jamie y Connie, eso significaba que cabía la posibilidad de actuar

como médicos y no como veterinarios. Para Holland, significaba que sus

lecciones podían ser más sofisticadas.

—Cuando empezamos con ellos —le dijo a Jamie la señora Holland desde su

lecho de dolor—, era como enseñar catequesis a párvulos. Hacíamos dibujos y

empleábamos palabras muy sencillas. Ahora, Jack me cuenta que es como enseñar

a alumnos de sexto curso. Espero vivir lo suficiente para verlos a nivel de

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!