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La cura - Glenn Cooper-holaebook-holaebook

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malgastaran munición a menos que fuera una situación desesperada, así que

solían utilizar mazos o cuchillos. También les había dicho que no se tiraran a las

chicas enfermas, ya que igual no era seguro, pero que adelante con las sanas, por

lo que a veces se demoraban más de la cuenta en sus incursiones.

Ese día, su Escalade y su Range Rover estaban cargados hasta los topes.

Podrían haberse dado por satisfechos y volver a casa, pero K estaba empeñado en

encontrar la esquiva leche uperizada.

—Gira por aquí —le ordenó a Easy—. Aún no hemos explorado esta

manzana.

Los BoShaun vieron pasar por delante de su casa los dos cochazos a un

inquietante paso de tortuga y se agacharon por debajo de la ventana.

—Los NK, tío —dijo Boris—. Ese es el coche de K9. Si entran aquí, nos

dejarán sin nada y nos joderán vivos.

El barrio era territorio de los NK. Los BoShaun nunca habían representado

una amenaza para la banda, pero sus miembros les habían hostigado y provocado

más veces de las que les gustaba recordar.

—¿Nos escondemos? —gimoteó Shaun.

—¿Dónde? ¿Debajo de la cama? Irán armados hasta los dientes.

—Pues estamos jodidos.

—Mira, tío, si vemos que van a entrar, nuestra única oportunidad es salir

pitando por atrás y dejar que se lo lleven todo. Vale más pasar hambre que acabar

muertos.

—¿Y si cubren también la parte de atrás?

—Pues acabaremos muertos seguro.

K detuvo su Range Rover delante de una casa de la acera de enfrente, a unas

tres puertas de los BoShaun. Agachado tras la ventana de la sala, Boris observó

cómo la comitiva bajaba de los coches. Uno de los tipos se quedó custodiando el

botín, mientras K y tres de sus compinches se acercaban a la puerta delantera y

otro rodeaba la casa para controlar la parte de atrás.

Boris le iba contando a su amigo lo que veía.

—Tal vez deberíamos largarnos ahora —dijo Shaun.

El miedo acrecentó la indecisión de Boris.

—No lo sé, tío. Podrían vernos. A lo mejor no vienen aquí.

Al cabo de unos minutos, oyeron gritos y un disparo. Los NK salieron de la

casa e irrumpieron en la siguiente. Los BoShaun sabían que de aquella no

sacarían gran cosa, porque ya la habían vaciado ellos. Su angustia aumentaba

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