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La cura - Glenn Cooper-holaebook-holaebook

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combinado, responsable del mantenimiento de la turbina.

—¿No hay nadie más? —preguntó desde el umbral, mirando con recelo la

sala de control vacía.

Greco puso una mueca.

—Acabas de aumentar la plantilla en un cien por cien.

Kelleher se ajustó la mascarilla y le preguntó a Greco si pensaba ponerse la

suya.

—Solo hace falta que la lleve uno, y tú ya la llevas. ¿Qué tal por casa?

—Mi mujer y el bebé están bien, pero ella no consigue contactar con su

madre y su hermana. Se está volviendo loca. Quiere ir en coche hasta Worcester

para ver cómo están, pero no se lo pienso permitir.

—Ya, no creo que sea buena idea.

Kelleher preguntó sobre el nivel de los indicadores.

—Hasta ahora hemos tenido suerte —añadió Greco, después de hacerle un

resumen—, pero no sé durante cuánto tiempo seremos capaces de garantizar el

suministro estando solos tú y yo. Quiero decir, los algoritmos predictivos de

mantenimiento muestran un buen comportamiento, pero sabes tan bien como yo

que, de tanto en tanto, alguien tendrá que girar una llave o cambiar un sensor. Y

además está el maldito gasoducto.

—Anoche tuvimos tres caídas de tensión y un corte de treinta segundos en

Leominster —informó Kelleher—. Supuse que sería el gasoducto.

—Así es. Cuando desciende la presión en el gasoducto, los ordenadores

apagan las turbinas. Imposible hacer nada. Cuando nosotros caemos, la red del

este entra en modo equilibrado durante un rato. Un rato corto: caída de tensión.

Un rato largo: la nada.

—¿Qué dicen en la sede central?

—¿Qué sede central? Nadie responde a mis llamadas.

—No voy a engañarte —repuso Kelleher—, estoy muerto de miedo. Si

nosotros tenemos estos problemas de falta de personal, entonces todos los

operadores del país, no solo los de gas, sino también los de carbón, energía

nuclear…, todos, estarán teniendo los mismos problemas.

—Tal como yo lo veo —dijo Greco—, las centrales de carbón serán las

primeras en caer. Son las que necesitan más personal y la mayoría de las plantas

solo disponen de combustible para cuatro o cinco días. Nosotros seremos los

siguientes. La industria del gas depende de la alimentación de unos cinco mil

kilómetros de gasoductos nacionales con gas de lutita o con buques metaneros de

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