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La cura - Glenn Cooper-holaebook-holaebook

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Fue muy agradable oír la risa tintineante de Mandy al otro lado de la línea.

—¿Y tú qué vas a hacer ahora? —preguntó ella.

—También estoy pensando en ir a mi laboratorio. Tenemos que investigar las

opciones de tratamiento. Linda es policía, joder. Debería ser capaz de vigilar a las

chicas. Si es que…

—¿Si es que qué?

—Si es que consigue mantenerse alejada de la cantidad de bebida que ha

traído hoy.

—Ah.

—Sí… Ah.

Tuvo que pasar otro día para que Jamie empezara a sentirse cómodo dejando a

Emma al cuidado de Linda. Durante ese tiempo, ambos adoptaron una extraña

rutina: se repartían las tareas domésticas como si fueran una pareja al cuidado de

un par de crías pequeñas. Se turnaban para preparar la comida y atender las

necesidades de las chicas. Él era de lejos el más limpio y ordenado de los dos, y se

encargaba de arreglar un poco la casa. También era un profesor más paciente y

efectivo. Para Jamie, la máxima prioridad era la reeducación de Emma y Kyra, así

que se pasaba la mayor parte del tiempo con ellas.

En su opinión, lo que necesitaban era un léxico de base, la piedra angular

sobre la que fundamentar su futuro aprendizaje. Estaba convencido de que, como

las funciones del lóbulo frontal estaban intactas, la lógica gramatical de la

memoria procedimental se activaría y les permitiría organizar las palabras

reaprendidas para formar frases con cierta coherencia y sentido. Esa tarde realizó

grandes progresos con Emma.

—Yo comida —dijo la muchacha, mirando el tazón lleno de trozos de fruta

que él había traído de la cocina.

—Bien. Inténtalo otra vez.

Emma adoptó una expresión seria e introspectiva, como si rebuscara en su

interior.

—Yo quiero comida —dijo al fin.

Jamie sonrió entusiasmado y su hija dejó que le diera un beso en la frente,

seguido de una rodaja de manzana Fuji.

Kyra estaba sentada en la cama, observando muy atenta su interacción.

—Yo quiero comida —soltó en un tono de súplica.

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