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La cura - Glenn Cooper-holaebook-holaebook

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no hacían más que avivar la preocupación, que rozaba el pánico. ¿Qué debía

hacer la gente si uno de sus seres queridos contraía el SAF? ¿Cuidarlo?

¿Abandonarlo? ¿Y qué ocurriría si la enfermedad afectaba a alguien que vivía

solo? Jamie no alcanzaba ni a imaginar el abrumador terror existencial que una

amnesia completa y repentina podía provocar. ¿Serían capaces esas pobres

criaturas de encontrar comida y agua en su propia casa?

Se dirigió a la sala de guardia y trató de contactar de nuevo con Emma.

Había hablado con ella por última vez a media mañana. La muchacha había

respondido con aire aburrido y despreocupado, y se excusó diciendo que iba a

prepararse un café. Jamie creyó oír que había alguien más en la cocina, pero ella

le juró que estaba sola. Desde entonces la había llamado cada hora, pero Emma

no había contestado ni al móvil ni al fijo. Desde que su hija había entrado en la

fase rebelde, Jamie se había pasado horas y horas bullendo por dentro entre la ira

y la aprensión, pero aquello ya pasaba de la raya.

—Coge el maldito teléfono —masculló.

Las chicas cogieron la línea verde hasta Prudential Center y cuando llegaron, a

las once y media, el centro comercial estaba muy concurrido. Emma no llevaba

mucho dinero y solo se compró algo de maquillaje. Kyra quería un top, así que

fueron de tienda en tienda hasta que encontró una camisola que le gustaba en

Ralph Lauren.

—¡Cuesta noventa y cinco dólares! —exclamó Emma.

—¿Te parece muy cara?

—Tú sabrás, es tu dinero.

—Igual paso.

Kyra se compró un pañuelo que salía bien de precio y luego fueron a almorzar

al Cheesecake Factory. Uno de los camareros cambió la mesa con su compañera

para poder servir a aquellas dos chicas tan guapas. A ellas les gustó el joven, con

su pelo rebelde y sus brazos tatuados, y dejaron escapar algunas risitas tontas

mientras pedían.

—¿A qué hora tienes que volver? —le preguntó Kyra a su amiga.

—No sé. ¿Por qué?

—¿Y tu perro retrasado qué? ¿Te has olvidado de él?

Emma no había avisado a Maria para que no fuera a su casa.

—Lo sacará la asistenta. Y Rommy no es retrasado.

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