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La cura - Glenn Cooper-holaebook-holaebook

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GNL. Y se necesita mucha carnaza para alimentar a esa bestia. La última de las

tres grandes en caer será la nuclear. Esas centrales están automatizadas a más no

poder, pero disponen de sus propios mecanismos de regulación. Con el personal

humano fuera de la ecuación, se activará el sistema de apagado en frío para

proteger el núcleo del reactor.

Mientras Greco hablaba, Kelleher estaba un poco apartado, sirviéndose un

café. Volvió a la mesa de control, se sentó junto a su jefe y se bajó la mascarilla

para tomar un sorbo, pero tosió.

—Joder, Ike, no estarás poniéndote enfermo, ¿no?

—No estoy enfermo —replicó Kelleher—. Ni se te ocurra pensar algo así.

Después de una larga jornada de trabajo en el laboratorio, Jamie conducía de

vuelta a casa en la oscuridad. Circulaba a toda velocidad por una desierta Storrow

Drive cuando, cerca de la rampa de salida de Kenmore, alguien tiró una enorme

rueda sobre su coche, desde el paso elevado de Bowker. Logró esquivarla por

poco, y por el espejo retrovisor vio a dos hombres corriendo para recuperarla.

Imaginó que estaban lanzando neumáticos a los vehículos para obligarlos a parar

y robar las provisiones que llevaran. Jamie todavía estaba alterado por el incidente

cuando llegó a Brookline, y se alteró aún más cuando entró en casa y vio a Linda

dormida en el sofá, con una botella de vodka medio vacía en la mesita de centro.

La mujer se despertó de golpe y parpadeó un tanto avergonzada.

—Jo, qué tarde es —dijo—. Solo pensaba cerrar los ojos unos minutos. Ahora

iba a preparar la cena.

—No quiero que cocines para mí —replicó Jamie enfadado—. Solo quiero

que cuides de Emma cuando yo no esté.

—Emma está bien. —Linda se desperezó—. No llevo mucho tiempo aquí

abajo.

—Subo a ver cómo están y luego ya hablaremos.

Las chicas también estaban dormidas, acurrucadas una junto a la otra. Jamie

se fue a su dormitorio, cerró la puerta y se sentó en la cama. Estaba furioso. Lo

odiaba todo sobre su nueva existencia: la enfermedad de Emma, lo que le había

ocurrido a Mandy, que unos cabrones hubiesen arrojado una rueda contra su

parabrisas, la relación que había establecido con Linda…

Cuando volvió a bajar, Linda ya había guardado la botella de vodka y había

puesto agua a hervir.

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