29.06.2021 Views

La cura - Glenn Cooper-holaebook-holaebook

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

tensión es correcta. La mantendré con el intravenoso hasta que pueda beber. Es

posible que sobreviva.

—Eso es bueno. Si necesitas una consulta neurológica, mis tarifas son

competitivas.

Otra risa.

—Tengo beicon y huevos en polvo, café y más analgésicos.

—Las cuatro cosas suenan estupendas.

—Siéntate. ¿Tus niñas duermen?

—Sí.

—El mío también. Creo que tu Emma le ha hecho tilín.

—¿Cómo lo sabes?

Connie le sirvió un poco de comida en un plato.

—Cuando lo acosté, me dijo: «Me gusta».

—Eso no deja lugar a dudas.

—¿Recuerdas lo que te dije sobre el autocontrol? Olvídalo. O tenemos los

ojos bien abiertos o tu hija acabará en estado de buena esperanza.

Le llegó el turno de reír a él.

—Hacía mucho tiempo que no oía esa expresión.

—Estamos en las montañas de Carolina del Norte. Aquí la gente habla así.

—No quiero que se quede embarazada —dijo Jamie—. Ya tenemos bastantes

quebraderos de cabeza.

—Bueno, pues tendremos que poner en práctica una defensa preventiva

mientras estén aquí.

—No será mucho tiempo, en principio. Necesito llegar a Maryland. No habrá

un coche libre, ¿verdad?

—Ya pensaremos algo —contestó Connie—. Aunque no te veo conduciendo

con ese pedazo de escayola que te he puesto.

—¿Cuánto tiempo ha de pasar para quitarla?

—Lo ideal son seis semanas, pero, al cabo de dos, puedo ponerte una más

pequeña que te permita darle al acelerador.

Jamie engulló su comida en silencio.

—Bueno, he sido educada —dijo ella por fin.

—Sí, es cierto —coincidió él.

—Tienes que contarme qué cojones pasa aquí. Tengo un neurólogo en la

cocina, sus hijas en el cuarto de invitados, una mujer que según tú es la flamante

presidenta de Estados Unidos en el salón y un helicóptero en el monte con dos

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!