29.06.2021 Views

La cura - Glenn Cooper-holaebook-holaebook

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Connie anunció que tenía noticias.

—Esta mañana temprano, antes de que os despertarais, han pasado por aquí

Pete y Dennis. Tienen un todoterreno que funciona, con la batería nuevecita. Lo

han limpiado y han llenado el depósito. Mañana lo traerán.

—¿Cuándo puedes ocuparte de mi escayola? —preguntó Jamie.

—Por la mañana.

—Pues bien, ya que estamos, podríamos partir justo después.

Connie miraba la botella de vino en vez de a él.

—Ya que estáis —dijo.

La suya nunca había desembocado en una guerra abierta, pero Jamie sabía

que, bajo la superficie, la rabia que le tenía por su participación en la epidemia

aún bullía.

—Lo que has hecho por nosotros, Connie, no merece otro calificativo que

extraordinario. Te estaremos agradecidos eternamente.

—No puedo estar más de acuerdo —añadió Morningside alzando la copa—.

Será difícil para los niños, ¿verdad?

—Las mías le han cogido cariño a Dylan, desde luego —señaló Jamie—.

Sobre todo Emma.

—¿Qué les diréis? —preguntó Morningside.

—Yo le diré que os habéis ido de excursión y que pronto volverá a veros —

contestó Connie.

Morningside chasqueó la lengua.

—¿No está mal mentirle? Bebe los vientos por ella.

—La olvidará —dijo Connie.

—Conservarán todos sus recuerdos nuevos —apuntó Jamie.

—Deja de hacerte el puto científico a todas horas —replicó Connie—. Para

lo que nos ha servido tu dichosa ciencia…

Jamie asintió y pidió disculpas, aunque no estaba seguro de por qué.

El viento les trajo un sonido lejano. Lo oyeron todos, pero no parecía

importante y nadie se levantó para mirar por la ventana.

—¿Tú qué harás, Gloria? —preguntó Connie, cambiando de tema.

Morningside se estaba recuperando físicamente, pero se mostraba apática y

Connie y Jamie la habían oído llorar alguna mañana bajo las mantas. Durante sus

paseos, Connie le había explicado que la depresión posoperatoria era algo

habitual, aunque las dos sabían que no era solo eso.

—Me iré con Jamie, por supuesto, pero estoy indecisa —respondió—. Parte

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!